Parece un mal sueño que, sin embargo, al despertar, se demuestra que es real. Esta vez, la esperanza de que sea una pesadilla ya no existe: es la tercera vez que se repite. De nuevo, el Abanca Ademar ha dejado escapar una victoria, como en ... las dos jornadas anteriores, en un final fatídico de partido.
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Los de Dani Gordo, en un partido luchado, llegaron al minuto y medio final con dos goles de renta. Parecía un colchón fiable, pero no lo fue para un Abanca Ademar que revivió sus temores de semanas previas y volvió a dejar escapar un punto ante un Nava (34-34) que supo aprovechar ese mal recuerdo que, de nuevo, se materializó.
Abanca Ademar
Saeid, Álvarez (1), Wasiak (2), Castro (6), Alberto Martín (1), Milosavljevic (7), Darío Sanz (1) - siete inicial - Kilian (1), Álvaro Pérez, Miñambres, Casqueiro (1), Rodrigo Pérez (10), Zapico (1), Popovic, Santista (3), Sánchez
34
-
34
Viveros Herol Nava
Patotski; Prokop (9), Smetanka (6), Nevado, Vila (2), Carró (2), Marugán (2) - siete inicial - De Vega, Moyano (7), Méndez (4), Dani Pérez (1), Ahumada (1), Palomeque, Roberto Pérez, Soljic, Herranz
Parciales 4-1, 8-5, 9-9, 14-11, 16-14, 18-17 (descanso), 20-20, 24-23, 26-25, 28-29, 31-31, 34-34 (final)
Árbitros Espino Guerra y Navarro Baquero. Excluyeron a Santista (2) por parte del Abanca Ademar y a Vila, Soljic, Nevado, Prokop y a Herranz por parte del Viveros Herol Nava.
Incidencias Pabellón Felipe Miñambres de Astorga. Jornada 3 de Liga Plenitude Asobal.
La urgencia de ganar impulsó a un brillante inicio de partido del Abanca Ademar, que sumó una portentosa defensa a un acertado ataque en los primeros compases.
Los de Dani Gordo, sin piedad alguna, firmaron cuantiosos parciales en los minutos iniciales de partido, con ventajas de hasta cinco goles en los primeros diez minutos.
Con Saeid inspirado bajo palos, apoyado en una defensa solvente, el Abanca Ademar encontró también fluidez en el posicional, donde Juan Castro va recuperando sensaciones para dirigir al equipo.
Los leoneses llegaron a tener una renta de 7-2 en este comienzo de partido que hizo soñar a la parroquia marista desplazada a Astorga con un partido relativamente plácido.
Pero nada más lejos de la realidad, porque Nava, equipo siempre con carácter se levantó desde la defensa y un exmarista, Patotski, para ir dando importantes mordiscos a la ventaja leonesa.
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Un parcial de 2-7 igualó el encuentro (9-9) en el ecuador de la primera mitad, lo que obligó a Dani Gordo a pedir tiempo muerto para recomponer al equipo.
Otra vez el mismo final. Ya es recurrente temer por la victoria de los maristas. Con dos goles a su favor a falta de minuto y medio, volvió a escaparse la victoria.
El meta canario fue uno de los destacados, tocando muchos balones y con diversas paradas de mérito pese a lo abultado del marcador. Su entrada fue fundamental en el partido.
No tuvo ningún reparo en liderar al equipo. Ese rol, que solía ser de Juan Castro, tiene otro candidato y el central leonés también asumió el papel cuando el equipo lo pidió.
Lo logró, en parte, puesto que un Abanca Ademar ahora dirigido por Rodrigo Pérez firmó un parcial 2-0 para conseguir algo de aire de cara al tramo final de esta primera mitad.
Pero el partido ya se había descosido, había ganado en ritmo y los ataques se imponían con facilidad a las defensas. El resultado acabó siendo un marcador cuantioso, abultado, que estaba contrastando con lo que venía haciendo el Abanca Ademar hasta ahora (18-17):
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La segunda mitad se inició con una gran igualdad, pero con más dificultades en ambos equipos para encontrar el gol que, con mayor fluidez, encontraron en los minutos finales de primer acto.
En estos minutos, los segovianos se pusieron por primera vez por delante (20-21) ante un Abanca Ademar que, de nuevo, y como hace dos semanas, empezaba a atascarse en el posicional tras el descanso.
Dani Gordo optó por colocar en portería a Kilian Ramírez y, a corto plazo, funcionó, con un parcial 2-0 que volvió a poner por delante al Abanca Ademar en minutos de enorme igualdad en los que Rodri Pérez se echó el equipo a su espalda.
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La entrada del portero canario complicó los ataques naveros y dio alas a un Abanca Ademar, que recuperó cierto colchón en el marcador, pero sin despegarse de un equipo segoviano que se agarraba a sus opciones de amargar la tarde a los de Dani Gordo.
Los minutos pasaban, la igualdad se mantenía y la sensación de que el choque podía ser una repetición de lo que había sucedido en los dos partidos anteriores, con los maristas cediendo la victoria en los últimos compases, crecía. El guion invitaba a ello.
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Más aún cuando Nava, a falta de nueve minutos, logró su máxima ventaja (28-30) del partido a la par que Patotski agigantaba su figura para invocar a los fantasmas en el Felipe Miñambres.
Pero la figura de Rodri emergió, de nuevo, para liderar la reacción marista que, con un parcial 3-0, se volvió a poner por delante en unos minutos finales muy vibrantes (32-31).
Parecía el partido casi resuelto con un gol de Juan Castro desde los siete metros (34-32) a falta de minuto y medio. Pero de nuevo, correosa, la victoria se escurrió de las manos maristas con un gol de Prokop y otro de Moyano, a falta de dos segundos para el final, con un error de Milosavljevic de por medio.
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El mismo final para un guion similar, que ya forma parte casi de una trilogía de terror para el Abanca Ademar. El equipo leonés volvió a empatar (34-34), volvió a dejar escapar una victoria y es víctima, de nuevo, de sus propios temores.
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