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Advertía Dani Gordo de que cualquier rival es peligroso y de los riesgos de confiarse. Sus jugadores le escucharon y le hicieron caso. Con autoridad y un inicio de partido muy serio, el Abanca Ademar venció a Villa de Aranda sin dejar lugar a las sorpresas (30-25) en un choque ya casi decidido en el primer tercio de encuentro.
Abanca Ademar
Saeid; Darío Sanz (7), Adrián Fernández (2), Alberto Martín (3), Popovic (1), Edu Fernández (2), Zapico (1) – siete inicial – Álvaro Pérez, Lindqvist, Miñambres, Carlos Álvarez (7), Wasiak, Rodrigo Pérez (3), Lodos (4), Marawan, Álex Díaz
30
-
25
Villa de Aranda
Guitart; Berbel (1), Pereira (6), Alberto González (1), Huix (8), Rubén Fernández, Roy – siete inicial – Teijón, Vyunyk, Samu Sáiz (1), Megías, Rogonovs (2), Fischer (3), Enebral (3), Tamayo (1), David López
Parciales 2-2, 6-2, 7-2, 11-5, 13-9, 16-12 (descanso), 20-14, 22-17, 23-17, 25-20, 27-23, 30-25(final)
Árbitros Hoz Fernández y Riloba Pereda. Excluyeron a Alberto Martín y a Carlos Álvarez por parte del Abanca Ademar y a Fischer, Tamayo y a Rubén Fernández por parte de Villa de Aranda.
Incidencias Palacio de los Deportes de León. 2-242 espectadores. Jornada 2 de la Liga Asobal.
El partido comenzó con un Abanca Ademar al que le costó arrancar, combinar bien en posicional y ver portería. Aranda golpeó primero en los minutos iniciales (0-2) pero, con un espectacular 'fly' de extremo a extremo, los maristas estrenaron su marcador.
Y, así, comenzaría un parcial 10-0 de los leoneses que les daría una ventaja casi definitiva. Pesea que los de Dani Gordo no estaban especialmente finos en el ataque posicional, los contragolpes daban vida a los maristas.
Pero, sobre todo, su defensa y su portería. Saeid y la zaga, capitaneada por Popovic y Alberto Martín en el centro, levantaron un muro, una tapia insalvable para un Villa de Aranda que una y otra vez se estrellaban contra ella.
Pasaban los minutos y Aranda no lograba marcar ante un Abanca Ademar que poco a poco, paso a paso, se alejaba en el marcador, lanzado por su defensa y los contragolpes que posibilitan las paradas de Saeid, con Darío Sanz y Carlos Álvarez culminando esas acciones.
El camino de los maristas hacia la victoria parecía claro y firme, puesto que su ventaja era cada vez mayor. Saeid llegó a tener más de un 80% de acierto bajo palos en el ecuador de la primera mitad, momento en el que llegó una mala noticia para los leoneses: Popovic, en una acción ofensiva, se hacía daño en el tobillo y no podía seguir en partido.
Los primera mitad de Saeid y la defensa leonesa es de muchos quilates, dejando sin marcar a Aranda durante 17 minutos. Su labor fue fundamental.
El joven extremo canterano ha dado un paso adelante esta temporada. Se le pedía y lo ha hecho. Su importancia va a más cada partido.
Un día más en la oficina para el gallego. El extremo volvió a ser fundamental en ataque, aportando XXX goles al marcador marista.
Villa de Aranda, sin embargo, seguía sin encontrar luz en ataque. O, más bien, el Abanca Ademar le tapaba esa luz. Fue en el minuto 19 cuando Tamayo volvió a anotar un gol para los ribereños, que habían vivido 17 minutos de 'sequía'.
Las rotaciones en el 'siete' marista y este desquite de los burgaleses ocasionaron que el partido cambiara su tendencia de forma muy clara. Villa de Aranda se creció, volvió a confiar y, en apenas cinco minutos, se metió en partido: pasaron del 10-2 al 12-9.
Las buenas acciones de Guitart en la meta ribereña y el bajón de nivel de la defensa leonesa posibilitaron que Villa de Aranda pudiera soñar con pelear los puntos en el Palacio ante un Abanca Ademar con muchos errores en este tramo también en la circulación de balón.
Pese a todo, los leoneses llegaron al descanso con un buen colchón (16-12) que hacía ser optimista a la parroquia ademarista de cara a la segunda mitad.
El descanso sentó bien a los de Dani Gordo que, lejos de permitir que la rebelión arandina pudiera ir a más, inició el segundo periodo con un parcial 3-0 y con Álvaro Pérez en portería tocando balón.
El conjunto leonés se mantuvo en la segunda mitad por encima de los cinco goles de renta que le permitían afrontar este tramo final de partido con cierta tranquilidad y sin presión, sabedores de que la victoria estaba bastante encarrilada.
En el ecuador de la segunda mitad, y con Villa de Aranda empujando para romper esa barrera 'mental' de los cinco goles de desventaja, el Abanca Ademar vivió otro contratiempo con un tobillo: esta vez era Álex Lodos el que se retiraba con visibles gestos de dolor, aunque minutos después podría volver a pista.
El conjunto marista, pese a todo, no consiguió vivir plenamente tranquilo el final de choque, con los burgaleses volviendo a dejar el marcador en cuatro tantos de diferencia (23-19) en una segunda mitad donde los ataques estaban más negados.
Los burgaleses arriesgaron en el tramo final de partido, jugando con portería vacía y sumando un efectivo más al ataque, mientas que en defensa dispusieron de un avanzado para tratar de sembrar dudas en los de Dani Gordo.
Sin sufrir en los minutos finales y dejando un marcador final de 30-25, el Abanca Ademar sumó un nuevo triunfo, el segundo en dos partidos en la Liga Asobal, para seguir cargando las pilas anímicas y las de las buenas sensaciones.
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