David Fernández y el Abanca Ademar disparan la ilusión en el Palacio

Los primeros cinco minutos de partido parecieron un choque totalmente distinto a lo que se vería después. El inicio destacó por dos defensas sólidas en el 6-0, errores en ataque – el Abanca Ademar erró dos siete metros – y pocos goles.

Todo eso se dinamitó. Pronto. Muy pronto. Logroño encontró rápidamente las cosquillas a la defensa marista con un Kukic que se había cargado la responsabilidad ofensiva riojana a su espalda. Con movilidad de balón y fintas, desestabilizó la zaga leonesa, que no pudo pararle.

Solo David Fernández, un día más en estado de gracia, mantenía con opciones al Abanca Ademar. El cañón que tiene el vallisoletano en el brazo izquierdo disparó, una y otra vez, ante un Sergey Hernández que era una tortura para todos los jugadores maristas, menos para Fernández.

El lateral mantuvo con vida a un Abanca Ademar que reaccionó en el ecuador del partido. Unos buenos minutos en defensa, culminados al contraataque, supusieron un parcial de 3-0 que permitieron a los de Manolo Cadenas ponerse por delante en el marcador.

El partido pasó a ser un intercambio de golpes durante unos minutos. Dos de las mejores defensas del campeonato se enfrentaban en el Palacio, pero el resultado no reflejaba eso. Lucin también brilló, no solo Fernández, y fue uno de los destacados en los mejores minutos maristas.

En los últimos diez minutos de la primera mitad, el Abanca Ademar cerró la defensa, voló al contraataque y puso una diferencia de cinco en el partido. Una defensa más intensa, más móvil, impidiendo una circulación limpia a Logroño, que tuvo que retirar a Kukic de cancha en busca de cambiar el panorama del partido, fue el germen de este paso adelante de los de Cadenas.

Las dos últimas jugadas de la primera mitad fueron el fiel reflejo de estos minutos finales. Los nervios y el descontrol se adueñaron de Logroño que, yendo tres abajo a falta de medio minuto para el descanso, acabó encajando dos goles para mantener los cinco de ventaja en el marcador para los maristas (19-14).

En el arranque de la segunda mitad, la tónica fue la de un intercambio de golpes en el que Logroño logró recortar levemente diferencias, pero lo que no cambiaba era la infabilidad de un David Fernández pletórico una tarde más.

El partido entró en una fase repleta de emoción. De nuevo, Logroño había encontrado cómo hacer daño al Abanca Ademar, tanto es así que Patotski tomó el relevo a Slavic en la meta leonesa. Los riojanos se colocaron a dos goles y el choque no estaba, para nada, cerrado.

Pero, de nuevo, resurgió el Abanca Ademar. La entrada de Patotski complicó la vida al ataque logroñés, que se topó con el meta bielorruso y los de Cadenas volvieron a meter diferencia en el marcador, devolviendo esos cinco tantos de renta que tenían al descanso al luminoso.

Con Feutchmann 'corrigiendo' los errores de sus compañeros desde la línea de siete metros y el Abanca Ademar volando, el partido estuvo cerrado ya en los últimos minutos.

La racha del Abanca Ademar se prolongó ante el rival que, en teoría, más podía hacer tambalear esta dinámica, y con autoridad (34-30). La Copa Asobal se acerca a León, la ilusión sobrevuela el Palacio y la 'magia' de Cadenas sigue intacta.