El Abanca Ademar consuma otro desastre en Benidorm

El inicio del partido dejaba la sensación de que el Abanca Ademar había 'aprendido' del fatal encuentro del miércoles ante Bidasoa Irún, pero tan sólo fue un espejismo. Una mejor defensa propició la oportunidad de matar al contragolpe para un cuadro leonés que empezó el choque con un parcial 1-3.

Ese escenario cambió rápidamente, con un Benidorm que empezó a hacer daño con circulaciones largas que acaban, bien en el extremo o bien en el pivote donde Porras fue una tortura para la defensa marista, hasta igualar el marcador (5-5).

Cadenas frenó el choque con un tiempo muerto que no tuvo efecto. Benidorm, lanzado en ataque, estaba superando a una defensa del Abanca Ademar que, de nuevo, estaba desbordada. Los maristas no encontraban soluciones ni solidez y Slavic y Khalifa estaban 'vendidos' ante la falta de eficacia de la defensa.

A ello se sumo la inoperancia en ataque. Sólo Natan Suárez y Antonio Martínez aportaban cierta claridad y acierto en las ofensivas leonesas, donde jugadores como Semedo generaron muchas pérdidas que ocasionaban tremendos enfados en un desesperado Manolo Cadenas.

La precipitación y la ansiedad en ataque disparó las estadísticas del meta local, Tercariol, y la renta benidormense hasta los cinco goles, lo que obligó a Cadenas a pedir un nuevo tiempo muerto que sí tuvo un pequeño efecto.

Con una defensa 6-0 más abierta, Abanca Ademar logró un parcial de 0-2 que le volvió a meter en partido y se fueron al descanso con cuatro goles de desventaja (17-13).

En la segunda mitad, la reacción marista no sólo no llegó, sino que puso un par de piedras más sobre su losa con una reanudación malísima que colocó a Benidorm con seis goles de renta y con Manolo Cadenas pidiendo tiempo muerto con poco más de un minuto de segunda mitad.

El partido continuó por estos derroteros y sólo un arrebato de coraje de Jaime Fernández, con tres goles consecutivos, daba esperanzas a un Abanca Ademar abatido y deprimido que se agarraba al corazón de algunos de sus jugadores y a las actuaciones puntuales de Slavic.

Se agarró al partido el conjunto leonés, que recurrió a la épica para tratar de dar la vuelta a un partido que parecía a imposible. A falta de siete minutos, tras unos minutos de mayor acierto en ataque, los maristas estaban a dos goles de Benidorm (28-26).

Pero fue un canto de cisne, porque en los últimos minutos, la ansiedad pudo al Abanca Ademar y el marcador engordó notablemente a favor de Benidorm. El desastre se consumó y los maristas cayeron con contundencia (34-29) en otra tarde para olvidar - y van dos seguidas - del equipo leonés.