David Fernández sostiene al Abanca Ademar, que deberá remontar en León

Saltó bien el Abanca Ademar a la pista húngara con un parcial 0-2 protagonizado por David Fernández, que comenzó a 'calentar' su brazo para, lo que se preveía, una cruenta batalla por acercarse a la fase de grupos de la Copa EHF.

Este buen comienzo fue rápidamente neutralizado por un Balatonfüredi que no quería dar ni una mínima opción al Abanca Ademar y, con un parcial 4-0, dio la vuelta al marcador y impuso su ley en el mismo.

El inicio había sido un espejismo, un pequeño impás en mitad del dominio magiar. Los húngaros cerraron bien la defensa e hicieron al Abanca Ademar acusar esa escasa fluidez en el posicional que viene lamentando Cadenas varias jornadas.

Le costaba mucho al cuadro marista encontrar la portería rival y la renta local se fue hasta los cuatro goles, en un momento en el que el partido se podía romper en contra de los intereses leoneses. Fue en esos momentos complicados cuando el conjunto ademarista sacó su orgullo y su garra para agarrarse al choque y evitar que la renta creciera.

Un buen rendimiento ofensivo de Feutchmann y la 'reaparición' de Martínez Camí fueron dos de los pilares en los que se apoyó el Abanca Ademar en el tramo final del primer tiempo para reducir la diferencia y dejarla en dos goles, creando alguna duda al Balatonfüredi después de haber dominado con más claridad toda la primera mitad.

En el inicio de la segunda mitad, la renta se movió entre los dos y los tres goles. Era un momento en el que ambos estaban tensando la cuerda: los húngaros para romper el partido, los maristas para dar la vuelta al marcador. Cualquierón 'tirón' podía acabar siendo decisivo en el choque y nadie quería - ni podía - errar.

La renta se amplió hasta los cuatro goles pero, de nuevo, el Abanca Ademar no la dejó crecer. Ese había sido el techo de los húngaros y el cuadro de Cadenas esperaba que no pudieran 'romperlo' en el último cuarto de choque donde los maristas buscaban recortar diferencias para ganar enteros en la eliminatoria.

Con Mosic entrando de refresco y una buena defensa, el partido volvió a encogerse, a hacer el acordeón que se llevaba produciendo durante buena parte del mismo, con la esperanza marista de mantener el partido lo más ajustado posible hasta el final.

Los errores proliferaron en ambos conjuntos en estos últimos minutos, donde la claridad de ideas escaseaba en los dos equipos a causa de la fatiga. Faltaba precisión y oxígeno en todos menos en un David Fernández que, un día más, se echó la responsabilidad leonesa a sus espaldas.

Finalmente, el partido acabó con un tanteador alto y una losa de tres goles que el Abanca Ademar deberá levantar en el Palacio. La eliminatoria sale viva y, en siete días, los maristas lucharán por entrar en la fase de grupos.