El Abanca Ademar no da opción al Cangas

Potente en la primera línea, el Abanca Ademar mandó en todo momento frente al Cangas en un encuentro (32-30) en el que hubo tiempo para tener momentos de duda, para el enfado del técnico y para una buena respuesta final del equipo, que logró imponerse ante uno de esos rivales rocosos que se pueden ver en la Liga Asobal.

El conjunto leonés siempre fue por delante en el marcador, pese a no tener nada en juego y sí su rival, que desea alcanzar cuanto antes la permanencia. Esa diferencia en la motivación pudo ser la clave para que el encuentro se presentara, por momentos, mas igualado de lo que se podía prever inicialmente.

Los maristas, liderados por Vieyra y Costoya, hicieron mucho daño desde los nueve metros, lideraron el ataque leonés que en defensa sufrió en estos primeros compases no estuvo atinada. Por ello, Cangas aguantó en estos minutos el empuje leonés.

Descanso

Pero los fallos de los gallegos, forzados por una defensa que fue in crescendo, dieron aire y ventaja a los de Guijosa que, a la contra, supo martillear a los pontevedreses llegando hasta los cinco goles de renta (15-10).

Con todo el equipo gallego no tuvo en ningún momento la intención de bajar la guardia y sí de buscar lo que parecía de mano una misión imposible ante el Barcelona (19-15, descanso).

Hubo un atisbo de reacción, llegando Cangas a colocarse a dos goles, pero los leoneses volvieron a sacar su garra y su coraje para recolocar la renta anterior, llegando, con un golazo de cadera de Simonet, a los cuatro goles de ventaja al descanso.

Recta final

Tras el descanso el Abanca Ademar, con quizá un exceso de confianza, bajó la guardia (20-18), su intensidad disminuyó y el Cangas lo aprovechó. Los gallegos redujeron distancias, y se colocaron con balón para empatar, apoyados en un gran Salazar en portería.

Pero resurgió en ese momento Ademar, en los últimos minutos del partido. Cerró la defensa cuando Cangas se colocó más cerca en el marcador y, un parcial de 4-0, volvió a dar tranquilidad al cuadro de Guijosa, que se hacía con la victoria final.