La vida sigue igual

Los vallesanos lo intentaron. Impulsados por la exhibición del sábado ante el Abanca Ademar, los de Carlos Viver pusieron contra las cuerdas al Barcelona en la primera mitad. Fue lo que aguantaron las acometidas blaugranas, llegando a tener pequeñas ventajas e igualando el marcador durante varios tramos del choque.

Pero en la segunda mitad rompió el partido el cuadro catalán. Lazarov fue el encargado de bombardear la meta vallesana y Gonzalo Pérez de Vargas, una vez más, puso el cerrojo a su portería. La mezcla de estos dos factores decantó el partido para el lado blaugrana que comenzó a poner tierra de por medio.

El final del choque fue una celebración anticipada del Barcelona, lo que permitió a Granollers maquillar el marcador. Otra victoria más para un equipo insaciable, voraz, que ya no recuerda la sensación de perder dentro del territorio nacional y suma un nuevo título para mantener la hegemonía más sólida de la historia del balonmano.