La mejor croqueta de León, según los redactores

- «De las croquetas de los bares de León, ¿Cuál es vuestra favorita?».

Otro debate, menos intenso, que tampoco obtuvo una conclusión, pero si una solución: hacer una ruta por las que más gustaban a cada uno y disfrutar de las tapas de León y de las croquetas caseras de su hostelería.

Como tampoco hubo mucho consenso en esta ruta, os dejamos las mejores croquetas, o mejor dicho: las preferidas de cada uno de los redactores de leonoticias.

No hay duda, después de las de mamá, la mejor croqueta es la que sirven en la Calea con una consumición. Entre las de queso, chorizo o cecina yo siempre me quedo con las últimas.

Un bocado de 'sabor a León' que ha hecho del lugar una parada obligatoria cuando alguien me visita desde otras provincias. La croqueta de cecina de la Calea (que viene acompañada de un pincho de tortilla) es una delicia con una bechamel suave.

Con pequeños trozos del embutido rey de la provincia la croqueta es un placer para los amantes de este plato. Y otra de sus sorpresas está en el rebozado. Un pan crujiente envuelve con delicadeza la bechamel en un bocado suave en el interior y muy crujiente en el exterior que si no has probado... ¡te recomiendo sin lugar a dudas!

El tamaño sí importa y más cuando se habla de croquetas. En La Cocina, en pleno barrio Romántico, lo saben bien y por eso sus croquetas son tamaño XXL. El plan perfecto cuando el hambre es voraz.

Ya sean las tradicionales de jamón o las innovadoras de criollo, éstas croquetas o mejor dicho «croquetones» no dejan indiferente a nadie.

Con una bechamel perfectamente elaborada y una textura perfecta, hacen que el crijiente empanado llegue a la boca sin que se rompa. Dato importante dado el tamaño del singular elemento.

Un croquetón casero para disfrutar en uno de los locales con más encanto del barrio Romántico y que puede que para muchos sea desconocido

Un toque picante y un tamaño considerable para hacerla una de las indispensables en León. La croqueta, o más bien, croquetón de La Noria, ubicada en el corazón del Barrio Húmedo es una de esas tapas que no deja a nadie indiferente.

El sabor se une a su leve picante, originado por el jalapeño, que es el secreto de esta croqueta, para hacerla única. Más allá de las croquetas de jamón, queso, cecina o setas de otros locales, esta tiene ese toque diferencial que la hace imprescindible.

Los viejos rockeros nunca mueren. Hablar de tapa de croqueta en el Húmedo de León es hablar del Rebote. Un clásico del tapeo y en el que los amantes de este bocado tienen un amplio abanico para elegir.

No soy yo de aquellos que se dejan perder por devorar croquetas una tras otra, pero decir 'no' al Rebote no está entre las opciones.

Pizza, jalisco o queso. Entre esas tres variedades me muevo en cada visita a este local. Pero ahí no acaba la cosa. Hasta seis variedades se ofrecen con cada consumición; eso sí, no esperes a última hora porque la pizarra de opciones irá menguando.

Mi recomendación de la mejor croqueta de León es la que ofrecen en La Karpintería Gastrobar, un pequeño establecimiento ubicado en la calle Rodríguez del Valle, muy cerca del Parador de San Marcos.

Todos los platos de su carta están deliciosos, con una cuidada y esmerada elaboración en la que prima el producto de calidad. Pero sin duda las estrellas son las croquetas, con una bechamel ligera, que se deshace en la boca haciendo vibrar las papilas gustativas en una perfecta sintonía con el jamón.

Todo ello en un bar con una decoración cuidada que lo convierte en un rincón acogedor gracias también a la música que lo ambienta (perfecta selección de los 80 y 90) y un trato exquisito.

Es una croqueta pero sabe diferente a las demás. Esta es la paradoja que surge al probar las croquetas del Kamin. Por destacar una, la de queso de Valdeón.

En la simpleza está la complejidad. Puedes decir que es un roux acompañado con una jalea de ciruelas pasas con Pedro Ximénez y un poquito de coco seco por encima. Pero también puedes decir que es una croqueta de las de toda la vida. Con leche y queso de Valdeón se hace la masa a la que luego se le incorpora un toque de ciruela y coco que le da personalidad. La definas como la definas lo cierto es que es cremosa por dentro y crujiente por fuera, como tiene que ser una croqueta. Una auténtica delicia imposible de olvidar.

Pero no es la única que tiene este restaurante de la capital leonesa que desprende tradición, origen e inquietud. La croqueta de cecina con una mezcla de especies o la de guiso con una salsa de yema y canela amplían su carta

En el restaurante Marcela, en la plaza de San Marcelo, se sirve el 'Óscar' de las croquetas. Y no es para menos. A la mesa llega una delicia llamada 'croqueta de Lengua de El Capricho'. Una croqueta tradicional, melosa, con la bechamel armada a mano y rebozada con el pan que caracteriza a este restaurante: de masa madre y cocido en el horno de Luciano, en La Magdalena.

Lo mejor está en su corazón porque esta croqueta se monta con lengua curada de buey procedente de El Capricho, en Jiménez de Jamuz. El resultado final, para enmarcar.

Un bocado perfecto para empezar -o terminar- una tarde de tapeo por el Romántico. Porque la croqueta de chipirones de El Patio es perfecta para los que no nos gusta arriesgar más allá de la típica de jamón y, además de estar muy rica, el lugar es perfecto para pasar una tarde con amigos