Durante las fiestas llegan los excesos en las comidas y tras ellas aparecen los excesos en las neveras. La cena de Nochebuena y la comida de Navidad son momentos en los que muchas familias aprovechan para hacer platos especiales que normalmente no forman parte de ... la alimentación diaria. Además se suele comprar mucho más de lo que realmente se necesita ante el miedo de 'quedarse cortos'.
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Después de las fiestas la nevera se llena de 'restos' que si no se saben aprovechar suelen acabar en la basura. Una de las opciones más recurrentes para no tirar la comida es congelar algunas raciones para otros días. Pero también se pueden reciclar las comidas.
Si el día de nochebuena o navidad en el menú había pollo, pavo, carnes rojas o cualquier tipo de pescado se pueden aprovechar los restos para hacer croquetas. Con un poco de ingenio puede salir un nuevo plato que siempre es una delicia y que ayudará a aprovechar los restos.
Para darles más sabor se puede aprovechar el caldo de la sopa, en caso de haberla incluido en el menú, para realizar la masa de la bechamel.
Otra opción para aprovechar la carne es realizar canutillos. Se pican los restos para hacer un sofrito con cebolla, ajo, zanahoria y pimiento. Para que queden más crujientes se realizan con pasta brick, pero también se podría utilizar masa de hojaldre. Se cortan las hojas en rectángulos, se pincelan con mantequilla por los lados y tras colocar un par de cucharadas de relleno en uno de los extremos se sobre los lados y se enrolla la pasta. Al horno durante unos 25 minutos a 150 grados.
Una opción deliciosa, sobre todo para los más pequeños, es una pizza de ahumados. Se puede hacer la masa o comprar una preparada para tal efecto. En este caso se cubre la base con tomate y láminas de mozzarella escurrida y se hornea durante unos 10 minutos. Se colocan los trozos de salmón ahumado y se riega con nata para cocinar. De nuevo al horno durante dos minutos más y listo.
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Es muy propio de las fiestas navideñas llenar las mesas de marisco. Con todos estos platos la solución es sencilla: una buena sopa de marisco y pescado con la que no sólo se aprovechan las sobras, si no que servirá para crear un primer plato consistente, rico en proteínas, bajo en calorías y muy apetecible para las navidades.
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