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Paciencia, tiempo y cuidado. Esos son los tres secretos de una buena elaboración. Pero si le restamos tiempo y conservamos la calidad, el resultado es el mismo. Un proceso que cada vez nos sorprende más al mantener el sabor y salvar «de apuros» en momentos en los que no exista mucho tiempo para cocinar. «Hay platos que la gente puede llevarse directamente y tener preparados en minutos», explica la Ariana Suárez.
Su abuela fue una de las primeras mujeres empleada en el mercado. «Llevamos más de 100 años trabajando en el sector cárnico» asegura Suárez que ahora está al mando de la empresa.
Ver como los tiempos han cambiado les ha permitido ir adaptándose para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo con los «gigantes» de la industria. El primero de los platos más buscados para llevarse a la mesa de forma rápida son los callos. «Se viene el frío y se nota que a la gente le apetece algo más calentito», explica Ariana Suárez. Pero en casquería no solo se demanda «ese manjar» sino que la oreja, elaborada de forma similar a los callos o la morcilla también «triunfa» entre los clientes. «Simplemente sería cortar y calentar en la sartén».
Un proceso de apenas minutos en el que «calentar» será el único paso. «Siempre intentamos dejarlo un poco escaso de sal y de picante para que cada persona lo pueda poner al gusto y esté listo para comer», asegura la carnicera.
Los platos al vacío permiten no solo que la comida esté preparada de forma rápida y fácil, sino que pueda viajar sin preocupación a diferentes lugares de España. «Enviamos a toda la península desde hace años porque hay mucha gente que sino no podría consumirlos», remarca.
El picadillo, un básico de la cocina tradicional que con solo «freír» está listo para la mesa. «Le añades unos huevos y unas patatas fritas y listo», bromea Suárez que ofrece otra opción: «Combinándolo con arroz y tomate». Pero no podía faltar uno de los platos típicos, la morcilla de León.
Envasada tradicionalmente con la tripa natural, un nuevo formato que en la cárnica han trabajado durante años para que «sea más cómodo» y así conseguir «que aguante un poco más sin congelar el producto». Esto simplemente cambia el formato del producto ya que la calidad «sigue siendo la misma».
Manjares típicos que han conseguido llegar a la mesa dejando que los callos, la morcilla o la oreja leonesa recorran el país enseñando «la calidad de los productos de nuestra tierra».
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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