Llega el tiempo del cocido

Enclavado en la misma Plaza Mayor de León capital, el Restaurante Castrillo es una puerta abierta a una experiencia única. El nombre de este rincón ya avanza quién es el protagonista de la mesa: el cocido maragato, eso sí, hecho con el mayor mimo, esmero y calidad.

La esencia de Castrillo de los Polvazares se une a un trato inmejorable que hace que el cliente se sienta como en casa. Ofreciendo una opción excelente sin tener que coger el coche, el Restaurante Castrillo es sin duda la mejor opción para sentarse a la mesa a algo más que a comer. Con los mejores productos especialmente seleccionados por expertos (el 95% de lo que llega a la mesa tiene origen leonés), el cocido del Restaurante Castrillo ha conseguido lograr el sabor de antaño, eso sí, sin ser sinónimo de una digestión excesiva.

Para el que no lo conoce, la gran peculiaridad de este cocido es que se sirve al revés, comenzando con las carnes (en las que se encuentra el tocino, la panceta, el relleno y el pollo, entre otras), siguiendo con los garbanzos, la berza y el sofrito y la sopa con fideo. Con el primer vuelco, el de las carnes, se acompaña una ensalada preparada con el cariño con el que se cocina cada plato que llega a la mesa. El garbanzo va también de la mano con una piperrada especialmente elegida para la ocasión. Además, el cocido se muestra como una oportunidad perfecta para escoger un buen vino que acompañe la experiencia sin temor a que el precio sea una barrera para el cliente, ya que se puede disfrutar de grandes caldos sin sorpresas posteriores.

La mouse de limón y las natillas caseras son la guinda perfecta a un excelente cocido. Si lo que se busca es cenar, el Restaurante ofrece un menú ligero en un ambiente excepcional en el que no falta el queso, la cecina y la tortilla vaga, además de sus raciones, que también pueden degustarse en la terraza del restaurante, a pie de calle.

Los dos espacios con los que cuenta el Restaurante Castrillo cuentan con inmejorables vistas de la Plaza Mayor de León en una casa del siglo XIX, contando con una decoración que une la tradición con el buen gusto. Un rincón perfecto para una comida entre familiares o amigos sin mirar el reloj. Buena muestra de la calidad de este rincón leonés es que ocupa el número 1 en Tripadvisor, en una clasificación elaborada a partir de las opiniones de los clientes.

Restaurante Castrillo, la mejor opción de disfrutar del mejor sabor de La Maragatería sin salir de la capital.

En el corazón de Los Argüellos y en un marco de gran belleza paisajística, el Restaurante Fuentes Blancas ofrece uno de los mejores cocidos de la provincia que destaca por su sabor y su cantidad.

Y si hay algo que diferencia gastronómicamente a Vegacervera de cualquier otro punto de la provincia es el amor por la carne de chivo en toda su expresión. Este tipo de carne no podía faltar en el cocido de Fuentes Blancas, que añade el chivo para darle su toque personal.

Es un cocido sabroso y contundente que, de viernes a domingo, puede pedirse en este restaurante por 17 euros, y el resto de días por encargo. Cuenta con la tradicional sopa, que tiene su sabor peculiar al ser de carne de chivo, acompañada de la berza y los garbanzos.

En el compango, aparecen tres tipos de carne: chivo, ternera y cerdo. Morcilla, relleno, chorizo de vaca y cerdo, longaniza de chivo, pata de chivo, oreja de cerdo, lacón y dos tipos de tocino completan este cocido, que se puede disfrutar tanto en el interior del restaurante como en su terraza con vistas al macizo que contiene las Hoces de Vegacervera.

En este menú entra la bebida, el café de puchero y postres, siempre caseros, que van desde el arroz con leche, la cuajada, la crema de limón o las natillas a tarta de la abuela o tarta de queso al horno.

En el corazón de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, entre montañas y poniendo el sabor al valle desde Vega de Gordón se ubica Casa Senen, un referente del buen yantar leonés y que con la llegada del invierno se hace paso obligatorio, parada y fonda, para degustar los productos de la tierra.

Uno de los platos que más se elaboran en len este lugar y que tiene su sello de identidad propio es el cocido gordonés. Cuchara y ambiente familiar, con 55 años de tradición, dan sentido a este plato que Casa Senén lleva elaborando décadas con la receta de siempre y productos autóctonos, todos ellos obtenidos en la zona, para dar nombre a esta variedad.

El gordonés se diferencia del resto por su sabor, el que el compango aporta a la sopa, a los garbanzos y a la verdura, que absorben toda su esencia para embriagar el paladar. Cada cucharada, cada sorbo, sabe a Montaña Central, sabe a León y a producto de la más alta calidad.

El plato fuerte llega en la mezcla de carnes, única en esta modalidad de cocido. Chivo, longaniza, panceta, morcilla, lengua curada y oreja, toda una explosión de ingredientes que coronan al cocido gordonés de Casa Senén como el rey del sabor.

Pero aquí no acaba el desafío con el sabor. Si queda hueco, la familia de Casa Senén ofrece un rico postre preparado de forma artesana que obligará a poner fin a la fiesta con un buen paseo por la naturaleza en estado puro que ofrece la zona.

La cita con la tradición del cocido gordonés se puede degustar en este lugar desde el 9 de noviembre y hasta Semana Santa, cuando el menú y los calores obliguen a dar otro giro a los fogones.

En el corazón de Astorga, al lado de la Plaza Mayor, Cafetería Pasaje ofrece en un ambiente inigualable el auténtico cocido maragato. Tierra de arrieros, viajantes incansables para vender sus mercancías, este plato es la estrella de una zona donde saben de lo que hablan cuando se trata de un bue cocido.

En Cafetería Pasaje se puede degustar un cocido tradicional maragato, donde, como es costumbre, la sopa se sirve al final. Primero se empieza el compango compuesto por nueve carnes: morcillo de ternera, oreja de cerdo, costilla de cerdo, pata de cerdo, panceta, chorizo, lacón, gallina y tocino, todo acompañado como no por el garbanzo pedrosillo, berza, patata y ajo arriero, típico de la Maragatería.

Después de degustar todas las carnes y acompañamientos hechos en su justo punto de cocción y contando siempre con calidad de primera, se sirve la sopa. Para rematar el festín, las natillas tradicionales ponen el toque dulce.

Muchos se preguntan por qué se sirve la sopa al final, al contrario de lo que se acostumbra en otras zonas. Y es que la tradición dice que la Maragatería, zona de arriero, de transportista en carro, contaba con poco tiempo para hacer parada. Por eso, cuando llegaban primero comían la parte contundente del cocido, las carnes, por si no había tiempo, y la sopa la dejaban para el final. Por eso en ocasiones, la sopa de Cafetería Pasaje está algo picante.

Un buen plato para los fríos días de Astorga con unas vistas inigualables a la plaza mayor de esta tierra con tradición y atractivo.