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León espera un año más una Semana Santa llena de espacios para disfrutar de procesiones, limonada y, sobre todo, del buen comer.
En el Mercado del Conde Luna lo tienen claro. «Es una fecha muy marcada en el calendario para nosotros», explica Emilio Fidalgo, de Embutidos Inma. La visita de cientos de turistas sube al ritmo marcado habitualmente y las cifras de clientes se disparan.
León, una ciudad que según define el comerciante «nada tiene que envidiar a otras», cuelga carteles de 'sold out' en muchos alojamientos. Fechas «increíbles» para las que los vendedores ya están preparados. «Lo que la gente puede venir a demandar lo tengo yo aquí», explica.
Con el escaparate lleno de productos de procedencia leonesa, Fidalgo confiesa apostar siempre por el género «de la tierra». Cecina, chorizo o salchichón son los nombres que más buscan sus clientes. Una lista que aumenta con la llegada de las visitas y a las que tiene que sumar productos «más típicos» y «menos habituales» en otras ciudades como puede ser el botillo o la morcilla.
«En Semana Santa viene mucha gente a León, lo que implica que muchos de ellos se quieran llevar productos típicos de aquí», añade. Algo que, asegura, «infla» sus ventas porque «saben que aquí la calidad es de lo mejorcito que hay».
Tradicionalmente eran muchos los turistas que, según indica el vendedor, viajaban a sus pueblos donde se realizaban matanzas y aprovechaban para llevarse algo de estas. Pero actualmente se trata de una tradición que «se ha perdido».
Las fechas congregan a cientos de personas que recorren las calles de la capital y que buscan lugares de desconexión en los pueblos de la provincia. «La cecina de León es lo mejor que hay», indica. Algo que cambia mucho cuando es de otros lugares. «Yo apuesto siempre por productos leoneses», aclara. Embutidos Inma, con una trayectoria de largos años, destaca con un nuevo puesto en el Mercado el cual cubre con carteles de lugares de León de donde descienden sus productos.
«Los chorizos es increíble lo que se venden», asegura. Frescos, envasados al vacío o metidos en tarros sus productos son «calidad asegurada» que espera unas «muy buenas» semanas futuras. Los clientes, según bromea el comerciante, son como la canción: «vienen y vienen y vuelven a venir», ya que quien prueba, repite, porque como declara Fidalgo «saben lo que tenemos aquí».
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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