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Vivir Eurovisión en una burbuja

Vivir Eurovisión en una burbuja

Róterdam acoge el festival bajo una estricta seguridad: «Este año sale más económico venir», explica un eurofan

J. Moreno

Madrid

Viernes, 21 de mayo 2021, 00:10

Un estricto protocolo de seguridad para evitar cualquier tipo de brote por coronavirus asola la edición más extraña de Eurovisión. Tanto la Unión Europea de Radiodifusión (UER) como la ciudad de Róterdam cuidan todos los detalles ante un espectáculo televisivo que reúne cada año a ... unos 180 millones de espectadores en todo el mundo. Porque el certamen musical es mucho más que un concurso de la canción. El país anfitrión se juega su imagen de cara a un planeta que mirará con atención la organización de un festival marcado por la pandemia.

Sin embargo, el coronavirus no ha impedido a la comunidad eurofan vivir Eurovisión con la pasión que les caracteriza. Este año, si cabe, con más ganas que nunca, pues la situación sanitaria de 2020 provocó que se suspendiera el concurso musical por primera vez en la historia y muchos seguidores tuvieron que cancelar sus planes y viajes ante la eclosión de la pandemia en marzo. Es el caso del periodista del portal televisivo 'Bluper' Juanma Fernández, que se ha desplazado hasta la ciudad neerlandesa para vivir el evento como lleva haciendo ocho años.

«En un principio no iba a venir por la Covid. Tenía la experiencia del año anterior, que lo habían cancelado pocas semanas antes. Tenía planteado verlo desde casa y pedir la acreditación 'online'. Pero se me despertó todo, la pasión por el festival y dije: '¡Qué coño!», cuenta desde Róterdam, donde reconoce que se hubiera arrepentido de no haber acudido finalmente. «Estoy muy feliz de haber venido. Es un festival seguro. Estamos trabajando muy tranquilos dentro del estadio», añade.

A las puertas de los Juegos Olímpicos y la Eurocopa, el festival de Eurovisión es uno de los primeros grandes eventos que acoge a miles de personas. Al recinto donde se celebran las actuaciones, el estadio Ahoy Arena, sólo podrán entrar 3.500 personas, lo que representa el 20% del aforo. Para llegar hasta aquí, los eurofans, las delegaciones y la prensa especializada pasan un protocolo previo para acudir con todas las medidas de seguridad.

«Para venir a Países Bajos te piden una PCR de 72 o 24 horas y un test de antígenos cuatro horas antes de volar. Al llegar al estadio de Róterdam, recoges tu acreditación, pero hasta que no te hacen la prueba de antígenos o el test de respiración no puedes entrar al recinto. La acreditación está en 'stand by' hasta el resultado», explica el periodista. Según la organización, de las 20.000 pruebas que se realizaron, solo nueve dieron positivos. No obstante, en las últimas horas, el ganador de la última edición, Duncan Laurence, dio positivo por Covid y no podrá ni actuar ni entregar el micrófono de cristal a su sucesor.

Alojamiento más barato

En el interior del estadio, en el caso de la prensa, tienen reservado un asiento para poder trabajar. «Se recomienda que estés en una burbuja con los periodistas de tu delegación. Entre los asientos hay una distancia de 1,5 metro y hay que moverse con mascarilla», señala. En Países Bajos, en concreto, no es obligatorio llevar esta protección en el exterior, como sí ocurre en España.

En el caso del alojamiento, Fernández sostiene que ha sido «más fácil» porque «los precios han caído una barbaridad». «El año pasado iba a ser el festival más caro para la prensa o un eurofan. Esta edición, económicamente sí que merece la pena, porque tampoco puedes hacer muchas actividades y no estás gastando en fiestas», expone el experto, que aclara que la PCR de ida y vuelta corre a cargo del visitante.

De hecho, el ambiente, al contrario que otros años, está siendo «tranquilo» pues se han suspendido las habituales fiestas por la situación del coronavirus. No hay el conocido como 'Euroclub', donde se reunían los seguidores con los artistas, ni el 'Eurovillage', con conciertos. «La ciudad está decorada con elementos eurovisivos. Más allá de eso no hay nada más. Del estadio al apartamento u hotel, y a hacer turismo. Esta edición te permite vivir la ciudad de una forma más tranquila que otros años», indica.

Eurovisión, según datos de años anteriores, supone una inversión media de unos 30 millones de euros para la televisión pública europea encargada de la organización, aunque la cifra varía dependiendo del país. En Azerbaiyán (2012) se gastaron 100 millones con la construcción de un imponente estadio cubierto, el Baku Crystall Hall. En el país luso, en cambio, unos 22 millones. «Ni la expo de 1998 en Lisboa tuvo tanto tirón», expresó entonces el presidente de la Asociación de Hostelería de Portugal. Un tirón extra musical, el del festival, que engancha: «Una vez que vienes es imposible no querer repetir. Me arrepiento de no haber empezado antes».

Mofas de Noruega con el representante español

La televisión de Noruega se mofó de la canción del representante español, Blas Cantó, cuya letra está dedicada a su abuela, fallecida por coronavirus. En el plató se comentó esta circunstancia entre risas. «Tal vez sea ella la que venga. Y su padre murió mientras escribía la canción. Me conmueve, pero no me llega», incidieron. Por su parte, el murciano reaccionó en redes sociales: «No puedo reconstruir mi alma viendo cosas como esta. Nadie sabe por lo que estoy pasando ni el esfuerzo que hago incluso para seguir vivo». La televisión noruega se disculpó ayer y reconoció que fueron «insensibles».

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