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Advertía el chef Jordi Cruz que la prueba de exteriores del último programa de MasterChef iba a dejar a los aspirantes «helados» y no se alejó de la realidad.
La Estación Invernal de San Isidro fue el impresionante escenario donde la organización, de la mano de Tierra de Sabor, quiso llevar sus cocinas.
A menos dos grados, y con sensación térmica de -12, el programa mostró «uno de los tesoros mejor guardados de la Cordillera», con un laberinto nevado de 31 pistas de «extrema belleza» y al que los jueces, Samantha Vallejo-Nájera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez llegaron en motos de nieve.
El menú propuesto fue elaborado por el Restaurante Pablo, en la capital leonesa, y Juanjo Losada -exculpando la ausencia de Yolanda Rojo- estuvo presente en la grabación para seguir de primera mano los avances en cocinas.
Los cuatro platos a los que se enfrentaron los aspirantes fueron: Menestra de pimiento de Fresno-Benavente, huevo poché , caldo de garbanzos Pico Pardal y cecina de León; salmón con ratatouille y mantequilla negra; caldereta de lechazo de Castilla y León y boniato en texturas; y crumble de avellana con plátano y espuma de chocolate. Todos ellos bajo el paraguas de la marca de calidad Tierra de Sabor
Los participantes tuvieron que cocinar para 200 esquiadores, récord del programa, que se dieron cita en las pistas leonesas para disfrutar de un menú con energía, hidratado y de fácil digestión.
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Tras pasar por cocinas, llegó el tiempo de pasar a la degustación. Allí apareció el presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, junto al diputado de Productos de León, Matías Llorente, y quien destacó «el paraíso y las posibilidades que tiene la provincia», que dispone de otra estación y muy cerca una joya como las Cuevas de Valporquero. Al presidente le gustaron «mucho» todos los platos que probó.
También estuvieron presentes el viceconsejero de Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, Jorge Llorente; la directora de la estación, Olga Álvarez; e Isabel Ruiz, presidente de la IGT Pimiento de Fresno – Benavente, quien lamentó que el equipo perdedor no supiera sacar todo el sabor a su producto.
En el cierre de la prueba, de nuevo el jurado destacó que «León tiene que vayas donde vayas siempre comes bien. Cocinar de montañas es un privilegio y algo que nunca olvidaremos». Y, como colofón, el equipo ganador se llevó un botillo del Bierzo.
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