El teatro San Francisco acoge el espectáculo infantil de 'Pinocho'.

Teatro Arbolé vuelve a recuperar un clásico de la literatura universal. En esta ocasión, la propuesta está dirigida, especialmente, a espectadores a partir de tres años. Pinocho, nos sirve de soporte para contar una historia en la que el abandono, la necesidad de mentir o falsear la verdad y la necesidad de mejorar la autoestima son puntos de reflexión.

Pinocho, sus peripecias fantásticas, sus desplantes, unidos a su gran emotividad, rompen con los moldes tradicionales de los relatos para niños; esta es posiblemente la clave para su intemporalidad y su vigencia en la actualidad.

Pinocho, desde que es un simple leño de madera, hasta convertirse en un niño de carne y hueso, no deja de ser una alegoría del proceso de evolución de cualquier niño para convertirse en una persona madura. Y en este proceso de formación de la personalidad se encontrará permanentemente en relación con los adultos que le rodean y que le marcan lo que tiene que hacer. Su rebeldía es la fuente de sus problemas, pero también su ansia por afirmarse, forma parte del juego permanente que nos prepara para la vida.

Teatro Arbolé en sus representaciones siempre ha huido del excesivo didactismo, siempre hemos tratado de educar en valores, de incidir en mensajes positivos, pero de una manera no meramente didáctica, sino llamando la atención sobre una historia atractiva, que enganche al espectador y le haga abrirse inconscientemente al mensaje y los objetivos previstos.