Aquella noche de 1933, Francisca Nieto Blanco –le llamaban 'Paquina' en su casa, la de una familia acomodada, de derechas, de El Bierzo– acudió con sus mejores galas a una fiesta en el Casino de Ponferrada. Llegó con un vestido elegante, caracolillos en el pelo, ... una sonrisa eterna que tal vez dibujó una mueca de incredulidad cuando su nombre fue dicho en voz alta. Ni siquiera sabía que estaba nominada, pero aquella velada de 1933 terminó para Paquina con una banda sobre el pecho y un ramo de flores en las manos. 'Miss Ponferrada 1933'. Es el título elegido por Fabularia Teatro para, a partir de esta anécdota –alegre, frívola tal vez– contar la historia (dura, tremenda, tan novelesca como real) de una mujer que quedó viuda muy joven, que fue represaliada durante el franquismo, que vivió en el exilio de Buenos Aires, que regresó a su tierra natal ya durante la Transición, que falleció en 2007 y que, durante sus últimos años de vida, alzó la voz para reivindicar la dignidad de los 'perdedores'. «Dicen que hay que olvidar el pasado, pero yo digo que el que olvida el pasado no es digno del presente, porque no le sirve», decía Paquina, quien reivindicó esa memoria «para que no haya tanta avaricia, tanto crimen, tanta riqueza y tanta pobreza».
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Su historia lucirá este sábado bajo los focos del auditorio Miguel Delibes, en Valladolid, en un proyecto de teatro documental donde no cabe la ficción. Cada palabra que se escucha en escena está «perfectamente documentada».
Para escribir el texto, Raúl Gómez y Trinidad Osorio (quien se mete en la piel de Paquina) han echado mano de una entrevista que Santiago Macías (autor del libro 'El monte o la muerte')hizo a Paquina. También hay extractos del proceso judicial 319-1945 del Archivo Militar de Ferrol. Y se ha contado además con el asesoramiento histórico de Francisco Javier García Bueso. «Todo lo que se cuenta es verdad. No hay nada inventado», explica Gómez.
Meses después de aquella velada, Paquina conoció a Vicente Campillo Ovalle, un líder sindical de Ponferrada, agente de la policía de la República, con quien se casó. «El 21 de julio de 1936, las tropas del bando sublevado entraron en Ponferrada y Vicente tuvo que escapar», cuenta Gómez. Marchó al frente de Asturias. «Me detuvieron poco después de huir mi marido. Mi pequeño quedó abandonado.Lo había sacado una sobrina a pasear y no estaba en casa cuando vinieron a buscarme. Solo tenían orden de llevarme a mí», le contó Paquina a Macías para aquel libro que recoge su historia. «Mi pequeño tenía un mes y yo no lo podía amamantar. Había nacido antes de la fecha por culpa del disgusto que me produjo saber que habían intentado matar a mi marido a la puerta de casa, antes de la guerra. Estando en la cárcel, mi hermana me traía a mi hijo a escondidas y podía verlo a través de las rejas». Poco tiempo después, mataron a su esposo en Asturias. Quedó viuda. Con un hijo pequeño. Ytoda una vida por delante. «Ella no estaba implicada en el movimiento republicano, pero su papel se convertiría cada vez en más relevante», recuerdan desde Fabularia Teatro. Para sacar adelante a su hijo, Paquina abiró una tienda de ultramarinos en los laterales del castillo de Ponferrada. Aquella tienda se convertiría en una red de enlace y apoyo a la guerrilla republicana. Era el lugar en el que los guerrilleros se intercambiaban mensajes. «Al principio, ella tal vez no sabía la tracendencia de lo que hacía, pero, por lealtad a su marido, se unió a la lucha antifranquista». Los movimientos que en aquel negocio se llevaban a cabo quedaron consignados en una documentación republicana que fue requisada durante el registro a una casa de Columbrianos. Paquina había quedado señalada.
Durante los diez años siguientes, pasó largas temporadas en la cárcel de Ponferrada (hoy Museo del Bierzo) y donde, por falta de espacio, a veces tuvo que dormir de pie. «No fue un encarcelamiento continuado, sino por etapas. Ella contaba cómo, cuando llegaba el 14 de abril o el 18 de julio, era detenida y encarcelada durante dos o tres meses, sin ningún motivo, más allá de la persecución por desgaste». En 1948, marchó al exilio a Buenos Aires, con su hijo. Y tras la muerte de Franco, regresó a España. Primero a Madrid. Luego, a una residencia en Flores del Sil, donde falleció después de contar su historia para ese libro de Santiago Macías que cayó en manos de RaúlGómez. «Cuando lo leí, le dice a Trini:aquí hay una historia que merece la pena».
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Trinidad Osorio es la actriz de un montaje que cuenta con la música en vivo de José ManuelSabugo 'Sabu', quien le pone notas de acordeón a una historia construida desde la verdad documental y arropada con objetos antiguos, como una máquina de escribir (donde se teclea el proceso judicial), trajes militares de anticuario, una báscula de época para evocar la tienda de ultramarinos. Hay un viejo banco de madera, una reja con ruedas y una radio que emite discursos y canciones de aquellos años 30, mientras el público se acomoda en su butaca para conocer la historia de Paquina, la miss Ponferrada 1933 que reivindicó la memoria para no repetir los errores de la Historia.
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