El responsable de programación cultural, Senador González; el encargado de iluminación y coordinador técnico del Auditorio de León, Miguel Del Campo Sahagún; Álvaro Polo Renedo, técnico maquinista; La gerente, Ana García Carbajoy la concejala de cultura del Ayuntamiento de León, Evelia Fernández en la platea del Auditorio de León S. Santos / Irene de Celis

El Auditorio de León, 20 años marcando la vida cultural de los leoneses

Todos los grandes han pasado por este espacio que todos los leoneses conocen pero muy pocos saben quienes son los participes de darle vida | «solemos trabajar en la oscuridad, por eso solemos ir de negro y procuramos que ni se nos oiga ni se nos vea», apunta Álvaro Polo Renedo, técnico maquinista

S.F.

León

Miércoles, 21 de diciembre 2022, 08:03

Lleva 20 años marcando la vida cultural de los leoneses. Han pasado dos décadas desde que el Auditorio de León construido por los arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón, padres de otro emblemático edificio contemporáneo de León como es el Musac, culminasen una ... construcción que comenzó en 1994.

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Ahora marca el pulso cultural de esta ciudad. «Todos los grandes y los pequeños han pasado por aquí porque son muchos años de trabajo tanto en la música como en el teatro y luego no nos olvidemos de que, a partir de cierto momento, los espectáculos infantiles, el teatro infantil se vino para aquí, porque en una primera etapa aquí se hacía música clásica, que es para lo que más o menos concibieron este edificio», apunta la concejala de cultura del Ayuntamiento de León, Evelia Fernández.

Un espacio que todos los leoneses conocen pero muy pocos saben quienes son los participes de darle vida. Profesionales que trabajan en la oscuridad, «por eso solemos ir de negro y procuramos que ni se nos oiga ni se nos vea», apunta Álvaro Polo Renedo, técnico maquinista.

Senador recibe diariamente entre 80 y 100 emails, por su manos pasan todos los eventos que acuden a este espacio, una programación que se hace con mucha antelación. «Cuesta mucho entenderlo cuando le dices a alguien que te pide fecha para marzo, que ya está lleno y que para el segundo semestre del año que viene a lo mejor todavía tenemos algún hueco. Se piensa que esto se hace de otra manera, pero ya tengo fechas ya para el 2024», explica Senador González, responsable de programación cultural.

Todo tipo de eventos

Senador lleva 18 años programando en este espacio, aunque ya llegó con experiencia del Teatro Emperador, del que pide que se vuelva abrir para diversificar y no sobrecargar el auditorio. «Sería necesario para desahogar un poquito toda la actividad que tiene y poderlo tener en dos espacios de calidad, para que todo el mundo pueda ver música, teatro, danza, circo y demás», resalta el responsable de programación cultural.

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Y es que este espacio que nació para acoger espectáculos musicales, ahora también es el cobijo de teatro, humor, magia, galas o ponencias. «Hemos tenido actividades de todo tipo, hemos llegado a tener hasta un congreso nacional de viudas con mil y pico viudas dando una misa con nueve curas. El espacio es multicultural, pero en todos los sentidos, porque hemos tenido todo tipo de actividades», detalla Álvaro Polo Renedo.

Antes de la función

Que el Auditorio tenga esa versatilidad es gracias a sus técnicos. Profesionales que ni se les escucha ni se les ve pero que sin su dedicación no habría ningún evento. Un trabajo que comienza mucho antes de que llegue cualquier función.

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«La comunicación es con un mes de antelación, nos ponemos en contacto con las compañías y nos intercambiamos planos y fichas técnicas de lo que ellos necesitan y nosotros tenemos. Llegamos a un acuerdo y ellos mandan un plano, tanto de maquinaria, sonido e iluminación de lo que ellos necesitan del auditorio. El día que ellos llegan, sabes que hay que montar para que ese día a las 20:30 horas, sí o sí hay se abra el telón», afirma el encargado de iluminación y coordinador técnico del Auditorio de León, Miguel Del Campo Sahagún

Cuando se abre el telón

Y cuando se abre el telón, el trabajo continúa. Sin poderse permitir ningún fallo, por un lado está el sonido y las luces para las cuales no solo vale los detalles técnico también tiene que existir un gusto que no se puede definir pero hace que el espectador aprecie una armonía en el escenario.

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«La iluminación es mucho más compleja que poner un foco tienes que saber dónde lo pones, para qué vale, si es de contras, si es frontal, si es un cenital, si viene de calle para dar una luz o una sombra una zona o es un puntual muy preciso», destaca Miguel Del Campo.

Detrás del escenario

Por otro lado, detrás del escenario está otro de los trabajos que no se ve. La obra avanza y hay que hacer cambios en la escenografía, entran elementos otros salen, se cambia el fondo y todo ello hay que hacerlo sin que el público note ninguna rareza.

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«La tramoya en realidad es un juego de esconder las cosas y que todo lo que parece una cosa, no sea esa cosa, sino que siempre estás jugando; poniendo o quitando telas, tapando cambios de escenografía. De repente la actuación va adelante y ocupa la atención del público en un sitio y tú en ese momento estás aprovechando para cambiar el otro», expone Álvaro Polo Renedo.

El auditorio de León es un espacio vivo donde el espectador que se sienta en una de sus butacas se lleva un bonito recuerdo, y gran parte de ese éxito reside en los profesionales que trabajan allí.

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