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Aitana Sánchez-Gijón, en una de escenas de la obra.

Aitana Sánchez-Gijón: «Las mujeres pasamos, sin transición, de ser la protagonista a ser su madre»

La actriz se sube al escenario del Auditorio de León, este jueves 1 de octubre a las 20.30 horas, con el espectáculo de danza contemporánea 'Juana'

Jueves, 1 de octubre 2020, 10:02

Si hay un nombre de mujer comprometida ese es Juana. A lo largo de la historia muchas mujeres de distintas épocas se han ganado el respeto portando este nombre. Ahora muchas de estás Juanas se unen gracias a otra mujer valiente y comprometida. Aitana Sánchez- ... Gijón llega, este jueves 1 de octubre, al Auditorio de León para revivir a Juana de Arco, Juana la Loca, la Papisa Juana, Sor Juana Inés de la Cruz y Juana Doña.

Una puesta en escena arriesgada en la que la danza cobra protagonismo para dar valor a mujeres fuertes y revolucionarias que no tuvieron un final digno. Ahora, este montaje les otorga el reconomiento que la historia les ha negado.

Antes de subirse al escenario la actriz Aitana Sánchez-Gijón mantiene una conversación con leonotias.

Juana

Fecha: Jueves 1 de octubre

Hora: 20:30

Lugar: Auditorio de León

Precio: 16 euros

Reparto: Carlos Beluga, Chevi Muraday, Aitana Sánchez--Gijón, Maximiliano Sanford y Alberto Velasco

Dirección Artística y Coreografía Chevi Muraday

Dramaturgia Juan Carlos Rubio

Textos Juan Carlos Rubio, Marina Seresesky y Clarice Lispector

-¿Cómo ha sido volver a retomar la actividad profesional después del confinamiento?

-Retomar la actividad después del encierro y este periodo tan extraño en el que todavía estamos lo considero un privilegio porque muchas compañías no lo han podido hacer todavía y otros espectáculos que iban a hacerse se han tenido que suspender. Hacer la representación es un triunfo

Realmente, ahora mismo, estar encima de un escenario es un acto de militancia, porque las circunstancias no acompañan, pero es absolutamente necesario mantenernos vivos y estar ahí, por mucho que nos cueste a todos; por eso me parece tan valiente y tan importante.

-¿Le sorprende cuando sale a escena y ve a la gente separada y con la mascarilla?

-La verdad es que cuando pensaba en la idea de actuar para un público con mascarilla y disperso en el patio de butacas me perturbaba mucho. Pero realmente ya llevamos tanto tiempo viviendo esta situación en todos los órdenes de nuestra vida, asi que verlo en el patio de butacas no me ha resultado más extraño que ver a la gente por la calle o en cualquier otro espacio con la mascarilla.

Lo que sí me resulta extraño y desangelado son los criterios tan distintos que están teniendo las comunidades con respecto a los aforos. En algunos sitio al 50% en otros te permiten un 70%, de repente en Castilla y León un 30 %. Me perturba ir a un teatro y tener 30 personas y luego ir a otro con 500, no lo comprendo muy bien.

«Nunca se ha considerado la cultura como un bien de primera necesidad, ni algo necesario para poder vivir»

-Hace poco el mundo de la cultura se manifestó para exigir que les dejaran trabajar, ¿qué tiene la cultura para que las administraciones públicas no la consideren segura?

-Pues que nunca se ha considerado la cultura como un bien de primera necesidad, ni algo necesario para poder vivir. Hay otros sectores económicos, como por ejemplo es el del transporte, en el que no hay discusión posible, uno va en tren y se sienta al lado de quién le toque y sin embargo, en un teatro, con espacio más amplios; con separación entre las butacas; en el que no hablas porque estás viendo un espectáculo; esto no es posible porque nunca ha sido prioritario. Estas son las consecuencias de que en este país nunca se ha considerado a la cultura como un bien de primera necesidad, algo que en otros países europeos no pasa.

-Llega a León con Juana, ¿puede ser la obra más arriesgada que ha realizado?

-Sí, sin duda Juana es el salto al vacío más grande que he dado en toda mi carrera, porque no tengo formación de bailarina y además no soy una persona joven, voy a cumplir 52 años, y sin embargo, sentí esa necesidad que fue gestándose poco a poco y creciendo a medida que he ido haciendo mis últimos trabajos teatrales. Quizás se agudizó más con el trabajo que hice con Andrés Lima en 'Medea' donde hice un uso del cuerpo bastante extremo y ahí me di cuenta que necesitaba utilizar mi instrumento de una manera muy total y que el movimiento fuera parte de la expresión de mi cuerpo y de mi voz.

Entonces abordé un día a Chevi Muraday, después de ver un espectáculo suyo que me fascinó y que para mí fue como una epifanía, se llamaba 'En el desierto' donde había actores que bailaban, bailarines que actuaban y me pareció que ese era el camino que quería recorrer y le propuse a Chevy que me hiciera bailar.

Pese a lo arriesgado de la propuesta, siempre tuve la seguridad y la confianza de que el Chevi no me iba dejar hacer el ridículo, él no busca el movimiento perfecto, sino que lo que a él le interesa es encontrar ese lenguaje como un posible donde el cuerpo se expresen con libertad, con emoción, con organicidad y cada uno de los cuerpos que habitan ese espacio expresen lo máximo dentro de sus posibilidades.

Después de casi dos años de trabajo muy íntimo y muy progresivo llegamos a ese puerto común que se llama Juana.

«Todas las Juanas tienen en común haber sido mujeres adelantadas a su época que han roto el molde desafiando el orden establecido»

-Da voz en esta obra a Juana de Arco, Juana la Loca, la Papisa Juana, Sor Juana Inés de la Cruz y Juana Doña. ¿tienen algo en común, además del nombre?

-sí, claro, todas estas mujeres, aparte del nombre, tienen en común que en realidad para mí son la misma mujer porque representan lo mismo. Lo que llama la atención es que haya tantas mujeres importantes a lo largo de la historia que se han llamado Juana.

Todas ellas tienen en común haber sido mujeres adelantadas a su época que han roto el molde desafiando el orden establecido.

-Este espectáculo es un homenaje a la valentía de las mujeres, ¿Ha notado un cambio en los personajes femeninos en los guiones?

-Sí, estoy notando un cambio, afortunadamente, en los guiones y en las historias que se están contando. Como siempre en el terreno de la ficción Estados Unidos nos lleva la delantera y sus series nos muestran personajes de una complejidad brutal, de una riqueza que hasta hace poco era impensable. Nosotros vamos poco a poco, también tenemos personajes femeninos de distintas edades y condiciones con esa complejidad .

Lo que pasa, que lo hablaba con Marina Seresesky una de las escritoras del texto, es que ahora no nos permiten escribir personajes femeninos que no sean un ejemplo, con los que no puedas enfatizar completamente. Hay una corrección política en la que las mujeres que se representan tienen que ser todas fantásticas.

-En numerosos casos se ha significado políticamente, ¿esto le ha traído consecuencias para su trabajo?

-El hecho de significarme políticamente o de comprometerme con alguna causas ejerciendo mi derecho de ciudadana creo no me ha perjudicado. Llevo remando desde niña y siempre he podido vivir de mi trabajo y cada vez he tenido más posibilidades, sobre todo en el teatro, de interpretar personajes grandiosos.

«Estoy agradecida a la vida por permitirme seguir aquí después de tanto tiempo y poder seguir viviendo de lo que amo»

-Los últimos años la hemos visto en teatro y en televisión, pero menos en cine, ¿esto es por una decisión suya?

-No, el hecho de no hacer cine prácticamente desde hace diez años con alguna excepción, no ha sido decisión mía en absoluto. Tiene que ver con ese frontera que existe en las mujeres a partir de los 35 años, en mi caso fue clarísima, en la que pasas de ser la chica de la película a la madre de la chica de la película; sin transición.

Pero he tenido la suerte y la voluntad de labrarme una carrera teatral también de poder participar en series como 'Velvet' o 'Estoy vivo' que me han dado tanta satisfacción y también una estabilidad económica; pero bueno, yo siento que esto es una carrera de fondo y afortunadamente yo me siento completa, realizada y afortunada por interpretar personajes de la complejidad de las Juanas.

No tengo tiempo de pensar en que me falte algo porque no tengo horas del día para hacerlo. Estoy agradecida a la vida por permitirme seguir aquí después de tanto tiempo y poder seguir viviendo de lo que amo.

-Llega a León ¿tiene algún recuerdo de esta ciudad?

-Lo recuerdo, creo que la primera vez que vine fue haciendo 'A puerta cerrada' con Carmelo Gómez que vinieron a verlo todos sus vecinos de Sahagún; fue precioso y la última vez que estuve madrugue para ir a ver la Catedral y sus vidrieras.

Volver a pasear por las calles del Húmedo y volver a pisar esa Catedral sería maravillosa. El jueves estaremos ahí, no sé cuánta gente podrá venir a vernos, pero los que vengan para mí son héroes. El espectador que se sienta ahí con su mascarilla se entromete en un viaje durante una hora y media; vamos a León con muchas ganas.

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