Acuarela de Isabel Menéndez.

Cómo leer un cuadro: la Plaza de San Pablo en la acuarela de Isabel Menéndez

Pinceladas de Valladolid ·

La obra de esta vallisoletana desprende un aire de pretéritos esplendores traído al tránsito de un día corriente, al paso de figuras difuminadas que viven el prodigio de la normalidad, seguramente, con pensamientos ajenos a las historias que cobija el lugar

Jesús Bombín

Valladolid

Domingo, 3 de noviembre 2019, 12:44

Barrio de reyes, cogollo del Valladolid cortesano en el que nacieron, ocuparon palacios, gobernaron o se casaron Juan II, Enrique IV, los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II y Felipe III. Territorio de séquitos reales, deambular cortesano desde que en el siglo XIII doña Violante, ... esposa de Alfonso X el Sabio, fundase el convento dominico de San Pablo, entonces en el exterior de la muralla que envolvía la ciudad medieval.

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Soltar la mirada en el entorno de San Pablo es darse de bruces con la armonía del lenguaje de la piedra. Del Palacio Real a San Pablo y al Palacio de Pimentel y, al fondo, la vista se fuga por Cadenas de San Gregorio, calle museo, reino de esculturas con siglos a cuestas, ahora encomendadas a la proclamación de la belleza en sus pedestales del Colegio de San Gregorio, el Palacio de Villena y la Casa del Sol.

Isabel Mnéndez, con su obra frente a la Plaza de San Pablo. Alberto Mingueza

Domar la acuarela

«El agua y el pigmento son imprevisibles, se expanden y crean efectos difíciles de controlar; la acuarela permite rectificar poco», resume Isabel Menéndez. Vallisoletana licenciada en Geografía e Historia, su afición por el dibujo se vio refrendada cuando sus trabajos fueron seleccionados para la Ruta Quetzal en 1997. Forjada en diversas escuelas de Valladolid, ingresó en el año 2000 en la Asociación de Acuarelistas de Castilla y León. Atesora un centenar de premios en concursos de pintura rápida de localidades de la región y ha participado en exposiciones colectivas.

La acuarela de Isabel Menéndez desprende un aire de pretéritos esplendores traído al tránsito de un día corriente, al paso de figuras difuminadas que viven el prodigio de la normalidad, seguramente, con pensamientos ajenos a las historias que cobija el lugar. En el Colegio de San Gregorio se dirimió entre 1550 y 1551 la Controversia de Valladolid, primer esbozo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pugna entre Fray Bartolomé de las Casas, defensor de los pueblos indígenas, y Ginés Sepúlveda, teólogo defensor del sometimiento de los indios. Luminosidad y sombras, como las que en el cuadro se esparcen en la acuarela del suelo al cielo y alrededor de figuras de vocación paseante.

«Busco que el cuadro diga mucho con poco. Lo más complejo es la síntesis, decidir qué elementos quitar o añadir», resume la artista de 61 años, superventas local, siempre en acuarela. Evita el óleo porque le «aburre», prefiere la emoción de domeñar una composición expansiva en agua y pigmentos, jugando a remarcar y difuminar detalles como la ventana plateresca del Palacio de Pimentel donde nació Felipe II, ahora lugar entregado a la gestión de la acuciante despoblación provincial y también zona de paso a juicios y museos.

El cuadro, en cuatro detalles

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    Punto de atracción

En la calle Cadenas de San Greogorio, entre la iglesia de San Pablo y el Palacio de Pimentel, se concentra la atención de la escena pictórica, extendida después a detalles arquitectónicos de los edificios y al protagonismo de las figuras humanas. El árbol y la farola, a la izquierda, juegan un papel relevante limitando el encuadre y proporcionando sensación de perspectiva.

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    Barridos en la escena

Con la punta del pincel o empleando una superficie plana, la artista hace barridos en la acuarela con el fin de difuminar figuras y objetos.

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    Luces y sombras

La pintora ha buscado el contraste entre el cromatismo oscuro del suelo en primer plano, punteado de sombras que cobijan a los viandantes, con el color carne y grisáceo del cielo. «Hay que trabajar de claros a oscuros, si te pasas con las veladuras se pierde la transparencia», advierte Isabel Menéndez.

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    Personajes en colores

El azul y el rojo de la vestimenta de algunos personajes ayuda resaltar su presencia entre la gama de tonos negros, ocres y grises dominantes en la escena general y en las figuras secundarias.

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