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Plaza de Santo Domingo..
Plaza de Santo Domingo..

El Odonista de la ciudad de León

El origen de sus calles
La transformación de la Plaza de Santo Domingo

Caminando por el centro, me doy cuenta de que mis pasos ya me han traído aquí en otras ocasiones, conociendo la Casa de la Imprenta Moderna, la Iglesia de San Marcelo o la Casa Roldán, pero nunca he reparado en el letrero que da nombre a la plaza, a la gran convección de calles, que reza: Plaza de Santo Domingo

Miércoles, 13 de septiembre 2023

Dícese del odonista a ese flâneur incansable que recorre los letreros de las calles de León con la mirada intentando descubrir el origen de sus nombres. Como paseante acostumbrado de la ciudad, pretendo identificar esos carteles en los que pocos han reparado e involucrarme en su historia, pues muchos somos los oriundos que pasamos por delante de los mismos sin percatarnos de su intrincada historia y su sustancial importancia para el desarrollo urbanístico y social de la ciudad de León.

Azabacherías, Caño Badillo, el Rincón del Coracero, Arco de Ánimas, o la Plaza de las Palomas. ¿Les suenan a ustedes estos nombres? ¿Sabían los profundos y eruditos lectores que la Calle Ancha, una de las más reconocibles de León y arteria visible de la urbe fue conocida antes como Calle del Cristo de la Victoria, o Calle Merino. Incluso durante décadas tuvo por nombre Calle del Generalísimo Franco.

Estas historias serán el objeto de esta nueva sección, dedicada a profundizar en el origen del nombre de las calles y en su importancia argumental dentro de la gran novela que es la vida de una eterna ciudad como lo es esta en la que habitamos.

Plaza de la libertad 1890

Plaza de Santo Domingo

Este empedernido odonista vaga por las calles de la ciudad con la única intención de dar un sentido a su callejero medieval. Hoy, caminando por el centro, me doy cuenta de que mis pasos ya me han traído aquí en otras ocasiones, conociendo la Casa de la Imprenta Moderna, la Iglesia de San Marcelo o la Casa Roldán, pero nunca he reparado en el letrero que da nombre a la plaza, a la gran convección de calles, que reza: Plaza de Santo Domingo.

Nos tenemos que remontar al siglo XVIII, cuando Santo Domingo aún tenía el nombre de Plaza de San Marcial, en honor al beato cristiano que fue decapitado en Tánger en el siglo XII y cuyo nombre fue castellanizado, convirtiéndose en San Marcelo, dando origen al nombre de la Iglesia y al de la plaza aledaña. Pero, si se llama Plaza de San Marcelo, ¿por qué comúnmente se la conoce como Plaza de las Palomas? No se impaciente, amigo lector, pues esta pregunta será respondida en otro de nuestros ya esperados artículos.

Por aquella época, y tal y como reza la imagen superior, la plaza se había convertido en un enclave importante para los leoneses, pues servía de intersección de grandes calles como la futura Padre Isla o la Calle Ramón y Cajal, pudiéndose reconocer la torre de San Isidoro al final de la misma.

Imagen después - Instituto General y Técnico (1917)
Imagen antes - Instituto General y Técnico (1917)
Instituto General y Técnico (1917) Winocio Testera y Antonio Alaiz

A la izquierda de la imagen, podemos observar el famosísimo Mesón El Pico, cuyo emplazamiento ocuparía, a partir de la segunda década del siglo XX la Casa Goyo, conocida por todos como el primer edificio con ascensor de la ciudad.

A su izquierda, el desaparecido Instituto General y Técnico que serviría de sede estudiantil para muchos habitantes de León. Edificado por Manuel de Cárdenas, hoy representa la viva sensación de nostalgia de los leoneses, que observan cómo un edificio glorioso desapareció a manos del progreso urbanístico.

Imagen después - Avenida Padre Isla 1922
Imagen antes - Avenida Padre Isla 1922
Avenida Padre Isla 1922

En 1926, las calles que convergían en la entonces llamada Plaza de la Libertad sucumbieron al ya citado desarrollo social. El monasterio de Santo Domingo de Guzmán, situado entre el también desaparecido convento de Agustinas Recoletas y el antiguo Oliden, ahora renombrado como Alfonso V, es derruido, dejando paso a la que sería la Gran Vía de San Marcos, formando esto parte del plan del ensanche y consiguiendo dar una habitabilidad más moderna a la ciudad, permitiendo el acceso al tráfico a la plaza.

Dicho monasterio perteneció, durante más de doscientos años, a la orden de los domenicos y contenía, según estudios realizados años atrás, pinturas de El Greco, desaparecidas tras un terrible incendio que destruyó parte de su patrimonio.

Pero no fue el único edificio que estuvo involucrado en la alteración de la fisonomía de la plaza, cuyo plano cambió irremediablemente en 1923, tras la demolición del Hospital de San Antonio Abad.

Imagen después - La transformación de la Plaza de Santo Domingo
Imagen antes - La transformación de la Plaza de Santo Domingo

El nuevo siglo y sus modernidades

Tras desalojar el Hospital en 1919, el edificio al completo, más de 5.000 metros cuadrados fueron adquiridos por la familia González Roldán, que derrumbó el edificio medieval, repartiendo el solar en parcelas y edificando las diferentes Casas que han llegado a nuestros días, tal y como se ha explicado en los anteriores artículos de Edificios Emblemáticos de León.

Como reza la fotografía, el Hospital dejó un gran hueco en la plaza, que fue adquirido por el ayuntamiento y utilizado para proyectar una plaza, dedicada a Santo Domingo, que es fiel vestigio de lo que conocemos hoy en día.

Imagen después - La transformación de la Plaza de Santo Domingo
Imagen antes - La transformación de la Plaza de Santo Domingo

La plaza se proyectaría, hacia finales de la década de los sesenta, eliminando las posibilidades peatonales ya existentes en la época e implementando una acera cuadrangular que serviría como rotonda metafórica, que llenaría la plaza de vehículos y acercaría el progreso y la comunicación al centro de León.

Planos del proyecto de la plaza de la Libertad 1926
Imagen después - La transformación de la Plaza de Santo Domingo
Imagen antes - La transformación de la Plaza de Santo Domingo

No existen cambios sustanciales que denoten una profunda reseña hasta 1960, año en el que se altera de nuevo la fisonomía de la plaza, sustituyendo la citada acera cuadrada por una fuente de agua redonda que serviría de referencia para los conductores.

En las siguientes instantáneas y transiciones se observa el proceso de construcción de la famosa fuente de Santo Domingo y cómo, con el sudor de la frente de los trabajadores de León, levantaron en la Plaza de Santo Domingo uno de los símbolos por los que es reconocible la misma.

Imagen después - Fuente de Santo Domingo 1960.
Imagen antes - Fuente de Santo Domingo 1960.
Fuente de Santo Domingo 1960.

Pero habrá visto el curioso lector que no es oro todo lo que reluce y que el tiempo ha hecho estragos en la casa Goyo, o en el Oliden, que lucen avejentados y arcaicos. Aunque no es el único cambio objetivo que encontramos en la instantánea, ya que a la izquierda de la misma, un antiguo convento de las Recoletas Agustinas se levantaba al lado de la Casa Ciriaco, para ser sustituido, años más tarde, a finales de los años sesenta, por el gran edificio que hoy observamos los paseantes de la ciudad.

Imagen después - La transformación de la Plaza de Santo Domingo
Imagen antes - La transformación de la Plaza de Santo Domingo

¿Quién fue Santo Domingo?

Este es, sin lugar a dudas, uno de esos cambios que altera por completo la disposición de una plaza, su visión y su distribución. Pero, ¿por qué se escogió el nombre de Santo Domingo? ¿Quién era este amable burgales que dio su vida por los más necesitados?

Dice la historia que Domingo de Guzmán nació en la localidad burgalesa de Caleruega, a finales de 1170. Su padre y su madre, ambos bien situados dentro del panorama eclesiástico de la época, ofrecieron a Domingo una educación acorde con las necesidades religiosas de la familia. Su nombre, Domingo, significa Consagrado al Señor, y este, unido al resto de seres humanos por un vínculo incorruptible, ayudó a los más necesitados, vendiendo todas sus pertenencias, incluyendo una extensa colección de libros y códices para paliar la hambruna a la que muchos eran sometidos.

En uno de sus viajes, conoció el trato denigrante y vejatorio al que era sometido el cristianismo fuera de las fronteras españolas y decidió, a su vuelta, fundar su propia orden, prestando su ayuda a los que carecían de recursos allá por el siglo XII. Fue canonizado años después de su muerte y convertido en Santo.

De su leyenda, proviene el odónimo que da nombre a esta plaza y, con su historia, cerramos la primera entrega del Origen de las Calles de León, siendo este Odonista narrativo un ferviente enamorado de la arquitectura y del desarrollo urbanístico de la ciudad de León.

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