Boca, pitorro y asa. A partir de ahí, todo un mundo de imaginación. Toral de los Guzmanes lleva desde el año 2000 disfrutando -y presumiendo- de tener la mayor colección de botijos del mundo. Un reconocimiento, a través del récord Guinness, que ahora ve peligrar; ... y no porque alguien amenace con superarlo.
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La colección original con la que se fundó el Museo del Botijo, en el ala oeste del castillo-palacio de la localidad, es propiedad del abogado riojano Jesús Gil-Gibernau, quien ahora los reclama para su venta.
El anterior alcalde recibió la oferta de estas vasijas tras visitar el letrado el municipio leonés y maravillarse con el palacio. Firmaron entonces un acuerdo y los botijos acabaron en Toral; eso sí, las sucesivas donaciones que recibiera el museo pasarían a su propiedad y si los cántaros salían del pueblo los gastos de embalaje y traslado correrían a cargo del ayuntamiento.
Ahora, la colección ha crecido hasta los 4.000, la mitad de ellos recogidos en los últimos años siendo el propio alcalde actual, Miguel Ángel Fernández, el encargado de recogerlos en diferentes lugares del país.
Jesús Gil reclama al Ayuntamiento de Toral de los Guzmanes 250.000 euros por todos ellos, a pesar de que la mitad no los entregó él. Una cantidad que un consistorio con un presupuesto anual de 367.000 euros no puede asumir.
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Los vecinos han puesto en marcha una recogida de firmas con el objetivo de que administraciones superiores, como la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Cultura, aporte una subvención que permita que los botijos sigan en Toral. Desde ese momento se están movilizando también los pueblos de alrededor y se han reunido ya centenares de peticiones para lograr este objetivo, en el que está participando el propio Jesús Gil desde Logroño.
La viceconsejera Mar Sancho ha trasladado al alcalde su interés por que los botijos se queden en el museo. Se ha comprometido a fijar una fecha en el mes de mayo para visitar la colección y hacer una tasación para buscar los mecanismos que permita mantenerlos en la localidad.
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El Ayuntamiento de Toral de los Guzmanes está dispuesto a firmar un precontrato y entregar una señal al propietario para que, posteriormente, la Junta entregue diferentes subvenciones -que podrían ser en varias anualidades- e ir entregando el dinero que reclama el abogado riojano.
El municipio, una vez que logre retener este preciado legado que ellos mismos han ido haciendo más grande, solicitarán actualizar el récord Guinness que ostentaban con 2.400 botijos y elevar la cifra hasta 4.000 con las últimas adquisiciones que aún siguen llegando a Toral.
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