De manera sorpresiva, nos adentrábamos la semana pasada en la curiosa historia de San Salvador de Palat del Rey, la pequeña iglesia ubicada en el centro de León que tiene la fama de ser la más antigua de la ciudad. Su historia nos dejó perplejos, ... pues sus cimientos datan del siglo X, levantada por Ramiro II, quien ustedes ya conocer por ser el padre de Sancho I El Gordo, cuya historia les ha narrado mi homólogo Odonista en el artículo del miércoles anterior.
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Con intención de avanzar en la historia, y abrir nuestra perspectiva para interpretar el pasado de León, exploraremos con cariño y melancolía los capítulos más oscuros de la Iglesia, desde el siglo X hasta su abandono, posterior a su recuperación en el siglo XVI, para llegar al arquitecto de León que en ella vio una gema digna de explotar a comienzos del siglo XX. Cerraremos nuestro análisis histórico por este emblemático edificio de León con la alusión a un tesoro descubierto en una de sus prospecciones, que ha sido custodiado durante años y hoy descansa en otra de esas grandes casas de León.
Tras haber conocido que la Iglesia se fundó, junto al monasterio y al cementerio, pero que fue arrasada por Almanzor en el año 988, sabemos que volvió a resurgir de sus cenizas. Fue en 1076, cuando Alfonso VI y su hermana, Urraca, donaron el monasterio, o lo que quedaba de él, a la orden de Cluny, elevando el esqueleto de la actual iglesia y dándole el nombre que hoy aún lleva la iglesia de San Salvador de Palat del Rey. En 1215 la iglesia pasa a depender de la orden de San Juan de Jerusalem.
La iglesia pareció caer en el olvido, pues durante siete u ocho siglos funcionó sin demasiado renombre, aunque llegando a ejercer como parroquia del barrio. Sufrió varias remodelaciones que datan del siglo XVI, al igual que el retablo, contemporáneo de aquellos artistas, de la escuela de Juan de Juni, obra de Guillermo Doncel y Juan de Argés.
El retablo es una pieza fundamental de la Iglesia de San Salvador de Palat del Rey, y Fernando Llamazares así la ha reconocido como una de las mejores tallas del plantel escultórico español. Rescata este estudioso la presencia de dos personajes fundamentales en el bestiario bíblico, como son David y e Isaías, quienes entablan un claro diálogo y que reconocemos gracias al movimiento simiente de la madera. Está dedicado enteramente a El Salvador, en cuya historia se presentan tres ciclos pictóricos claramente reconocibles, como lo son la Anunciación a María, que depende de la figura de la Virgen, la Natividad de Jesús y la epifanía.
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También resalta la aparición de una cuarta tabla pictórica que se refiere al inicio del ministerio de Jesús, ligado a la figura de Juan el Bautista en el momento del bautismo (Llamazares, 2012, p.307).
Tras este episodio brillante de la historia renacentista, la Iglesia de San Salvador de Palat del Rey cayó en el olvido y durante tres siglos, aunque en funcionamiento, sufrió los estragos del hambre, la ocupación y el expolio. Pero de sobra es conocido que no terminó por desaparecer. Aunque hoy sigue en pie y quizás disfruta del mayor esplendor, ¿sabrían decirme quién fue el encargado de salvar a la Iglesia de la demolición?
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Es público y notorio que una de las dos figuras que intervino en la salvación de Palat del rey fue el celebérrimo Juan Crisóstomo Torbado, quien fuera conocido por todos nosotros ya al ver parte de su trabajo en los edificios más emblemáticos de León, como la Casa Alfageme o el original edificio que demolieran y que hoy ocupa el Banco Santander. Sus excavaciones en la iglesia de Palat del Rey sacaron a la luz el glorioso pasado del lugar, y junto al conocido informe presentado por Manuel Gómez-Moreno, sirvieron de contrapunto a las intenciones destructivas del ensanche leonés.
El presente estudio confirmó la importancia histórica que había presupuesto C. Torbado, quitándole la razón a ese ímpetu destructivo que veía necesario prescindir de ella. Las obras de demolición fueron detenidas y Gómez-Moreno, gracias a su estudio, demostró el origen medieval de la misma y puso el foco sobre los cimientos del siglo X, de cuya existencia muy pocos sabían.
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En 1931 fue declarado Bien de Interés Cultural, pero, como la historia es cíclica y tiende a repetirse, la Iglesia de Palat del Rey fue de nuevo abandonada a su suerte en un estado ruinoso que arrastró hasta finales del siglo XX, cuando el arquitecto Enrique Luelmo acompañó a la Iglesia de San Salvador de Palat del Rey por su camino de la restauración hacia la epifanía actual, consiguiendo grandes resultados que conoceremos a continuación.
Las obras se sucedieron, sobre todo en 1987, cuando el arquitecto Luis Rodríguez Cueto sustituye la cabecera del templo, tapando también las grietas que con el tiempo habían conquistado las paredes de la iglesia. Se llevaron a cabo, durante aquella reconstrucción, diferentes acciones como realzar las pilastras centrales, reforzar las esquinas del quiebro de la fachada meridional a la calle Pozo, demolición y reposición de los muros laterales del primitivo ábside oriental, etc.
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Accediendo a los documentos que con tanta diligencia siempre me cede mi buen amigo Magín en el Archivo Municipal de León, llegamos al proyecto de reforma, del que muchas fotografías e información ha obtenido este Flâneur del tiempo. Desde que se observó el abandono que sufría la iglesia en 1987, el proyecto presentado no fue aprobado hasta 1995, llevando el nombre de «Proyecto de restauración y Adecuación de la Iglesia de Palat del Rey».
Las obras no empezaron hasta 1997, habiendo establecido el presupuesto en 45.299.753 pesetas. El objetivo principal de este proyecto pasaba por reacondicionar y sanear la Iglesia de San Salvador de Palat del Rey. También se llevaron a cabo labores de protección con pintura la estructura metálica, lijado de los canecillos del alero, reposición de las embocaduras de las bajantes de cobre desde la azotea, galvanizado en caliente de los tubos protectores, etc.
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Estas acciones han conseguido devolver el esplendor a la Iglesia de San Salvador de Palat del Rey, consolidándose, cada uno de los nombres mencionados, ocupados de su reconstrucción, así como también los investigadores como Margarita Torres o Fernando Llamazares como verdaderos héroes de nuestro patrimonio.
Pero fue en la prospección arqueológica de 1988 cuando descubrieron el mayor secreto de Palat del Rey. En el cieno de su olvido, bajo los cimientos de cientos de años, descansaba un objeto centenario, que fue posado en las manos de un hombre renacentista, y que ha sobrevivido al paso del tiempo. Encuentren, en el Museo de León, una espada que acompañaba a uno de los difuntos enterrados en Palat del Rey en el siglo XVI y que era entendida como ajuar del mismo. Hoy descansa en una vitrina tras haber sido encontrada en la iglesia de San Salvador de Palat del Rey.
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Espero que con esta superficial escapada al pasado, hayan podido comprender la importancia de esta pequeña iglesia, que sin lugar a dudas pasa desapercibida, y que ocupa un solar en el centro de León, en lo que un día fue el campamento romano, pasando a convertirse en las inmediaciones del Palacio Real de Ramiro II, transformándose así en vestigio de la historia de nuestros antepasados.
Caminen de nuevo por la urbe, ahora que aprieta un poco el calor, deleitándose con su imaginación, acercándose a los edificios más emblemáticos de León, conociendo su historia y sumergiéndose en la leyenda que afirma que un día esta fue la ciudad más importante del mundo.
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