Al fondo bajo la eminencia más occidental de Peñacorada: Cistierna. En un conocido Face Book leonés: «Nuesas tierras llionesas», el cual seguimos con atención y agrado, decían algunos, imbuidos de ciertos prejuicios nacionalistas leoneses que la montaña oriental leonesa: Montaña de Riaño, no pertenece a la Cantabria histórica. Muchos leoneses ignoran que en el macizo de Peñacorada, peña mojonera por el Oeste de la antigua nación de los cántabros, se halló la única lápida de toda Cantabria, perteneciente a un príncipe de los cántabros: Doviderus princeps cantabrorum. Lo astur y cántabro definen desde la protohistoria el ser leonés. Por lo tanto pertenecemos a la Cantabria histórica, aunque siempre hemos defendido y sido fieles a la diócesis y glorioso reino de León frente a las asechanzas de Castilla Siro Sanz
Vindicanda

Sobre el origen del nombre: montaña, aplicado a la montaña Oriental y un pequeño apunte sobre la lucha leonesa

La expresión: Montaña o Montañas de León, debemos pensar que se aplicó al ámbito ocupado por la región de Picos de Europa y la subcordillera de cuarenta kilómetros de anchura que se extiende desde los Picos hasta el macizo de Peñacorada

Siro Sanz García

Cistierna

Domingo, 17 de julio 2022, 23:25

El pasado mes de marzo se pergeñaba en Lois una ruta gastronómica que tenía como estrella al cocido elaborado en 19 establecimientos de la Montaña de Riaño. Defendíamos allí, sin complejos, el nombre de «Cocido Montañés», como marca distintiva para una especialidad con algunas ... peculiaridades diferentes a lo elaborado en otras comarcas leonesas. Al igual que se utiliza el gentilicio: montañés, aplicado a algunos habitantes de la Cantabria autonómica, también puede y debe utilizarse para referirse a los habitantes de la Montaña de Riaño. Somos leoneses fronterizos, siempre hemos defendido nuestra pertenencia a la diócesis y reino de León, pero fieles a nuestra historia, no podemos olvidar nuestra relación con la Cantabria histórica. No son pocas las razones en las que este aserto puede apoyarse, pasamos a enumerar alguna de ellas. Sirva de guía a nuestros políticos locales y centros de interpretación de los parques naturales que tienen muy olvidada la historia y como Francisco I, demasiado presente la idolatría de la Pachamama.

Publicidad

La expresión: Montaña o Montañas de León, debemos pensar que se aplicó al ámbito ocupado por la región de Picos de Europa y la subcordillera de cuarenta kilómetros de anchura que se extiende desde los Picos hasta el macizo de Peñacorada, gozne que une las cuencas del Cea y Esla en su curso alto; término también aplicado a la montaña del Porma por razones de vecindad y afinidad cultural desde tiempos protohistóricos.

La montaña oriental fue el antiguo solar de la tribu Vadiniense una de las ocho que formaba la nación de los cántabros. La raíz de la palabra Cantabria y hablamos de la Cantabria histórica no de la autonomía gobernada por el Sr. Revilla, significa: «montaña o peñas, y sus habitantes reciben desde antiguo el nombre de montañeses» (J. G. ECHEGARAY. Cantabria a través de su historia, p. 42. Santander 1979). En ninguna de las comarcas de la cordillera en León, se ha conservado el apelativo gentílico «montañés» como en el ámbito de la montaña oriental leonesa que tenía en el río Esla, antiguo Astura, el límite tribal de cántabros y astures. En toda la Cantabria histórica, el único monumento funerario perteneciente a un príncipe de los cántabros apareció en Robledo de la Guzpeña en la ladera Sur de Peñacorada, provincia de León.

Abundando más en el tema, «La Montaña» por antonomasia en España es la santanderina (Cantabria), a la cual la montaña oriental leonesa pertenece por derecho propio, ya que es parte integrante de la Cantabria histórica de de Estrabón y Tolomeo. Acaso en León se conservó esta denominación para la montaña oriental debido a la fuerte resistencia que aquí los cántabros ofrecieron a las legiones romanas entre Cistierna y los puertos con Asturias: Tarna; Ventaniella; Pontón; S. Glorio. Sin olvidar la multitud de valles laterales al curso alto del Cea-Esla, que otorgan a la comarca un carácter agreste y montaraz como pocos en la península. Sólo aquí se pudo dar la guerra de guerrillas que los historiadores romanos Floro y Orosio describen como fase previa a la batalla de Bérgida en Valdeburón (MARTINO-SANZ. La Huella de las Legiones. Cuadernos de Campo I; II; III…IX, 2004-2014).

En 1559 el autor portugués Jorge de Montemayor vincula «los Montes de León» con el río Esla (Los siete libros de Diana, II, 19.). Sin embargo, hay que distinguir entre: Montes y Montañas. Los Montes de León, es el sistema montañoso que se extiende por el Oeste de León y comparte con Zamora y Orense, separa la Maragatería del Bierzo con eminencias destacadas en el Puerto del Manzanal y Foncebadón. Jorge de Montemayor, autor extranjero no conocía bien la geografía leonesa y por eso vinculó el término Montes de León al Esla. No podemos olvidar tampoco el capítulo del cautivo en el Quijote, cuando éste hace alusión a su lugar de origen: «en un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje..,» (I, C. XXXIX). La multitud de tradiciones en el valle de Sajambre, recogidas por el P. Martino, en relación al origen de la familia de Cervantes en dicho lugar, viene en nuestra ayuda otra vez para denominar como «La Montaña», a la montaña oriental, cabeceras del Porma y por supuesto el resto de la cordillera hacia el Este enclavada toda ella en la Cantabria histórica.

Publicidad

En el siglo XVIII, el P. Escalona, sitúa muchos monasterios dependientes de Sahagún diciendo que se encuentran «en las montañas de León». Cuando se refiere en concreto al monasterio de los Santos Facundo, Primitivo y Cipriano de Cistierna, la expresión que utiliza es: «junto a Peñacorada en las montañas de León», (ESCALONA. Historia del Monasterio de Sahagún).

No podemos olvidar que desde Sahagún, es perfectamente reconocible la silueta de Peñacorada, un macizo de ocho kilómetros que se tiende de Este a Oeste. Peñacorada albergaba numerosos monasterios todos dependientes de Sahagún: San Salvador de Tolia, Santa Juliana, San Martín, San Justo. Aún hoy los lugareños de la tierra de Campos en la cuenca baja del Cea, miran a Peñacorada para predecir el tiempo y se refieren a ella como «La Montaña» en sentido lato.

Publicidad

El espacio en el que actualmente se conserva la Lucha Leonesa de origen prerromano en concreto cántabro, es otro argumento a tener en cuenta en cuanto a denominar con el nombre «Montaña» a la montaña oriental leonesa. Un tipo de lucha relacionada con otras europeas del mismo tronco celta de: Bretaña Francesa, Escocia, Cornualles (Inglaterra). Estrabón contemporáneo de las guerras cántabras (29-19 a. C.) alude a un tipo de lucha que este pueblo practicaba sin armas. Es curioso verificar que esta lucha de origen tan antiguo se ha conservado sobre todo en la Cantabria leonesa, desde donde previsiblemente se extendió al Torío y Curueño que ya forman parte del territorio de los antiguos astures.

En el área Palentina hasta Aguilar de Campoo y algunas zonas de Santander, este tipo de lucha no extraña y se documenta en la Edad Media en los relieves de la Santa Cruz de Castañeda, en San Martín de Elines y en Santa María de Yermo. En León, en la ribera del Esla, en el Monasterio de Gradefes, hay una escena de luchadores en un ábside. Vemos pues, como la lucha leonesa que hunde sus raíces en la protohistoria de Cantabria define otra vez la montaña comprendida entre el Porma-Esla, hasta la región de Campoo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad