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s. fernández
León
Viernes, 5 de octubre 2018, 15:07
A paso lento pero sin descanso y mimando todos los detalles, bajo esta premisa trabajan los restauradores que están llevando a cabo las obras en el claustro de San Isidoro. La actuación, que comenzó el pasado mes de agosto, ya muestra pequeños cambios, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer. La empresa Rearasa es la encargada de llevar a cabo estos trabajos bajo la atenta mirada del arquitecto Ramón Cañas Aparicio. Las labores se centran de modo general en el tratamiento de restauración, consolidación y limpieza de las superficies exteriores de las tres fachadas clasicistas que conforman el claustro procesional por un importe de 407.710,56 euros. «Estas obras son muy necesarias y van a dar una imagen espectacular de todo este grandioso entorno», explica a leonoticias Francisco Rodríguez, abad de San Isidoro.
La imagen que presenta el claustro no es la habitual, un gran andamiaje cubre toda la fachada del margen izquierdo. En ella ya se ha procedido a una limpieza general y a un sellado de las fisuras, ahora queda lo más minucioso la restauración propiamente dicha. Una vez finalizada esta gestión queda realizar lo mismo en las otras dos fachadas restantes. «Lo más costoso es la restauración de la parte más fina que es el friso escultórico», detalla a este medio Ramón Cañas.
Estas reparaciones eran más que necesarias dado que tanto el cuerpo inferior como el cuerpo alto y las cornisas presentan un estado generalizado de fisuración, favoreciendo la penetración de agua de lluvia. Tal como recoge la Memoria del Proyecto, se ha realizado un minucioso estudio previo a la intervención consistente en un levantamiento planimétrico y un despiezado de la sillería que conforma la fábrica de las fachadas que son el objeto de intervención. «Más o menos estaba como se esperaba, en algunos casos la piedra de Boñar tiene unas partes que se pulverizan o que dan unos daños superficiales escandalosos, pero cuando se profundiza un poco no está en un estado demasiado deteriorado», detalla el arquitecto.
La restauración se completará con la sustitución de la actual carpintería de madera por otra de similares características así como la disposición de elementos disuasorios para las aves, con el objetivo de facilitar la conservación del monumento una vez finalizada la obra.
De esta forma, el claustro de San Isidoro cambia sus vestiduras para recibir actos como las Cabezadas, el Festival de Teatro clásico o la fiesta de este patrón. «El cabildo cede este espacio con sumo gusto para cualquier actividad que tenga una relación con la cultura y la historia de nuestro pueblo», señala el abad de San Isidoro.
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