Al rescate de los códices medievales de la Catedral

Nueve códices medievales y cuatro documentos de importante valor histórico, patrimonial y cultural de la biblioteca del archivo de la Catedral de León viajarán al Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales sito en Simancas para preservar su singularidad.

Así lo recoge el convenio de colaboración suscrito este viernes 10 de mayo entre el cabildo de la Catedral leonesa y la consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León que, durante cuatro años y otros cuatro prorrogables, busca dotar de la relevancia que estos documentos merecen y preservarlos de los ataques del paso del tiempo.

Acompañado por el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, y demás autoridades autonómicas y locales, el deán presidente del cabildo de la Catedral, Florentino Alonso, celebraba este paso fundamental para la preservación de un patrimonio documental medieval único en el mundo, palabras que suscribía el obispo de León, Luis Ángel de las Heras.

Santonja, que comenzaba su intervención asegurando que «se agotan los calificativos» para definir una ciudad como León, «excesiva, admirable y muy bien conservada», compartía con los presentes que este día es uno de los más felices desde que se puso al frente de la Consejería por la firma del convenio.

Llamaba a la «corresponsabilidad y cooperación» en la gestión y defensa del patrimonio, una «tarea de todos», antes de deshacerse en halagos con la biblioteca del archivo de la Catedral de León, «absolutamente innigualable».

Son nueve los códices medievales y cuatro los archivos que viajarán a Simancas para ser restaurados. Entre ellos, repasaba Santonja algunas de sus particularidades, como el documento más antiguo del Reino de León, una biblia con miniaturas mozárables, el palimpsesto con estampas que, asegura, «es tan espectacular que duele pasar cada hoja» o el códice octavo. Además, reconocía «soñar» con obras tan imprescindibles como la Nodia de Kesos o el testamento de Rodrigo Pelayo. «Quiero mostrar mi asombro y admiración por la riqueza de la biblioteca, no tengo palabras para definirla», reconocía admirado.

Tumbo Legionense de la Catedral de León, Donación del Rey Silo y Nodicia de Kesos son las primeras obras sobre la que se actuará y para el resto se ha establecido un orden de intervención a partir de tres criterios: estado de conservación, valor documental del códice y características de la intervención.

La línea de actuación sobre estas piezas está dirigida a paliar los daños y alteraciones presentes en el soporte de pergamino y sus tintas, así como en la encuadernación del cartulario. Para ello, se seguirá la metodología y los criterios internacionales para la restauración de documentación gráfica e histórica.

Los trabajos comenzarán con estudios preliminares de las obras, mediante análisis físicos y químicos realizados en los laboratorios del Centro, con la finalidad de conocer los materiales constitutivos y sus alteraciones, y determinar un diagnóstico que justifique los tratamientos de conservación y restauración adecuados.

El convenio busca así preservar un patrimonio documental «imprescindible» para salvar algunos documentos ya muy deteriorados por el paso del tiempo que es «inexorable» -a pesar de que los presentes han podido tocar los códices y documentos presentes en el acto de la firma-. «No nos podemos permitir el disparate de no frenar el deterioro», pedía Santonja, que con su firma y la del cabildo da un paso más en la conservación de la historia de León.

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