Padre Isla, la avenida que honra al genio de la literatura retórica de León

Hoy circundamos por una calle emblemática de nuestro callejero, que siempre estuvo ligada a la literatura y a la retórica eclesiástica de aquel por el que ella lleva su nombre: nos referimos a la Avenida Padre Isla.

Antes de entrar en materia, es necesario que ofrezcamos al lector una justa contextualización de la misma, pues esta es una de las avenidas más extensas de León, con hasta 2 kilómetros de recorrido. Con tamaña longitud, también fue dividido por partes, como lo fue, aunque mucho más humilde, la extensión de la Calle Ancha. Padre Isla va desde la Plaza de Santo Domingo hasta la Carretera de Carbajal, y en su recorrido podemos observar hasta treinta calles que desembocan en ella, comprendiendo así su importancia para el mapa urbano leonés.

Podemos visualizar varios edificios emblemáticos, algunos conocidos y algunos que todavía no hemos estudiado, como la Casa Goyo, o el Hotel Oliden, actualmente Alfonso VI, la casa de Saiz Ezquerra, junto con el Chalet de la Biblioteca de Padre Isla, y la inconmensurable Iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva. Otro de esos místicos edificios es el proyectado por Manuel Cárdenas Pastor y promovido por Melchor Martínez, que es llamativamente adornado por cuatro cariátides que parecen aguantar el peso del inmueble.

La calle, como podrán imaginar, está dedicada al ilustre Padre Isla, pero ¿quién es esta figura de nuestro bestiario literario? ¿Qué hizo por León y por qué una gran avenida del centro lleva su nombre?

Su nombre original fue José Francisco de Isla de la Torre y Rojo, y fue un jesuita consagrado, escritor, no falto de sátira y novelista que nación en León, concretamente en Vidanes, en 1703. Aunque la mayor parte de su intensa vida juvenil la pasase en Salamanca, siempre tuvo una gran importancia en el desarrollo de la ciudad de León, sobre todo a nivel intelectual, pues poseía una inteligencia superdotada, según muchas crónicas. A los 16 años, en 1719, ingresó en la compañía de Jesús, y fue nombrado profesor de Sagrada Escritura en 1727, y enseñó en varias escuelas españolas hasta 1754.

Su obra más conocida es la Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes, publicada en 1758, que satiriza contra la escuela y contra la iglesia católica a través de una predicación banal y pomposa que sirve de crítica al sistema clerical del momento. Como no podría ser de otra manera, la obra fue prohibida y censurada en varios puntos de España, por su cariz mordaz y su clara vertiente diletante y revolucionaria.

Corrige el Padre Isla las costumbres sociales y religiosas de la época, enmarcándose en una corriente claramente ilustrada en la que se abogaba por la razón y por el buen gusto de las manifestaciones culturales.

El Padre Isla termina sus días exiliado, junto a otros jesuitas, en los estados pontificios de Bolonia, donde pierde la vida, a la edad de 78 años. La razón de aquel exilio es ya conocida por ustedes, seguramente, pues en 1767, por orden de Carlos III, todos los jesuitas han de ser expulsados de España. Según leemos en las maravillosas crónicas de Armando G. Colino, el Padre Isla se encontraba en ese momento en Pontevedra, y dicen que al recibir la noticia, una gran parálisis le atacó, prohibiéndole el habla durante un tiempo. Las leyendas dicen que Carlos III se apiadó del Padre Isla, pero que decidido a seguir el mismo destino que sus hermanos, se embarcó en A Coruña en el San Juan de Nepomuceno donde llegarían a Córcega para ser expulsados tiempo después tras el dominio francés.

En Bolonia, reposan sus restos en la Iglesia de Santa Maria delle Muratelle, donde una gran placa recuerda esta figura nacida en León, y con cuya novela cambió las reglas de la literatura eclesiástica, dando nombre así a una de las arterias más famosas de la ciudad.

• Temas
• Iglesia Católica
• Calles
• Edificios
• Críticas literarias