Las 57 maravillas del patrimonio leonés que pueden perderse para siempre

El mayor número de Bienes de Interés Cultural (BIC) de la comunidad pertenece a León. El total que atesora la provincia es de 635, entre los que brilla especialmente las mascaradas y la celebración del carnaval de los Antruejos, aprobado este 2023.

Los BIC son aquellos bienes que, por su valor histórico, artístico, arqueológico, científico, social o técnico, son considerados de interés cultural y, por lo tanto, merecen una protección especial.

Hay otra parte del patrimonio leonés que no corre la misma suerte: el que aparece en la Lista Roja de Hispania Nostra. Esta Asociación incluye un total de 57 bienes patrimoniales en León —algunos categorizados como BIC— que están en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

«León tiene bastantes elementos, aunque hay un alto porcentaje que ya ha pasado a la Lista Verde», explica Alfonso Muñoz, miembro de Hispania Nostra. Aunque para Muñoz esta cifra no es tan importante como la sensibilización social y las ganas de participar. «No es un inventario exhaustivo sino una forma de participación social», ahonda el experto.

En esta larga lista se encuentran, entre otros, el Castillo de Alba, la Cueva de San Martín, la Ermita de San Roque, el Conjunto minero-industrial de los lavaderos de La Recuelga, los 16 cortines de Fonfría, el Puente de Villalfeide, las Locomotoras de vapor de MSP, los Colmenares de adobe y tapial del Alto Valderaduey, el Molino de Doña Concepción Arenal, la Fábrica de resinas de Nogarejas, el Yacimiento romano «Ad Legionem VII Geminam» o el Castillo de los Bazán.

Desde que comenzaron en el año 2007, son más de doscientos elementos los que han logrado pasar a un mejor estado de conservación, por lo que su labor de difusión y concienciación es efectiva. «Dando esa visibilidad del riesgo que corren los elementos se consigue que actúen los organismos responsables o los propietarios», afirma Muñoz.

Tras los exitosos Plan R y Plan R-2, con un histórico presupuesto de 8 millones de euros, el Instituto Leonés de Cultura (ILC) espera «superar o, al menos, mantener esa cifra para el nuevo ejercicio», revela el vicepresidente del ILC, Emilio Manuel Martínez Morán.

Según los datos oficiales de la institución, del total de 44 propuestas de ambos planes seis obras han sido ejecutadas, veintinueve están en ejecución, cinco han sido finalizadas, dos permanecen pendientes de ejecutar y dos esperan la concesión definitiva de la subvención para continuar.

En el tintero quedaron algunos proyectos que suponían grandes ambiciones para la Diputación de León. Es el caso de la Basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera, la que dicen constituye el primer templo cristiano de la provincia.

«El ILC hizo su parte, la estructura para albergar el museo, mientras que las empresas encargadas de completarlo incumplieron el contrato y se encuentran judicializadas a día de hoy», explica Emilio Gancedo, encargado de aquel Plan Erre 2 y actual coordinador de proyectos de la institución.

Otro ejemplo de las complicaciones a la hora de gestionar este patrimonio es cuando pertenece a propietarios privados, como el Real Monasterio de San Esteban de Nogales, en estado de ruinas. Al haber numerosos herederos no hay mucho que hacer. «La fórmula de intervenir sería que los herederos hicieran una cesión al Ayuntamiento y que estos presentaran la propuesta al ILC», aclara Gancedo.

De momento, el Instituto Leonés de Cultura aguarda la aprobación de los presupuestos para continuar con el que sería Plan Erre 3, en el que ayuntamientos y juntas vecinales podrán presentar las solicitudes y propuestas de actuación.

«Tenemos que ser más exigentes con la Junta para que invierta todo lo que debe en el patrimonio de León, que es mucho, y si ahora está conservado es sobre todo gracias a las inversiones de la Diputación y el Instituto Leonés de Cultura. Al final son ellos los que tienen la última palabra a la hora de marcar las directrices, por lo que deberían equiparar esa responsabilidad a nivel económico», exige Martínez Morán.

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