León se levanta contra los franceses: la avenida Independencia y Arco de Ánimas

La curiosa historia de la calle Arco de Ánimas y su conexión con la Avenida Independencia, que recorre exteriormente la muralla medieval y que fue bautizada en 1808

Miércoles, 3 de abril 2024, 08:24

Se acerca hoy este Odonista, después de tan larga espera, pues hemos conocido, gracias a los diferentes estudios, toda la simbología y la historia de Guzmán el Bueno y su estatua, al pleno dentro de León, o lo que fue entonces, en la época romana, ... el barrio limítrofe. Separaban estos burgos externos a la ciudad del centro neurálgico de la urbe. Hoy conocemos la historia de la Avenida Independencia y la calle Arco de Ánimas.

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La avenida siempre gozó de un gran protagonismo, poseyendo en su recorrido la presencia de las elegantes casas que simulaban la planta de las más nobles de León. Por ello, se levantan, en León, y por aquellas fechas, véase en la década de 1920 y 1930, los edificios más bellos. Y más concretamente, los dedicados a la salud, como es este Instituto Provincial de Higiene que hoy se ha convertido en el Centro Leonés de Arte.

La avenida Independencia es una de las más importantes de nuestra ciudad. Ya sé que estarán pensando que suelo implantar con demasiada facilidad este aforismo, pero disfruta, esta arteria de León, de una historia sin igual, con edificios singulares, unos ya desaparecidos y otros no tanto, y la guía principal de una muralla romana que marca su camino hasta desembocar en Santo Domingo.

Avenida independencia. 1941.

¿Reconocen, acaso, la anterior fotografía? No les culpo. Es muy complejo encontrar parecido alguno con la realidad, pues la distribución arquitectónica tanto ha cambiado desde entonces que es inevitable creer que se trata de otra ciudad. Eso que ven, en la anterior imagen y en la siguiente, se trata del Hospicio de León, derruido al traspasar la segunda mitad del siglo XX, y convertido su solar en el edificio de Correos Actual y el Conservatorio de Música. Si se fijan en la parte baja de la imagen superior, a la izquierda, podrán contemplar su extensión, que iba desde San Francisco hasta casi los dominios del actual Emperador, en la calle Puerta de la Reina.

Antiguo Hospicio de León. Manuel Marín.

Pero lo podrán ver mejor aquí. Pues entre esta fotografía, de antes de 1951, y el mapa que data del siglo XVII, podrán intuir que, además de que la avenida Independencia contaba ya por aquel entonces con una importancia sustancial, también lo hacía el Hospicio aledaño a ella, que se asomaba tanto a Independencia como a Santa Nonia, para ocupar también parte del pequeño jardín frente a Correos. A este Hospicio acudiría un vecino de León para dejar a un niño que había sido abandonado en su puerta. Ese niño resultó ser un personaje muy conocido por todos nosotros: Genarín Blanco Blanco.

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Dimensiones del Hospicio de León.

En su parte interior, en la del Hospicio, se encontraba una pequeña huerta, que llegaba hasta la fábrica de la luz. Observen, para situarse, a la derecha de la imagen, el Instituto Provincial de Higiene, que ya se había levantado por aquel entonces. Para hacernos una idea, los trabajadores se encuentran labrando la tierra en lo que hoy sería el parking de Santa Nonia. Pero, ¿reconocen algún otro elemento ya característico de nuestras historias?

Huerta del Hospicio, Fábrica de la Luz. Puerta de la Reina. Archivo Santos Flórez

En efecto, al fondo de la instantánea, ya más centrados en los edificios, nos encontramos con un vacío arquitectónico en el que deberían estar, por orden de cercanía, la Biblioteca Pública de León, el Instituto Leonés de Cultura y el fantástico edificio del Emperador. En su lugar, ven ustedes, una gran torre, y a su derecha una puerta ornamentada de estilo rococó, tremendamente engalanada para identificar la Fábrica de Hilaturas. Es, por lo tanto, la Puerta de la Reina.

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Puerta de la Reina desde la huerta del Hospicio. Santos Flórez

Más hacia el horizonte, la Iglesia de San Marcelo, ya con las alturas características y, a su lado, las famosas mansardas y el tejado tan reconocible de la Casa Roldán. Pero dejemos a un lado este Hospicio, que sin duda es menester para mi compañero el Flâneur, y dispongámonos a conocer la historia de la avenida Independencia.

Esta elongación de la avenida Madrid siempre ha gozado de importancia, pero es sobre todo a partir del siglo XIX, en 1808, cuando se festeja el abandono de las tropas napoleónicas que habían ocupado la ciudad. Llevó el nombre, también de Cerca Nueva, que llevaba al antiguo Hospital de San Antonio Abad, también ya conocido por todos ustedes.

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Avenida Independencia desde Plaza de Santo Domingo. Restaurante Novelty. Archivo Santos Flórez

Al final de la avenida, justo al albor de la plaza de la Libertad, o como la denominaron en su día los cartógrafos: Plaza de Fajeros, en la actualidad Plaza de Santo Domingo; al final de ella, el Restaurante Novelty, que ven en la imagen, tras los carteles que señalan el camino hacia Madrid. En su salón, miles de historias se han de contar, pero eso se lo encomiendo a ustedes, pues leo sus comentarios, con tantas experiencias y tantos recuerdos que pueden ilustrar, mejor que yo, los acontecimientos allí ocurridos.

Avenida Independencia desde el Edificio del Emperador.

Pero seguro que han llamado su atención, al igual que la mía, las edificaciones aledañas a la muralla, que servían de garajes, chamizos o precarias viviendas que utilizaban los cubos de la muralla, y las propias piedras de la misma como sólidas paredes. Ocurre, de igual manera, en la calle de los Cubos, que ya exploraremos más adelante.

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Avenida Independencia.

El paseo se ha limpiado y ahora uno puede deleitarse con el diáfano espacio que nos recuerda el pasado de la Cerca Nueva, que ordenase construir Alfonso XI.

Guardia Urbano. ca. 1970. Santos Flórez

Nos despedimos de Independencia, para adentrarnos en otro de esos secretos de la calle, no sin antes rendir un pequeño homenaje a los trabajadores, como este guardia urbano, que consiguieron manejar el tráfico durante tantos años y al que los vecinos condecoraban y felicitaban con el aguinaldo navideño.

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Arco de Ánimas o puerta del Malvar. Santos Flórez

Y comenzamos ahora a narrar uno de los episodios más confusos de nuestro plantel urbano, pues, al abrigo de tan pocos detalles, y datos históricos, resulta enigmática y misteriosa esta puerta, por todos conocida como Arco de Ánimas, y que da nombre a la calle que se asoma a Independencia y que comunica esta con la Plaza de San Marcelo.

Calle Arco de Ánimas.

Pocas son las imágenes que se conservan de aquella puerta que daba acceso al Cementerio del Hospital de San Antonio Abad. Debido a la cercanía de la ubicación, los antonianos utilizaban aquellas tierras como cementerio. Nos contaba Fernando Chamorro que desde las ventanas de su querida Imprenta Moderna podría ver, durante las excavaciones, como asomaban los restos de los enfermos que, en época medieval, fueron sepultados allí.

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Incluso, en un testimonio de Armando G. Colino, en su ya admirado callejero leonés, nos contaba que se encontraron, en otra de esas expediciones al pasado del cementerio, cuatro cuerpos dispuestos en forma de cruz, cuya posición simbolizaba un misterio aún sin resolver.

Pero, ¿ven la fotografía anterior? La muralla, que se extendía desde San Francisco hasta el Hospital de San Antonio Abad, permitía la entrada a lo que Pedro Risco, en su mapa datado en el siglo XVIII denominó Puerta del Peso a las Ánimas del Malbar. Pero, si se fijan bien, en realidad, el verdadero Arco de Ánimas, se ubica en la parte izquierda de la imagen, dando entrada a la Casa de los Lanza, y estando esta adosada al Palacio de Torreblanca, más cerca de la plaza de San Marcelo.

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Avenida Independencia. Santos Flórez

Por esa puerta, por la del Malbar, o Malvar, entraron sorpresivamente los soldados leoneses a comienzos del siglo XIX para liberar a la ciudad de León del yugo impuesto por los franceses, en la ocupación de las tropas napoleónicas. Y me ha parecido muy oportuno rescatar la historia que nos ofrecen Armando G. Colino y Javier Tomé en «Calles de León», que nos habla sobre el testimonio del boticario del Hospital de San Antonio Abad, don Alonso Tomé:

«A las cuatro de la mañana entraron las tropas españolas por la puerta que está junto al malvar; pudieron sorprender a los franceses; no lo hicieron por su gobierno. Con todo, el mucho valor de las guerrillas, que avanzaron en corto número por la ciudad, los pasmó. Murieron unos españoles con 24 franceses. Las tropas españolas fueron excelentes dirigidas por su honor. Duró el fuego hasta las 10».

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Botica del Hospital de San Antonio Abad. Archivo Santos Flórez

Y de esa manera recuperaron los leoneses su tierra. Otras muchas historias se han contado sobre aquel día, como la ya narrada historia del Rincón del Coracero, que muchos de ustedes ya conocerán. La avenida Independencia ha demostrado ser, por su extensión y sus múltiples afluentes, una de las más importantes de la ciudad.

Hoy hemos conocido su historia fundamental, pero es necesario legarle a mi homólogo Flâneur, la labor de recorrer su trayectoria investigando en profundidad los elementos arquitectónicos más llamativos, como el Hospicio, el Instituto Leonés de Cultura o el imponente Emperador, en que el escritor ya ha intentado entrar alguna que otra vez, sin resultado debido a las trabas burocráticas que ofrece la administración.

Por la parte de este Odonista, nos alejamos de Independencia, pero no demasiado, pues las fechas festivas nos impulsan, nos atraen, hacia un la calle de los Cubos, habiendo conocido ya la historia, la leyenda y la magnífica fiesta del Entierro de Genarín.

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