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Procesión del Nazareno de Viernes Santo.
Procesión del Nazareno de Viernes Santo. Archivo R.M.A.
El Odonista de la Ciudad de León

Las imágenes de la Semana Santa y San Froilán en León hace 80 años

Un paseo por la ciudad de León, por sus costumbres y por las azoteas de los Edificios Emblemáticos, que nos dan una perspectiva del León de los años cuarenta, con las fotografías inéditas descubiertas hace poco

Miércoles, 1 de mayo 2024, 09:13

Suban las escaleras de este misterio, queridos lectores, para asomarse a la terraza de nuestra ciudad, observando desde el cielo, desde la azotea del Edificio Alfageme, cómo el desarrollo ha acompañado a León durante su larga evolución.

La semana pasada conocíamos parte de las imágenes inéditas que había descubierto el abuelo de Pedro, el encargado de uno de los portales de la Casa Alfageme. Habíamos conocido Ordoño II cuando en su centro se disponían las farolas entre las que los coches aparcaban en el centro de la calle, así como la historia de los negativos fotográficos que ahora obraban en mi poder.

Apenas dos días atrás, mi homólogo urbanita, el Flâneur, ha desgranado la historia de la familia Alfageme, que les invito a conocer por su valor histórico y sentimental, siendo Rafael el protagonista presente de un núcleo ya alejado en su mayoría de León.

Vista del Colegio de los Agustinos desde la azotea del Edificio Alfageme. ca.1944. R.M.A.

Tras contactar con Rafael, me informó sobre que sus tíos, y su madre, hijos del matrimonio Alfageme, habían sido los máximos protagonistas de las instantáneas, reconociendo a su familia directa en ellas.

Acerquémonos hoy a la balaustrada que separa el sueño de la realidad, y veamos, a través de la lente de la cámara, cómo miraban los leoneses una ciudad que no paraba de crecer a su alrededor.

En estas fotografías, orientadas hacia la parte trasera del edificio, reconocemos los famosos Agustinos, que fueron derribados años más tarde. Como verán, en este momento, la Casa Alfageme tan solo tiene tres alturas, y no cinco, como luego se corregirá, a partir del año 1956, cuando se elevará el edificio.

A la derecha de la imagen, abierto el plano un poco más, reconocemos claramente la torre de San Isidoro y, a su izquierda, un actual edificio que sigue hoy en pie y que marca la Avenida de San Marcos en el mapa de nuestra orientación.

Festividad de San Froilán. ca.1944. R.M.A.

Salgamos, durante un breve lapso del edificio, para encontrarnos con la festividad por antonomasia en León: San Froilán, que tiene lugar a principios de octubre. Con los carros engalanados, salen los señores y las señoritas a pasear por León.

San Froilán. R.M.A.

 

Obsérvese, en primera instancia, que se trata esta ubicación de la plaza de las palomas, o la Plaza de San Marcelo, mucho antes de que la ornamentasen con dos alturas y perdiera la Mezquita Ben i Mea.

San Foilán. Plaza de San Marcelo. R.M.A.

No fue lo único que se perdió aquel día de 1971, pues según dicen los estudios arqueológicos, las obras se llevaron a cabo sin los permisos suficientes, excavando en la tierra ya habitada por los romanos y perdiéndose varios de los restos de la época que acabaron en el vertedero municipal.

Por la evolución de la arquitectura en León, bien podría datarse de los años cuarenta o cincuenta, pues entre 1968 y 1970 se elevó finalmente la cuarta altura de la torre del Palacio de los Guzmanes, por aquel entonces inexistente y derruida.

Carros engalanados. Rafael Martín Alfageme.
San Froilán y Carros engalanados. Coloreada por Inteligencia Artificial.

Rescatamos el testimonio ahora de Almudena, aquella niña que se asomaba a su León predilecto. Decía que la festividad de San Froilán era un hito en el León de los años cuarenta. Que la elegancia con la que vestían los señoritos y esperaban en la puerta a sus mujeres, superaba todas las expectativas puestas en el acto. Hace especial hincapié en la forma de vestir de las mujeres: durante los tres o cuatro días, las calles eran un escenario, largas sayas de muchos colores, pañuelo grande a la espalda atado con un nudo delante, moño caído, zarcillos de corales blusas muy amplias y de mangas largas. Pero lo que más llamó la atención de Almudena fueron los delantales, rasos, de un solo tono, que no ensombrecían la colorida estampa de las sayas.

Nos adentramos ahora en el rincón predilecto de muchos devotos. Ya habrá intuido que este Odonista se encuentra muy lejos de la acepción primera del término capillita, por lo que les pide disculpas si equivoca algún concepto o no sabe nombrar correctamente los pasos. Desde la Imprenta Moderna, asomados al balcón, suponemos, de lo que entonces fue el Antiguo Ayuntamiento de León, observaban los leoneses la Semana Santa.

Calle Legión VII durante la procesión de Viernes Santo. R.M.A.
Mujer asomada al balcón con un crucifijo en la mano. Legión VII durante procesión de Viernes Santo. León

Miles de personas se agolpaban en las aceras para vivir, de primera mano, la estampa religiosa, los tambores, la música y el pisar de los papones, que rendían homenaje a su devoción. Desde el suelo, el espectáculo era perfecto, pero desde las alturas, sublime.

Imagen desde la ventana del Antiguo Ayuntamiento hacia Legión VII. ca.1944. R.M.A.

Como ya se ha dicho, la fotografía está tomada o desde la ventana más alejada del centro de la Imprenta Moderna, o desde la ventana más cercana a esta del Ayuntamiento de León. Por lo tanto, la calle que observamos, es, como no podría ser de otra manera, la Calle Legión VII, en algunos puntos también se observa la calle Hospital.

El Nazareno durante Viernes Santo.

Su historia, ya la hemos conocido en otros muchos artículos, pero, por aquel entonces, muy cercano el tiempo al centro del siglo, la calle apenas había sido bautizada como tal, pues antes llevaba el nombre de la calle de 13 metros, en honor a su anchura. Por otro lado, la calle Hospital nunca existió en realidad, pues ambas estaban escondidas en el interior de lo que un día fue el Hospital de San Antonio Abad.

Procesión de Viernes Santo. ca. 1944. R.M.A.

Y al fondo de la imagen, un establecimiento que ya muchos conocerán. Los famosos almacenes Simeon, que hoy han sido reutilizados por una conocida marca de regalos y recuerdos. El edificio cuyas volutas observamos es el famoso Roldán, que cumple ya un siglo de historia.

Chalet de Paco Sanz desde la azotea de la Casa Alfageme. R.M.A.

Subidos de nuevo a la azotea de la Casa Alfageme, contemplamos, desde las alturas de la tercera planta, asomados al penacho que se desprende de la corona de la misma, la visión de la avenida Ordoño II. En su centro, como ya vimos la semana pasada: el chalet de Paco Sanz, que se extiende hasta casi la Pícara Justina. Se observa, a la izquierda, un alto pino que bien podría haber pertenecido a la parcela de Sanz.

Las lomas de León desde la azotea de la Casa Algamene. R.M.A.

Hacia la izquierda, las lomas, o el Portillo, por el que se accede a los pueblos de la Sobarriba. Esta panorámica es preciosa, pues hoy sería imposible otear el horizonte desde el centro de León, debido a la cantidad de edificios emblemáticos que colman nuestra visión.

Recreación del lugar desde el que están tomadas las fotografías.

Por último, como niño entusiasmado, nos asomamos al ojo de buey que adorna la parte alta del Edificio Alfageme. Introducimos nuestra cámara por él para, con cuidado, tomar la fotografía que nos indica la posición exacta del interesado, curioso y atrevido fotógrafo.

Nos despedimos ya de estas instantáneas, que tanta alegría nos han aportado, para devolverle, finalmente, los negativos a sus dueños, que son los legítimos poseedores de los mismos. Gracias a ellos, y a su permiso, hemos compartido con todos ustedes, los lectores, la historia de unas imágenes inéditas que ya forman parte del fondo cultural de León. Agradezco infinitamente a Rafael su colaboración y su diligencia. Sin palabras se queda este Odonista ante la confianza depositada en este escritor por parte de Pedro, que ha creído en la ilusión que fluye por las venas de un apasionado investigador, que busca conocer los rincones más ignotos de León. Este artículo va dedicado a mis buenos amigos: Pedro y Rafael a los que debo el privilegio de haberme enredado en la apasionante historia que rodea a estas fotografías.

Con gusto se despide este Odonista, instando a los vecinos de León a conocer su pasado, a través del único vestigio físico que remanece después del paso del tiempo. Hoy somos privilegiados, pues disponemos de información que nuestros antepasados nunca pudieron poseer. Su rostro, desdibujado en el tiempo, nos permitirá encontrar la receta para interpretar el paso de los años, dando a conocer la historia de esta bella ciudad.

Actualización y fe de erratas: Un avispado lector ha dado fe de que las fotografías, enmarcadas en la Santa Santa del año 1944, bien podrían pertenecer a una época posterior. En concreto a 1946 o a sucesivos años, pues, según nos confirma: la talla del Cirineo se incorporó al paso del Nazareno en el citado año. Muchas gracias por este dato que nos permite datar mejor la inédita instantánea .

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