Casa Alfageme. Ordoño II. Archivo Santos Flórez
Edificios Emblemáticos de León

La historia que nunca te han contado sobre la Casa Alfageme: el edificio que olía a rosas

El acercamiento definitivo a la magnífica historia de uno de los edificios más emblemáticos de León: la Casa Alfageme y un lugar de leyenda que contiene miles de secretos

Lunes, 29 de abril 2024, 08:12

Ya sabrán lo curioso que es el devenir del tiempo, la providencia y el destino, que nos lleva por galantes caminos hacia nuestro final. Este Flâneur ha estado recorriendo, los últimos meses, las historias de los Edificios más Emblemáticos de León y no va a ... parar de hacerlo en una larga temporada. Pero, fíjense, que en más de un año de recorrido, junto a mi homólogo Odonista, nunca habíamos vivido una aventura parecida; nunca nos habíamos acercado a una historia tan sensible y los aciagos brazos de la melancolía no nos habían golpeado tan fuerte como durante esta investigación:

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Ordoño II antes de 1934. Archivo Santos Flórez

Como bien ya saben, se trata de la historia de la casa y de la familia Alfageme. En efecto, se acordarán que la semana pasada abordamos el estudio arquitectónico del edificio, conociendo que fue levantado por Juan Crisóstomo Torbado en 1913 por iniciativa de Isidro Alfageme, quien luego fuera alcalde de León.

Ordoño II antes de 1934. Archivo Santos Flórez

En el 1956, la altura de la Casa Alfageme aumentó en dos pisos. Pero, ¿Cuál fue la verdadera razón de este extraño suceso arquitectónico, cuando el edificio ya tenía más de cuarenta años de edad? Conozcamos la curiosa trayectoria de una familia eterna en el seno de León, que llegó a levantar uno de los Edificios más Emblemáticos de León.

Fábrica de Harinas Santiago Alfageme en funcionamiento.

La historia, como suele decirse, habrá de comenzarse por el principio. La familia Alfageme no es originaria de León, pues llega, junto a Santiago Alfageme Pérez, desde Vezdemarbán, un pequeño pueblo de Zamora, siendo hermano de Bernardo Alfageme Pérez, fundador en Candás de las conservas Miau. Curiosa es la relación que da pie a una de las familias más famosas de León y que permitirá que el apellido Alfageme se extienda por todos los dominios de la península: Santiago Alfageme, nacido al albor del siglo XIX, contrae nupcias con Catalina Alfageme Pérez. En efecto, lo han descubierto ustedes igual que yo; los apellidos son los mismos. Según alguna que otra historia familiar, los contrayentes tuvieron que pedir permiso a través de una bula papal, pues, como se habrán imaginado, eran familia directa; en concreto, primos.

Isidro Alfageme Alfageme. Rafael Martín Aflageme

De ese matrimonio sale la primera generación de los Alfageme Alfageme, que cuenta con varios rostros conocidos del panorama leonés. Es el caso de Isidro Alfageme Alfageme, quien fuera alcalde de León y nuestro protagonista. Su hermano, Francisco Alfageme, ordenó construir el famoso chalet Alfageme sito en el solar del actual Ayuntamiento de León.

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Otro de los famosos hermanos fue Agustín Alfageme, también conocido en León por gestionar y promocionar el Teatro Alfageme, en la calle Ramón y Cajal hacia el año 1928.

Teatro Alfageme, en Ramón y Cajal. Al fondo, Casa Roldán. Archivo Rafael Martín Alfageme.

Volviendo al padre de estos dos, Santiago Alfageme Pérez, este fundó, en el siglo XIX, la fábrica de Harinas Santiago Alfageme, ubicada en Michaisa. Gozó de fulgor y de mucho éxito la citada fábrica, pues pasó luego por las manos de sus hijos, Isidro y Francisco, quien la dirigirían con honores. Isidro Alfageme Alfageme, por aquella época también alcalde de León por un breve periodo de tiempo durante 1921, se casó con Ignacia Villalonga Vaquero, cuya historia tampoco tiene desperdicio. Ignacia procede de una familia valenciana, más concretamente de Alcora en Castellón, pero nacida en Valladolid. El padre de esta había sufrido un destierro tras la segunda guerra carlista en el siglo XIX.

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Ordoño II. Archivo Santos Flórez

Este dato puede parecer que carece de valor, pero según varios testimonios, los azulejos que coronan las cúpulas de las torrecillas ya descritas en el anterior reportaje, podrían ser originarios de la fábrica de cerámica de Manises, en Valencia, famosa por exportar este tipo de material.

Fotografía del Collado Jermoso. Por Diego Mella Alfageme. Página Web Collado Jermoso.

La hermana de Isidro, Manuela Alfageme, se casó con José Mella Angueira, y de su unión nacieron los famosos Mella Alfageme, Santiago y Diego. De Diego ustedes seguro que recuerdan la existencia de una casa, sita en el Paseo de la Condesa, que se irguió sobre los bajos chalets durante un breve periodo de tiempo, junto a la Casa Picón. Ambos hermanos son conocidos pues uno de los refugios de la montaña leonesa, en los Picos de Europa, en la zona de Valdeón, llevó su nombre por muchos años, siendo estos precursores del alpinismo actual en León.

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Fábrica de cerámica de Manises.

Recuperando la línea de sucesión original, Isidro tiene cinco hijos. En concreto, cuatro hijas y un varón, Santiago; es interesante pues es la rama genealógica que nos ha traído hasta aquí. Santiago se hace cargo también de la fábrica de harinas hasta 1970, cuando fallece. La fábrica de harinas es comprada por la empresa Arias, puesto que ninguno de los hijos ni herederos deseaba seguir con el negocio. Arias mantiene el apellido Alfageme en el nombre de la empresa hasta que en los noventa se declara definitivamente en quiebra. La fábrica se desmantela en 2014, perdiéndose el patrimonio industrial, tal y como ocurrió con la Azucarera Santa Elvira, muy próxima a la ubicación de la fábrica.

Fabrica de Harinas Santiago Alfageme.

Conozcamos, ya por último, la verdadera razón de la construcción de dos alturas más del edificio. En 1956, la familia de Isidro Alfageme Alfageme, propietaria del edificio, decide vender el inmueble a don Joaquín Blanco. La única condición es que la familia, compuesta por las cuatro hijas de Isidro y de Ignacia, y el varón, Santiago Alfageme, pudieran habitar con su familia en las casas dispuestas para ello pagando una renta simbólica hasta la defunción de los progenitores.

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Proyecto de aumento de 2 pisos. Planos originales. 1956. Archivo Municipal de León

De esta manera, Joaquín Blanco se hizo con el edificio. Pero, ¿cómo sacar rédito económico a un edificio en tan buena situación urbanística si todas las viviendas estaban ocupadas y destinadas para la familia? Muy sencillo: ganó espacio vertical y presentó un proyecto antológico en la arquitectura urbanística de León, preservando detalles del edificio original, pero elevando la altura en dos pisos. Proyectó las torrecillas dos pisos más arriba, consiguiendo una verticalidad nunca antes vista y respetando el patrimonio que Juan Crisóstomo Torbado había construido con el proyecto de Isidro Alfageme. Para cualquier viandante solitario, que se hubiera alejado uno o dos años de León, lo que duraron las obras, no habría habido diferencia entre un edificio y el anterior. Se preguntaría, quizás, si ese edificio, antes de marcharse de la capital, no había sido más pequeño.

Planos originales de la ampliación del edificio en 1956. Archivo Municipal de León

Como es ley de vida, las familias fueron desapareciendo del edificio y, una vez despoblada de vitalidad la vivienda, fueron ocupándolo oficinas y despachos. Al final, solo quedaron un par de viviendas, familiares, que hoy sobreviven al mordisco del comercio y la administración.

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Para terminar, es necesario hablar de las sensaciones de las personas que habitaron aquel edificio. Rafael, que es el nieto de Santiago Alfageme, y que vive ahora en Madrid, nos relata con majestuosa nostalgia la experiencia infantil de sentir la diferencia entre su austero piso de la capital de España, y la gran y recargada fachada del edificio Alfageme. Para un niño, según nos cuenta, era como entrar en un castillo.

Planos originales de la ampliación del edificio en 1956. Archivo Municipal de León

Asomarse al mirador de la torrecilla era anecdótico y curioso, pues era esa picardía novelesca la que le llevaba a cotillear por la ventana, para ver cómo los leoneses hacían su vida, iban vestidos de una manera u otra o disfrutaban del gustoso paseo por la vereda de la avenida Ordoño II.

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Por los grandes pasillos jugaba con sus primos y sus hermanos Rafael, muy niño, que recibía las reprimendas de la asistenta de su abuela, que le decía que si seguía corriendo y arrastrándose de aquella manera, aparecería en la mismísima casa de don Joaquín Blanco.

Ordoño II. Archivo Santos Flórez

Pero lo que sin duda más recuerda Rafael es el olor a rosas y a diferentes flores que manaba desde el patio. Los bajos del edificio, por aquel entonces, eran ocupados por Flores Sabadell y esta guardaba todas las existencias en el patio interior del local, que, cómo no, provisto de tenue luz natural, y de un frescor idílico durante todo el año, era el lugar perfecto para proteger las flores de la tienda. Cuando Rafael iba a visitar a sus abuelos, siempre sentía cómo el aroma floral ascendía por el patio interior y se colaba por las ventanas de las antiguas viviendas.

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Plantilla del Ayuntamiento de León La letra «A» (arriba izq.) corresponde al alcalde: Isidro Alfageme Alfageme.

Su recuerdo, sus experiencias y su vitalidad nos han acompañado. Agradecimiento es una palabra vacua que no representa lo que siente este Flâneur por sus nuevos amigos, Rafael, hijo de la familia Martín Alfageme, quien diera comienzo a esta historia con el descubrimiento de las fotografías perdidas. Para siempre queda ya en el corazón de este individuo escritor la historia de la familia Alfageme; sus rostros ya forman parte de mi recuerdo, y su leyenda, del pasado de León, que, vertido sobre estas líneas, es compartido con todos ustedes, mis queridos lectores.

Puerta de Santiago Alfagame. Cedida por Rafael Martín Alfageme

A Santiago Alfageme y a Isidro Alfageme van dedicados estos artículos, quienes no pudieran conocer la devoción que sentían hacia ellos sus familiares presentes, y que guardan de su emoción, la pasión por la arquitectura y la fotografía.

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Aguarden, tan solo dos días más, para conocer el final de esta maravillosa historia, con una última toma de contacto con las fotografías inéditas de León, donde se acercarán a un tiempo en el que el aroma a rosas aún inundaba la ciudad.

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