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El Parador de San Marcos es un pozo histórico sin fondo.
Cada piedra guarda con recelo historias silenciadas durante años, al fin de cuentas, ha sido un testigo silencioso del paso del tiempo por León a lo largo de casi diez siglos.
¿Pero qué ... esconden realmente los muros de San Marcos, un inmueble concebido como un modesto albergue de peregrinos en el siglo XII convertido en la actualidad en la 'joya de la corona' de Paradores?
Las obras de rehabilitación del inmueble han sacado a la luz el que podría ser el mayor descubrimiento de la historia de San Marcos, según ha desvelado leonoticias.
Se tratan de los restos de dos cuerpos humanos en el interior de un osario. Según han confirmado a leonoticias, se tratan de restos antiguos, que podrían incluso datar entre los siglos XI y XII.
La explicación se encuentra en la colocación de varias piedras a ambos laterales de los cráneos de los esqueletos, lo que representa una forma de enterramiento anterior al siglo XIX.
En cualquier caso, señalaron fuentes oficiales, será la prueba del carbono 14 la que determinará la antigüedad de los restos que ya están en poder de Patrimonio para su estudio y análisis y que fueron hallados en la zona que tradicionalmente ocupaba la cafetería del Parador.
Aunque no ha sido el único hallazgo relevante. En la misma zona, los trabajadores han localizado restos de una muralla que, según los expertos, podrían datar del siglo XII.
De confirmarse y todo apunta a que así será, estaríamos ante los restos de la primera construcción de San Marcos, es decir, del albergue que impulso a través de una donación la infanta Sancha de Castilla, hija del Rey Alfonso VII.
Ante esta aparición, Paradores cursó una autorización a Patrimonio para llevar a cabo una excavación arqueológica que recibió el visto bueno y que permitirá fijar con exactitud los orígenes del trozo de muralla que ahora sale a la luz.
Aún sin los resultados en la mano, Paradores es consciente de la importancia del descubrimiento, de ahí que haya acordado modificar su hoja de ruta.
Concretamente, se modificará el proyecto de remodelación del espacio de la antigua cafetería para hacer visibles estos restos del muro que ahora salen a la luz. Un proyecto que por el momento, según han señalado, está por definir.
Dos descubrimientos que dan buena fe de la importancia de San Marcos a la par que permitirán dibujar una nueva línea de la historia que esconden sus muros y elevar el atractivo de una de los referentes arquitectónicos de la capital leonesa.
Los arqueólogos de Patrimonio serán los que determinen la relevancia histórica del hallazgo que va en la línea de los múltiples restos arqueológicos que se han hallado desde la puesta en marcha de la reforma integral que se desarrolla en el Parador.
El edificio principal de San Marcos data del siglo XVI, al que posteriormente se le añadió otro cuerpo en el siglo XVIII en el que la obra interviene de «manera prioritaria». A ello se han sumado a lo largo del tiempo otras modificaciones como las producidas en el siglo XIX, «cuando el ejército se hizo cargo del edificio y emprendió reformas muy importantes» que se pueden ver «en la apertura y cierre de puertas y ventanas de las fábricas originales del siglo XIX».
Con carácter previo a la intervención de la obra en el interior del edifico, el equipo de arqueología intervino en la obra de restauración fachada del Parador, donde se encontró la modificación de las ventanas en el edificio del siglo XVI que se llevó a cabo en el siglo XVIII, «un hallazgo muy importante que había pasado desapercibido a cualquier trabajo histórico o arquitectónico que se había llevado a cabo en el edificio».
Cuando se construyó la fachada del siglo XVIII se pretendía hacer una réplica más o menos exacta de lo que estaba construido en el siglo XVI, «una réplica que ahora se ha descubierto que no fue tan exacta», ya que al observar la fachada desde la calle se ven dos pisos, uno primero estructurado con ventanas de arco de medio punto y el de arriba en balcones que, aunque parecía que formaban parte de la fachada del siglo XVI, en realidad se abrieron en el siglo XVIII, «algo muy interesante porque permite interpretar de una forma diferente el edificio desde el punto de vista histórico, arquitectónico y artístico».
De esta manera, en el siglo XVIII se abrieron nuevas jambas sobre las ventanas de arco de medio punto existentes, para recortar y realizar una estructura rectangular que pasó de ventanas o balcones, «tal y como se descubre en las anomalías, cortes, cambios de piedra y modulación que se observa desde el exterior».
Asimismo, se han podido observar cambios en la disposición de los suelos en buena parte del edificio, que se realizan principalmente en la modificación de 1964, cuando el edificio se convirtió en Parador. Cambios que pudieron deberse «al cambio de la moda en el tiempo en el que se realiza, al tratarse de la época del Barroco», pero también «a un interés funcional» porque unido a las reformas se realizaron otras modificaciones.
A finales de julio, Patrimonio desvelaba el descubrimiento de restos de una iglesia y un convento medieval en la zanja oriental. Se tratan de estructuras arquitectónicas anteriores a la construcción del convento renacentista, en concreto varios muros perpendiculares de sillería, cal y canto, así como soleras, que podrían estar relacionadas con una iglesia y un convento medievales
'Contratiempos' que Paradores ya había previsto dada la antigüedad del inmueble. De ahí que el hallazgo del muro y la obligación de redactar un nuevo proyecto para la cafetería no implicarán un retraso en los tiempos. De esta forma, Paradores mantiene como enero del 2019 la fecha para reabrir San Marcos.
San Marcos se concibió en el siglo XII, cuando Sancha de Castilla, la hija del rey Alfonso VII donó una cantidad dinero para la construcción de un modesto albergue para dar cobijo a los peregrinos del Camino de Santiago.
Aunque sería cuatro siglos después, cuando el rey Fernando el Católico impulsaría la construcción del gran edificio de estilo gótico-plateresco que ha llegado a nuestros días para convertirlo en la sede principal de la Orden Militar de Santiago en el oeste de la Península.
Es uno de los monumentos más importantes del Renacimiento español, su fachada es una perla del plateresco, se empezó a construir hacia el año 1515, aunque la historia del edificio ha sido convulsa hasta llegar a 1964 cuando se constituyó como Parador Nacional. Antes fue monasterio aunque son hasta 15 los usos que se le atribuyen.
Prisión, escuela de veterinaria, casa de misiones, hospital penitenciario, parada de sementales, casa central de estudios de los Padres Escolapios, Oficinas del Estado Mayor del Séptimo Cuerpo del Ejército, prisión militar, campo de concentración de la Guerra Civil –donde hubo 791 fusilados, 1.563 paseados y 598 sin asignar, además de 15.860 prisioneros políticos. En los últimos años ha servido de cuartel de caballería, diputación, diócesis, Ministerio de Guerra, Hacienda y Educación.
En 1875 el Ayuntamiento de León pudo poner fin a este monumento del patrimonio histórico español, pero finalmente la idea fue socorrida. Desde 1965 fue reconocido como Hostal Parador de San Marcos, uso que todavía mantiene y que recuperará en 2020, tras su reapertura al público.
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