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Azucarera Santa Elvira
Azucarera Santa Elvira
Edificios Emblemáticos de León

Un espacio abandonado y olvidado: La Azucarera Santa Elvira (I)

Un viaje por la historia de un edificio abandonado, del que el progreso se ha olvidado y que daba vida a los barrios aledaños.

Lunes, 11 de diciembre 2023, 08:15

Ha vuelto este Flâneur a pasear por las calles de León, y, después de conocer la historia del Sanatorio Miranda, y de empezar a recorrer Ordoño de la mano del Odonista de la ciudad, derivan mis pasos hacia un barrio, que, por cercanía, podría interpretarse como céntrico y del que, sin embargo, el desarrollo se olvidó hace ya muchos años.

Cruzando el puente de los leones, más allá incluso de la estación de trenes, descansa mi siguiente parada, un gigantesco edificio de ladrillo que observa el paso del tiempo, aun cuando para él se ha detenido. Su esqueleto me da la bienvenida, pero no es sino la ardua investigación de otras muchas personas, y los testimonios de aquellos que vivieron allí los que provocan mi sensibilidad. Hoy conoceremos, la historia de la Azucarera Santa Elvira.

Azucarera Santa Elvira 2001

Pocos mapas aportan información sobre la orografía del terreno allende el cauce del río Bernesga. La Azucarera, situada en aquel lugar, es casi, durante la primera mitad del siglo XX, el adalid industrial de la ciudad, el motor del barrio y el espíritu de los residentes de la zona.

Entiendan, por favor, antes de comenzar el relato, el sentido de este título periodístico tan llamativo y a la vez tan agorero. Deseo, con mi investigación plasmar un sentimiento candente en la población, y hacer una comparativa exhaustiva del pensamiento social. Es decir, realizar un análisis frío y aséptico del edificio primero, que es casi como conoce cualquier viandante a la Azucarera Santa Elvira, para luego, en los siguientes artículos, conocer de primera mano la versión de los habitantes y los trabajadores del lugar, ofreciéndole al edificio el alma que el progreso le ha arrebatado. Por ello, y por el amor que guardo a los edificios de esta ciudad, no piense usted que el título posee un cariz de «click bait», no es más que mi crítica al abandono del edificio, que desgraciadamente ha sufrido durante tantos años.

Antes de la Azucarera

Pero, ¿cómo se construyó la azucarera? ¿Qué acciones dieron como resultado el traslado de una fábrica casi entera, desde Soria hasta León? Antes de comenzar el relato, es necesario acudir a las fuentes principales. Como saben, este Flâneur tiene un poco de investigador, y mi afán hermenéutico me empuja a conocer el porqué de las cosas. Ahora bien, poco o nada hubiera descubierto este escritor de no ser por el testimonio escrito de Cony Salomón, cuyo trabajo citaremos, y de los antiguos trabajadores de la azucarera, como Miguel Ángel Cueto y Carlos Aguilera. Gracias a ellos, y a muchos otros que iremos conociendo, el recuerdo de la azucarera sigue vivo y se ha contagiado a este humilde narrador.

Construcción de la Azucarera Santa Elvira en León (1930 ca.) Cony Salomón

De Soria a León: el origen de la Azucarera Santa Elvira

En 1898, se constituye la Sociedad Industrial Castellana y adquiere, alrededor de 1930, los terrenos en los que se ubicaría la futura Azucarera Santa Elvira. Comienzan, en 1933, las obras para levantar un edificio central y varios almacenes que conforman el cuerpo de la industria más arrolladora de la ciudad por aquella época. Por desgracia, esta historia no acabará bien, pues la fábrica cerrará cincuenta y seis años más tarde.

Imagen después - Un espacio abandonado y olvidado: La Azucarera Santa Elvira (I)
Imagen antes - Un espacio abandonado y olvidado: La Azucarera Santa Elvira (I)

Hoy, a modo de protesta, no contaremos historias divertidas ni joviales, pues el edificio abandonado merece este artículo de luto. Será en otro momento, cuando hayamos conocido la trayectoria empresarial de la Azucarera, cuando las voces humanas que la habitaron nos hablen desde su experiencia.

Interior de la Azucarera Santa Elvira Archivo Santos Flórez

Gracias a la implicación de 200 trabajadores, la fábrica abre sus puertas pocos meses después, con 33 obreros provenientes de La Rasa, una industria que cierra en Soria y que traslada a sus empleados y a su maquinaria a la nueva y flamante edificación de León. Desde allí, desde Soria, llegó el abuelo de Cony, que comenzó a trabajar hasta su fallecimiento, en 1940. Años después, el hijo de este seguiría sus pasos, y también hallaría felicidad en un reducto laboral que terminaría convirtiéndose en una gran familia.

El desarrollo de la Azucarera

Azucarera Santa Elvira 2009 Con el armazón de hierro.

En 1949, se abre en uno de los almacenes de la azucarera Santa Elvira, una destilería de alcohol, con maquinaria proveniente de Genil, en Granada, y que suministraba licor de calidad a lugares emblemáticos como la Castellana. Se dice que la calidad del brebaje era excelsa y por ello la producción del líquido se alargó hasta 1980, casi cuarenta años después de su constitución. Se levantaron, también, varios edificios en los que habitaban las familias de los trabajadores. 36 viviendas, 3 chalets y una gran casa para el director de la Azucarera. Imagínense el hastío de esas familias, al ver su hogar, allí donde crecieron, devastado por la maleza, por el avance de la naturaleza primero, y luego derruido y reducido a escombros inservibles. Donde hay escombros, siempre hubo vida.

Azucarera Santa Elvira 2001

Aunque en la fachada de la Azucarera sigan colocadas las siglas de la Sociedad Industrial Castellana (S.I.C.), el Grupo Ebro adquirió, en 1967, el edificio y la empresa, modernizando las instalaciones y consiguiendo, para 1970, haber automatizado casi todos los procesos que durante años se desarrollaron de manera manual.

Como curiosidad, en 1975, el régimen realizó un intercambio con el partido cubano del Che, recibiendo por su parte sacos con toneladas de azúcar que fue refinada en León. Conformaban la plantilla, durante las campañas más ambiciosas, más de quinientos trabajadores, contando por aquel entonces, alrededor de 1980, con ciento sesenta empleados fijos. Doce años después, en 1992, la Azucarera Santa Elvira contaba con 230 trabajadores discontinuos, y 95 empleados fijos.

Es, por aquel entonces, cuando se procede al cierre de la fábrica. Durante diez años, había corrido el rumor de que la Azucarera desprendía un mal olor que provenía de la gran chimenea, pero según reconoce Miguel Ángel Cueto, de la chimenea apenas salía el vapor de agua que se obtenía como desecho de la fabricación del azúcar. Por todo ello, otro motivo impulsó el cierre de la misma.

El cierre y abandono de la Azucarera Santa Elvira

Vista de Azucarera Santa Elvira desde Doctor Fléming

Como ya les ha contado mi buen contramaestre, el amigo Odonista, la leyenda (y digo leyenda para no acusar a ningún confabulador, seguramente que posee la razón) cuenta que la propia estación de tren fue levantada en ese lugar por una cuestión pragmática y económica. Personas con intereses poseían varias de las tierras que por aquel entonces conformaban Ordoño II y deseaban darle un valor potencial a los terrenos. ¿Por qué no iba a ser de otra manera con el inmenso solar, en el que se localizaba la Azucarera Santa Elvira? ¿Por qué, intereses económicos y especulativos, no pudieron haber empujado a los dueños a obligar a los trabajadores a abandonar sus empleos y a las familias a huir de sus hogares, antes de que el oblivion se cerniera sobre los edificios?

Imagen después - Un espacio abandonado y olvidado: La Azucarera Santa Elvira (I)
Imagen antes - Un espacio abandonado y olvidado: La Azucarera Santa Elvira (I)

Como adelanto del siguiente artículo, cabe destacar que los trabajadores intentaron recuperar el poder sobre las casas en las que habían vivido durante tantos años, pero la empresa les negó su adquisición, por motivos secretos ya que, seguramente, entraban en conflicto con algún interés de expansión y urbanístico.

Una vez fueron solucionadas las jubilaciones, los problemas laborales y los referentes a los recursos humanos encontraron solución, la fábrica cerró sus puertas para siempre. Pero, ¿qué pasó después? ¿Cuál es el motivo del abandono y de la dejadez de un lugar que rebosó en su día tanta vida?

Derrumbe del Chalet del Director y de las casas de la Azucarera (2015)

Después del cierre de la Azucarera

Durante cincuenta y seis años, la azucarera funcionó a pleno rendimiento, trayendo consigo el avance de la ciudad de León y del barrio de la Sal y de la Vega. Pero el 13 de abril de 1992, la puerta principal de la Azucarera se cierra, y la maquinaria es trasladada a Miranda de Ebro.

Hoy ya solo remanece el esqueleto de los edificios, que son testigos del paso del tiempo e, incólumes, aguantan las embestidas del temporal. A su alrededor, el paisaje urbanístico también se ha transformado, pues la vida que habitaba en el interior de la fábrica se contagiaba a los barrios aledaños. El parque cubierto de solera y el olvido como único compañero de juegos.

En 2002 se redacta el informe de Importancia Patrimonial que solicita respeto histórico para el pasado industrial de la fábrica. Pocos años después, da comienzo la transformación de los almacenes orbitales a la fábrica, construyéndose el Palacín tras la aprobación del proyecto en 2006.

En 2009 se coloca un armazón metálico que sostiene lo que aún queda de la Azucarera y, rodeada por los edificios de Perrault, espera a que el destino la acerque a su final, pues el progreso parece haberse olvidado de ella. Como colofón a este mísero trato humano, en 2015 se derriban las casas en las que habitaron los recuerdos de Cony, de su familia y de todos los que un día disfrutaron de la cercanía de la Azucarera Santa Elvira. Como argumenta M. Ángel Cueto, cuando uno pasee por los restos de la azucarera, tan solo puede encontrar fantasmas.

Fotografía del proyecto (patrimonio industrial arquitectónico)

Los fantasmas quedaron allí atrapados, pues muchos pasean al lado de la carretera y tan solo la nostalgia les visita. Beben de ese pasado que resultaba glorioso, como muchos edificios emblemáticos de León, que han visto menguado su patrimonio por culpa del progreso.

La Azucarera Santa Elvira cesó su labor, pero sus restos quedaron a la vista, como ese error que te obligas a contemplar todos los días sin poder avanzar psicológicamente. A modo de análisis y crítica, este artículo pretende avisar sobre una injusticia y sobre una temeridad. Abandonar nuestro patrimonio es abandonarnos a nosotros mismos.

Obras durante la construcción del Palacio de Congresos. (TC)

En aquellas paredes, que podían contar muchas historias, vivieron los recuerdos de los habitantes de León, y Cony, Miguel Ángel, Carlos y muchos otros nos ayudarán, en los siguientes artículos, a recuperar al patrimonio histórico de nuestro querido León.

Conoceremos, desde el comienzo, la otra vertiente de la Azucarera. Aquella que cuenta con los vívidos testimonios de los que habitaron, trabajaron, rieron y lloraron en ella.

Recuperemos, por lo tanto, la vitalidad del lugar y devolvámosle, a la Azucarera, todo el cariño que dio durante sus décadas de funcionamiento, conociendo y dando nombre a uno de los Edificios más Emblemáticos de León.

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