El derribo del monumental Palacio Real de León

Estimados fotógrafos de León. Estas secciones el Odonista y Edificios Emblemáticos de León se nutren de varias fuentes documentales como lo son el Archivo Municipal de León, el Archivo Provincial de León, grupos de Facebook como Historia de León (España), Imágenes para el recuerdo de León, Fotos Antiguas de León, Tú no eres de León si no..., Los Rincones de León, Todo en León!! Quedamos en el reloj de St Domingo. También recogemos información de La Biblioteca Digital de Castilla y León y la Fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Por otro lado, utilizamos fotografías del Archivo Santos Flórez. Como saben los asiduos lectores, siempre intentamos dar el crédito merecido a los ilustres fotógrafos que han documentado nuestra historia. Pero, quizás, en ciertas ocasiones, y después de mucho indagar, la información que nos llega puede ser incorrecta. Por favor, si usted detecta que la imagen que compartimos no coincide con el autor o con el Archivo citado, pónganse en contacto con la redacción o señalen un error en el artículo. Si es usted el autor o la autora, actualizaremos los créditos inmediatamente, o aceptaremos si desea que la imagen sea eliminada de nuestro portal.

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Nuevo mes y nuevas opciones para disfrutar del patrimonio de la capital. Durante este mes podrán explorar la trayectoria vital de calles como el Rollo de Santa Ana, la iglesia de Santa Nonia y su leyenda misteriosa sobre los restos de la mujer y una gruta oscura hacia el infierno, ect. Pero sobre todo, en la presente sección, conocer la historia de todos los Estadios de León, junto a varias fotografías que ilustrarán todo el proceso.

Pero en esta ocasión, volvemos a encontrarnos, una semana después con el desaparecido Palacio Real de Enrique II, quien fuera rey de Castilla. Para cuando él llegó a ser rey, arrebatando el poder a su hermano Pedro, León ya no era la capital del reino, pero aun así Enrique cuidó y mimó una ciudad que sabía que tenía un gran potencial.

Ya conocimos que el Palacio Real se construyó bajo su reinado, entre 1369 y 1379, y que ocupaba una gran parte del horizonte extramural leonés, entre la muralla romana y las cercas medievales que había levantado Alfonso XI, su padre.

A lo largo del siglo XVI, y según relatan los historiadores María Dolores Campos Sánchez-Bordona y Javier Pérez Gil, pernoctó Carlos I en La Bañeza, Astorha, Rabanal del Camino y Ponferrada. Pero no lo hizo así en el Palacio Real de León, pues por muy grandes que fueran sus estancias, el deterioro ya se había adueñado de su estructura, impidiendo que en él pudiera alojarse ningún rey. Ocurrió lo mismo con el príncipe, quien llegara a convertirse en Felipe II, en 1554, cuando se dirigiera a A Coruña y a su paso por León no pudo hospedarse en el Palacio.

Pero la historia se repite apenas unos años más tarde, cuando Felipe III, quien manipulado por el Duque de Lerma trasladase las Cortes a la ciudad de Valladolid, hubo de alojarse en casas nobiliarias particulares ya que el Palacio estaba en una completa ruina. Al menos los reyes se llevaron una buena opinión sobre León, pues al no haberse alojado en él, pudieron conocer las maravillas del Palacio de los Guzmanes o del convento de San Francisco, donde si pernoctaron a su paso por León.

Es una lástima caminar por la Rúa y ya no ser capaz de observar aquel vestigio humano del progreso medieval, que, en palabras de Rivero Rada, rivalizaba con el Alcázar de Sevilla. Y, metafóricamente, debía de hacerlo pues, si Enrique II construyó (aunque no lo hizo con sus propias manos) el Palacio Real de León, Pedro I, su hermano, levantaría la parte mudéjar del Alcázar de Sevilla

Es objeto de este artículo recuperar los testimonios gráficos y documentales que han pervivido desde la construcción del Palacio hasta nuestros días. Algunos de ellos se encuentran en el citado libro de los investigadores El Palacio Real de León, otros en el Museo de León y otros diseminados por el territorio español.

Parece ser que la destrucción del Palacio, o al menos la desaparición de las estancias reales y la obliteración del uso regio ocurrió en el siglo XVIII, cuando fue sometido también a varias reformas. Han aparecido, según los cronistas, restos de yeserías con típicas labores toledanas, que guardan relación con el convento de San Francisco de Sahagún. Hubo de haber una clara influencia morisca en las obras de Enrique II en León, aunque no se han conseguido encontrar demasiados datos sobre este hecho.

Lamentablemente, la información obtenida en cuanto a la distribución y arquitectura del Palacio Real bebe de la mímesis y comparativa con otros palacios contemporáneos, del mismo periodo medieval y de pequeños elementos que han sobrevivido al paso del tiempo.

Pero lo que bien es cierto es que la calle de la Rúa, por la que ya han paseado durante las dos últimas semanas de la mano de mi buen amigo el Flâneur, fue reconocida como el patio de juegos de la realeza, que conseguía confeccionar un complejo áulico para el disfrute de los reyes consortes.

Sí que podemos, al menos, conocer sus dimensiones, sobre todo gracias a la investigación de María Dolores y de Javier, quienes nos acercan los planos de construcción en su libro, para poder hacernos una idea de la disposición de sus grandes estancias.

«El zaguán de la puerta principal era rectangular y con dos puertas enfrentadas […]. El palacio era casi rectangular, alterado solamente en el extremo oriental de su lado norte por el acceso de carruajes y en el occidental del sur por la prolongación paralela a la línea de fachada que conducía a una pieza que se dedicaba a las cocheras» (Campos y Pérez, 2006, p. 102).

Contaba con varios patios interiores, a modo de descanso frugal para los príncipes y nobles que allí se hospedaban. Y entre ellos se comunicaban por lustrosos zaguanes que hacían las veces de pasillos exteriores. Estos patios habrían de contar con galerías, tal y como es clásico y típico en la arquitectura hispano-morisca.

«En el caso del [palacio] leonés, se alude a una pequeña capilla del palacio en la documentación de los siglos XVI y XVII, sin que se especifiquen detalles que puedan clarificar el tema, ya que en la mayor parte de las referencias tal espacio sacro está ya relacionado cn la cárcel instalada en las antiguas dependencias palaciegas». (p. 103).

Uno de los elementos que ha sobrevivido es ese arco de medio punto que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid en 1871, donde sigue desde entonces disponible para cualquier visitante curioso que desee conocer la historia de León.

De igual manera, si ustedes visitan el Museo de León, encontrarán ricos artesonados y techumbres que ocuparon las estancias de aquel Palacio Real que una vez puso a León en el candelero arquitectónico medieval y que, de haber sido conservado, hoy rivalizaría con grandes de la historia como el Alcázar de Sevilla.

Como ya apuntábamos anteriormente, el Palacio Real se desmanteló a finales del siglo XVIII, cuando fue ocupado por el Cuartel de Milicias, conectado con la Fábrica de Hilaturas del terreno en el que hoy se ubica el Emperador. De allí seguro que ya conocen la historia de la Puerta de la Reina. En caso de no hacerlo, les recomiendo este artículo sobre la calle del Cid.

Este cuartel, conocido como El de la Fábrica, ocuparía el Palacio Real de León durante varios años, pero el compendio arquitectónico original habría de haber desaparecido mucho antes, pues se dispuso la apertura de la calle General Lafuente, que nunca existió en el mapa urbano leonés hasta que fue derribado parte del palacio, dividiéndolo en dos, en 1939.

Y es pocos años después, cuando ya se intuía en León que ese Palacio de adobe, de tierra, estaba empobreciendo la fisonomía de una ciudad que abogaba por los grandes edificios, cuando se llega a la conclusión de que debe ser demolido.

En 1948 comienzan los operarios a desmantelar el Palacio Real, quedando tan solo los restos del solar y nada más. Como ven en estas imágenes, ya poco quedaba del Palacio, pues lo restante había sido vendido, demolido, o convertido en edificios residenciales y hoteles.

En el mismo solar, como verán, ahora se ubica un gran edificio que ocupa lo que entonces ocupó el Palacio. En honor a los Condes de Luna, se levantó el hotel homónimo apenas dos o tres años después, y prueba de ello son estas imágenes con las que despedimos para siempre la memoria del Palacio Real de Enrique II.

Es impensable que un edificio de tamañas características, de tan terrible consistencia, hubiera podido sobrevivir hasta nuestros días, y con ello no estoy haciendo apología del conservadurismo arquitectónico, pero siento pena al saber que hace tan solo 70 años que los restos de aquel Palacio Regio que un día fue uno de los más importantes de España, hayan desaparecido para siempre.

Hay, cómo no habría de existir, mucha más información sobre el Palacio Real, que viene compilada en el libro que tanto hemos mencionado, y que les recomiendo. Podrán encontrarlo en la Librería Pastor y acercarse, un poco más, a la historia de nuestra bella urbe.

Decimos adiós, después de tantas semanas de investigación, a la calle de la Rúa, al Palacio Real y a la historia de un imponente (pero impotente) Edificio Emblemático de León, para dirigirnos ahora hacia una nueva aventura histórica.

Caminen, a mi lado y de la mano del Odonista, por el Rollo de Santa Ana, actual barrio residencial, que un día rivalizase con la plaza del grano en cuanto a sus soportales de madera y su empedrado clásico. Conozcan la curiosa historia de una de las calles más importantes de León.

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