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Algunas de las obras expoliadas fueron recuperadas y traídas de vuelta a España, como el arco románico procedente de San Pedro de las Dueñas. Leonoticias
Cuando 'Ciudadano Kane' quiso comprar el patio de Grajal de Campos

Cuando 'Ciudadano Kane' quiso comprar el patio de Grajal de Campos

La profesora de la UVA, María José Martínez documenta más de 20 obras expoliadas entre 1900 y 1936 procedentes de la provincia de León

Sábado, 19 de febrero 2022

Todo aquel que haya visitado el British Museum en Londres habrá quedado ojiplático con la cantidad de obras procedentes de otros países y culturas, en especial Egipto y Grecia, que contiene dicho museo y se habrá preguntado, ¿cómo llegó todo esto hasta aquí?.

En muchos ... casos la respuesta es a través del expolio; y por esa razón son numerosos los países que reclaman la vuelta de sus riquezas patrimoniales.

España no se escapa de ese saqueo. A lo largo de la historia numerosos coleccionistas de arte se han interesado por las obras creadas en la península, pero hubo una época en la que dicho expolio fue mayor. En concreto entre los años 1900 y 1936, cuando en Estados Unidos se puso de moda el 'spanish revival style', una moda decorativa que buscaba recrear el estilo decorativo español. «En ese momento en Castilla y León se vendió de todo: rejas, esculturas, artesonados, pinturas, tablas...», informa la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, UVA, María José Martínez una de las mayores expertas en expolio artístico y coleccionismo en Castilla y León quien pese a haber publicado varios trabajos exhaustivos sobre el comercio del arte a principios del siglo XX, Martínez Ruiz reconoce que «aún nos queda mucho por estudiar».

«Hasta el año 1933, cuando el marco jurídico comenzó a controlar este expolio, no había leyes que defendieran los tesoros artísticos», destaca Martínez quien recuerda que coincidió con los años en que se fraguaban importantes colecciones de arte de grandes magnates americanos.

Uno de los mayores coleccionistas estadounidenses de este arte producido en España fue el magnate de la prensa William Randolph Hearst, en quien se inspiró la película 'Ciudadano Kane'. «Un agente de Hearst llegó a ofrecerle, en los años 20, el patio del Palacio de Grajal de Campos», destaca la profesora quien señala que finalmente, el magnate desechó la idea, ya que le pareció «severa y no interesante». «Me parece que lo único bueno es la caja de escalera y el zaguán. La rejería, el poste, las columnas, los frisos decorados sobre las columnas y las guarniciones de las puertas, todo es bueno», añadió Hearst tal y como recoge Prieto en su libro «Hearst el gran acaparador», publicado conjuntamente con José Miguel Merino sobre Hearst y el arte que 'acaparó' en España.

Sahagún

Pero no fue él el único interesado. La suerte es que algunas de estas piezas finalmente se quedaron en España, aunque no fuera en la provincia. Un ejemplo de ello es el arco románico del monasterio benedictino de San Pedro de las Dueñas, próximo a Sahagún, que actualmente se puede contemplar en el Museo Arqueológico Nacional. «De allí salieron varias obras de arte, en una operación singular y clandestina llevada a cabo en 1931», asegura la profesora. Un tema que llegó a la Comisión Provincial de Monumentos de León tras la denuncia de movimientos extraños realizados durante 40 días desmontando obras y cargándolas en camiones. «Se desmontó no solo el arco románico sino también ropas, un artesonado... hasta una sillería de coro. Algunos informantes aseguran que por ello se llegaron a pagar 13.000 pesetas», advierte Prieto; aunque lo más curioso es que las operaciones de traslado se llevaron a cabo por la noche hasta el Palacio Episcopal de León. «El arco románico llegó a Madrid y estuvo en posesión de Víctor Torres, quien lo vendió al Museo», recalca Prieto.

Fueron más el número de obras procedentes de Sahagún que se expoliaron. Un ejemplo es el lauda sepulcral de Alfonso Ansurez que en 1926 fue al Fogg Museo. «Estaba desplazada en el cementerio de Sahagún pero había sido publicada en estudios sobre escultura española», repite la profesora quien advierte que Ricardo de Orueta llega a la dirección general de Bellas Artes, con la II República Española y que impide que salgan tesoros del país, se propone retornar algunas obras», advierte, aunque a cambio de que esta obra regrese ostras salieron del museo arqueológico.

Astorga

Pero no es Sahagún el único lugar del que salieron obras de arte, ya que Astorga también procuro un buen número de ellas. La primera documentada por Prieto es de 1919, cuando se denuncia la venta de un retablo que se encontraba retirado en la capilla del Cementerio de Astorga, la misma se produjo por 9 000 pesetas y se sabe que el comprador era Orencio de la Vega. El retablo estaba dedicado al apóstol Santiago; actualmente dos de aquellas tablas se encuentran en el Museo Lázaro Galdiano.

De hecho Astorga ha protagonizado varios momentos claves del expolio en León. «Hubo una agria polémica en 1929 que llego a los periódicos nacionales a propósito de la venta de obras de arte de la diócesis», informa la profesora. «Acabó convertido en una guerra entre clericales y anticlericales», aporta. Las obras en cuestión formaban parte de la Catedral y del Palacio Episcopal y habían sido descritas por Manuel Gómez Moreno en su catálogo monumental, «pero desaparecieron», advierte Prieto, «eran obras diversas: esculturas, piezas». Lo cierto es que el obispado aprovechó la creación del Museo de los Caminos en el Palacio Episcopal de Gaudí para llevar obras, aunque finalmente no se encontraron. «El obispado y quienes les defendían llegaron a cuestionar a los miembros de la comisión de monumentos y a los académicos porque en ese momento había un debate muy intenso de hasta dónde llegaba la libertad de los propietarios», informa la experta.

Valencia de Don Juan

La mayor parte de las obras desaparecidas, al menos de la provincia de León, son de carácter religioso. Así ocurrió también Valencia de Don Juan donde, durante los años 20, sufrieron diversas pérdidas de patrimonio histórico. Un ejemplo la iglesia de Santa Marina donde el templo fue demolido y se vendió su artesonado. «El párroco pidió a la Real Academia de las Artes de San Fernando poder venderlo, pero cuando llegaron los expertos ya se había efectuado la venta», detalla Prieto.

«Gracias a la Instrucción Judicial de 1929 pude estudiar la venta de un retablo de la iglesia de Cuevas. En una vivienda de Madrid aparecieron varias tablas procedentes de dicho retablo», explica la experta quien señala que la dueña era Catalina Ibor a quien las tablas se las había hecho llegar Ángel Beltrán. «Sabía que se habían adquirido en una capilla derruida cerca de Carrocera. Llegó a haber una instrucción judicial porque estuvieron implicados un anticuario, un conductor entre León y Madrid... Finalmente el Museo del Prado las incautó», acentúa la profesora.

Museo del Prado

Precisamente el Museo del Prado también cuenta con otra obra procedente de León, uno de los grandes retablos que guarda la galería, el de la Vida de la Virgen y San Francisco de Nicolás Francés. «Las tablas fueron ofrecidas en venta por el anticuario Ignacio Martínez quien dijo que las había comprado en una alquería próxima a La Bañeza» relata María José Prieto. «Él compró estas tablas con el propósito de sacarlas de España, pero no le dieron permiso aunque finalmente el estado le ofreció comprarlas, como se hizo en 1931», destaca.

Estos son solo algunos de los ejemplos de las obras expoliadas de la provincia de León aunque, en este caso, muchas se pueden disfrutar en los museos aunque no en los de la provincia leonesa.

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