Edificios Emblemáticos de León
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Edificios Emblemáticos de León
Bienvenido sea el lector a esta nueva etapa de los artículos que recogen las curiosidades y los detalles desconocidos de los Edificios más Emblemáticos de León. Hoy cruzamos el río Bernesga para conocer una de las historias que más se han incrustado entre las líneas de mis apuntes, prácticamente uno de los Rascacielos más antiguos de León y aquel que sufrió la devastación en 1994, tras uno de los incendios más famosos de la capital.
Hoy visitamos la Casa de don Valentín. Pero, ¿de dónde viene ese nombre? ¿Cuándo fue construido el edificio y cuál fue el proyecto inicial que acabó abandonado y que condujo a la maravillosa fachada que hoy nos espera? Acompáñenme a conocer los entresijos exteriores e interiores de un Edificio Emblemático que lleva casi cien años en el horizonte de León.
Don Valentín Gutiérrez, al comienzo del siglo XX se hace, después de pujar en una subasta pública, con una serie de terrenos, de más de dos mil metros cuadrados, sitos al otro lado del río Bernesga y que suponían las afueras de la entonces creciente ciudad.
Como pueden ver en la siguiente fotografía, en la que se desgrana el pasado de León, el Puente de Hierro de Saavedra, que fue sustituido por el Puente de los Leones, ni siquiera disponía de ornamentación alguna y, al otro lado del río, apenas se levantaban pequeños edificios o fábricas. En esta imagen, de 1900, la Casa de don Valentín aún no se había levantado.
El 23 de agosto de 1863, el ferrocarril llegaba por primera vez a León, proveniente directamente de Palencia, inaugurando en noviembre la línea oficial de pasajeros que comunicaría León con el resto de provincias, llamándose este enclave Estación del Norte y siendo representativa de la ciudad durante más de cien años.
Con una ambiciosa capacidad de expansión, don Valentín Gutiérrez decidió, años después, en 1923, encargar un proyecto arquitectónico a Francisco Javier Sanz, un arquitecto que cuenta con más de quince edificios proyectados en la ciudad.
Una vez el edificio se construyó, se pudieron ver, desde sus siete alturas, los tejados de las viviendas de nuestra bella ciudad, que descansaban bajo la atenta mirada de su nuevo baluarte, terminado de construir en 1926 y que nos ofrecía estas maravillosas vistas del centro de León.
Pero ahora encarguémonos del pretencioso y descabellado proyecto de la Casa de don Valentín. ¿Por qué descabellado? ¿Por qué se planteó una fachada principal que luego fue descartada? ¿O por qué se planificaron más de cinco pisos de viviendas aledañas que se demoraron más de cincuenta años en construirse?
Francisco Javier Sanz dibujó, en los planos que aquí se encuentran, una de las fachadas más llamativas del entramado urbanístico de León, muy similar a la del edificio angular de Plaza Mayor, con dos cúpulas laterales achatadas y no más de cinco alturas.
El ímpetu de crecimiento, la ambición y ese movimiento de expansión territorial del que fueron víctima todos los arquitectos, promotores y dueños de las viviendas provocó que el proyecto cayera en el olvido y que, en su lugar, se eligiese un edificio mucho más llamativo que nos ofreció la posibilidad de conocer una de las joyas de nuestro patrimonio leonés.
Este es, donado con una agradecida diligencia por Francisco J. González, arquitecto y vecino de la Casa don Valentín, el plano que Francisco Javier Sanz entregaría a Valentín Gutiérrez, promotor del edificio. Agradecemos la decisión final, pues nos ha permitido contemplar su grandeza y ser unos espectadores privilegiados del legado artístico de León.
No era solo la fachada lo que ocasionó problemas a los constructores o al promotor, sino una parte aledaña, destinada para viviendas, que nunca llegó a edificarse, dejando un solar desolado durante décadas alrededor del edificio.
Tras inspeccionar el proyecto, Francisco J. González llega a la conclusión de que puede que nunca llegasen a aprobar este proyecto debido a las condiciones precarias en las que se plantearían estas viviendas que, a día de hoy, no cumplirían con las medidas de seguridad que debe consolidar cualquier construcción.
Al fin, tras meses de espera, el edificio de la Casa de don Valentín comenzó con la construcción de sus siete alturas. Este rascacielos leonés es uno de los más famosos de la ciudad, no solo por su arquitectura, sino por una historia que llega a rozar la eternidad.
Estas cúpulas serían testigos del paso del tiempo y de la evolución que sufriría León hasta finales del siglo XX, cuando un terrible incendio destruiría gran parte de la cubierta y reduciría a escombros tanto la sexta altura como el techo del quinto piso, que un año más tarde se vendría abajo por la acción de la lluvia y del viento.
Las viviendas no se llegaron a construir, por eso el inquieto visitante de la ciudad, o el oriundo acostumbrado a fotografías antiguas, puede deleitarse con esta visión del edificio rodeado de la nada. Este emplazamiento sirvió como casa para decenas de familias, pero originalmente, fue el Hotel del Norte, en honor a la estación a la que antes hemos hecho referencia.
¿Qué originó ese incendio? ¿Qué particularidad tenían las buhardillas superiores y en qué se diferencian cada uno de los pisos de la Casa don Valentín? ¿Cómo es el edificio por dentro y qué vistas posee ahora, casi cien años después de que se construyese, de la ciudad de León? ¿Qué secretos alberga bajo sus cimientos y qué curiosidades esconden sus paredes?
Desde un refugio antiaéreo hasta un pequeño guiño del famoso escultor, Julio del Campo, al desarrollo ferroviario de la ciudad de León.
Quédese, amante de la historia y de las curiosidades para conocer todos los entresijos de uno de los Edificios más Emblemáticos de León.
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