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Hacía más de un siglo que nadie observaba tan de cerca la fachada de Botines. La restauración que se está llevando a cabo en este edificio permite conocer de primera mano los detalles que dejó Gaudí. «Esto que estamos haciendo ahora mismo, desde hace 130 años nadie ha estado aquí pegado a esta pared en un andamio. Desde que se puso la última piedra desapareció aquel andamio de palos y tablas y nunca nadie ha vuelto a tocar la pared», detalla Félix Compadre, arquitecto autor del proyecto de restauración.
Una observación milimétrica que saca a la luz grandes incógnitas tanto en la piedra, en la carpintería como en el vidrio, aunque todavía están por confirmar, pero han observado certezas claras.
Si en la restauración de los años 50 se encontraron los planos originales de este edifico, ahora se sospecha que existe un segundo tubo del que nadie sabe lo que hay dentro. «Había un tubo que en los años 50 encontraron dentro los planos primitivos, al sacarlos introdujeron un segundo tubo metiendo otros periódicos de la época, monedas, etc, algo que consta en algún documento pero exactamente nadie lo ha visto, ahora tenemos medios para saber si están», apunta Compadre.
Restauración de BotinesVer 11 fotos
Una pequeña cápsula del tiempo con documentos inéditos que nadie sabe que sorpresas deparará.
Una forma de conocer como se llevaban a cabo estos trabajos en los años 50 que el equipo de restauración actual también valora hacer para dejar un legado a las generaciones futuras. «Eso ya depende de Fundos, que es quien determinará si merece la pena, si la actuación que hagamos es conveniente reflejarla como hizo Gaudí», explica el arquitecto autor del proyecto de restauración.
De momento las obras están en su etapa inicial. Los responsables de llevar a cabo esta restauración están obteniendo pruebas para saber los trabajos que implica esta intervención. «Estamos ahora en una fase absolutamente de analítica, no hemos hecho nada más que llegar, ver, tocar, palpar y tratar de poner un poco de orden en elementos que hemos heredado para saber en qué condiciones se encuentran y cuál es su estado de conservación», comenta Jaime Represa, jefe de obra de la restauración.
Un control de la 'epidermis' de la fachada que por el momento está dejando muy buenas sensaciones. «En términos generales, el edificio se encuentra en muy aceptable estado de conservación. Ha envejecido con gran nobleza, no hemos detectado ninguna cuestión que sea alarmante», explica Represa.
Esto se debe al cuidado y detalles que dejó impregnado Gaudí unido a la calidad de los elementos empleados. «Es una roca caliza cristalina de alta dureza de excelente comportamiento a nivel estructural, por supuesto, tiene unas altísimas prestaciones de resistencia a la compresión. La piedra tiene una dureza superficial y una estructura interna de gran estabilidad y dureza que no ha presentado alteraciones», afirma el jefe de obra de la restauración.
Después de sacar las conclusiones y determinar cual va a ser el procedimiento a emplear para devolver al edificio el aspecto exterior que proyectó Gaudí tendrán que contar con el aprobado del Servicio Territorial de Patrimonio, «cuyos técnicos tendrán que ver si está suficientemente bien avalado científicamente y tener en consideración las propuestas que nosotros les vamos a elevar de cara a las metodologías que vamos a aplicar para las distintas acciones que vamos a llevar a cabo en el proceso de restauración», apunta Jaime Represa.
Un proceso, que en principio tendrá una duración de 16 meses, y aunque, de momento, no hay nada que pueda retrasar estas obras ya se sabe que en cuestiones de patrimonio los plazos son muy relativos. «El edificio manda, desde luego lo principal es la conservación de esta magnífica pieza, es lo que más nos debe de preocupar a todos con independencia del tiempo», detalla Represa.
Tras el analisis y el visto bueno de Patrimnio vendrán la ejecución de unos trabajos que consistirán en la limpieza manual de la fachada en seco y de la escultura de 'San Jorge y el dragón' con agua.
De igual forma, se proyecta la limpieza del pavimento de pizarra del patio inglés y posterior rejuntado de las zonas deterioradas con mortero, se sustituirán los vidrios por otros con el mismo espesor y se decapará la pintura de las carpinterías de madera.
El museo Casa Botines permanecerá abierta al público durante las obras de restauración y quien sabe si pasado este tiempo tendrá que ampliar su fondo museísticos debido a los hallazgos encontrados.
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María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
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