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Una de las líneas entra en el núcleo urbano de la villa por la pradería de los Hondonales; invade fincas particulares y deja tirada en el prado parte de una torre, un mes después con la hierba ya crecida, ha impedido las tareas normales del tractor en tiempo de siega Siro Sanz
El acoso de las líneas eléctricas en la montaña oriental y Cistierna
Vindicanda

El acoso de las líneas eléctricas en la montaña oriental y Cistierna

El desmonte para levantar las torres y los cables ha destruido ya cientos de hectáreas de arbolado, incluso invade fincas particulares en época de siega, dejando tiradas parte de las torres en la pradería

Siro Sanz García

Cistierna

Lunes, 20 de junio 2022, 09:50

Cuando paseamos por los montes concejiles de Cistierna y Montaña Oriental Leonesa, observamos como año tras año,  el mallado eléctrico se extiende y propaga por todas partes. No hay lugar al Oeste, Este y Sur de la villa de Cistierna donde las líneas eléctricas no ... hagan acto de presencia; se salva de momento la ladera Norte del macizo de Peñacorada.

Entre Cistierna y Sorriba del Esla, atraviesa una línea de alta tensión visible desde muchos kilómetros a la redonda. En la Vía Saliámica o Calzada Romana del Esla, en el tramo comprendido entre Villayandre y Crémenes, el tendido eléctrico discurre por la misma ruta. En años pasados combatimos a brazo partido contra la línea Sama-Velilla que tenía planeado pasar entre Sorriba y Vidanes, exterminando cientos de hectáreas de montes concejiles.

Algunas de las líneas eléctricas de media tensión entran en el área urbana de Cistierna, inmediatas a las casas. Invaden fincas particulares e incluso sobrevuelan el polideportivo, muy próximas a las piscinas municipales y al camping. Las brechas abiertas en los montes comunales son tan evidentes que nos llevan a pensar en las consiguientes afecciones al medio ambiente y al paisaje.

Los pendones se humillan ante el cableado que atraviesa las calles sin orden ni concierto. En la última romería de S. Guillermo de Peñacorada, los pendones se las vieron y desearon para sortear las múltiples insidias con las que Red Eléctrica martiriza a nuestros pueblos Siro Sanz

Las autoridades competentes: Medio Ambiente - Montes no dicen ni pio, eso sí, los paisanos tenemos que pedir permiso hasta para cortar una salguera, espinos o sebes de fincas y prado particulares. Los bosques de Cistierna son espléndidas masas, formadas por robles maduros y rebollas que a finales del siglo XIX ya sufrieron gran menoscabo y acabamiento por la construcción del ferrocarril de la Robla- Bilbao, de estos montes aún se sirve el pueblo en cortas periódicas administradas en suertes que reparte el concejo cuando lo ve pertinente.

El desmonte para levantar las torres y los cables ha destruido ya cientos de hectáreas de arbolado, incluso invade fincas particulares en época de siega, dejando tiradas parte de las torres en la pradería. En los pueblos de la Montaña Oriental el cableado sobre las fachadas es tan exagerado y de tan  aparatoso feísmo que nos preguntamos si la empresa instaladora pretende ser el nuevo señor feudal con derecho incontestable de hacer lo que le viene en gana en propiedades ajenas.

Cuando vemos las escaleras de los operarios apoyadas en las fachadas ya conocemos el resultado: gurruños de cables y agujeros que dan a nuestros pueblos el aspecto de ciudad ucraniana recién bombardeada por el terrible Putin. Sin orden ni concierto los cables cruzan las calles. Cuando salen las procesiones, el pendón concejil se las ve y las desea para sortear tanta insidia. En la última romería de S. Guillermo de Peñacorada, los pendones se las vieron y desearon para evitar las múltiples celadas con las que Red Eléctrica martiriza a nuestros pueblos. En una de las calles de Cistierna, ante la maraña de cables a baja altura que la cruzan, los que portaban los pendones decidieron con buen criterio enrollarlos y llevarlos al hombro.

Hasta tres líneas paralelas separadas por unos 100 metros, atraviesan el monte comunal por encima de la Campera Mateo, dejando la superficie del monte como la espalda de Nuestro Señor después del suplicio de los azotes Siro Sanz

La Montaña Oriental Leonesa ya pagó un precio muy alto en años pasados cuando un gobierno socialista cerró la presa de Remolina, exterminando de forma bárbara y cruel nuestros pueblos, agrediendo a sus habitantes con una saña nunca vista en tiempos de democracia. La construcción del pantano de Riaño se vendió como una infraestructura solidaria destinada a apagar la sed del secarral meseteño, pero, también para la producción de energía eléctrica.

Aguas abajo de la presa las afecciones han sido terribles. Terminó con un turismo de pesca nacional e internacional y con todas las zonas de baño que llenaban los pueblos durante el verano. En Cistierna, en el pago de la Jagariz, bajo la Cueva del Elefante, se construyó en los años ochenta una fábrica de luz que hasta el presente se ha convertido en una fábrica de dinero para los propietarios, pues por el Esla baja de continuo oro líquido del cual el concejo nunca se benefició, de esa fábrica, parten otras tantas líneas eléctricas hacia el Oeste y el Este. Cuando hemos visto las aceras del pueblo levantadas en tantas ocasiones, pensábamos que el soterramiento de estas ingentes masas de cable sería la solución adoptada o al menos reclamada por el Ayuntamiento a las empresas del ramo. ¿Tan difícil es en Cistierna adoptar medidas basadas en el sentido común?

En Europa, también en otras villas y ciudades de España, el soterramiento es utilizado desde hace tiempo para minimizar al menos los daños y el feísmo tan visibles en las fachadas y calles Y para terminar, las Juntas Vecinales, deben luchar para que no se instale ni una línea más, la presión sobre la masa boscosa de nuestros concejos es inadmisible. Al menos que Red Eléctrica, nuevo señor feudal, pague por el paso de sus infraestructuras por nuestros montes y pueblos. Ellos, no dan nada gratis, al contrario, hoy día el precio de la luz es una rémora que lastra cada vez más las economías de los autónomos, familias y está llevando a la Nación Española a la ruina; mientras tanto el gobierno divaga y nos adormece con promesas que nunca cumple.

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