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Capas de tierra que levantar hasta encontrar los cantos que salieron del río y llegaron a cubrir los suelos del que fuera uno de los monasterios más importantes del León del siglo XII.
Unos cantos, concretamente cerca de 85.000, que uno a uno y con mimo los operarios vuelven a colocar en el patio de la portería del monasterio en un proceso similar al que vivió hace unos años la Plaza del Grano en León capital.
La obra, aunque sencilla, no deja de ser trabajosa. Ramón Cañas, arquitecto al frente de la tarea, explica que el proceso de reposicionar el pavimento de canto rodado que en su día cubrió el patio ha llevado a los operarios a un trabajo de más de cuatro meses que no se verá concluido hasta el mes de marzo de 2023 si la climatología permite avanzar en este trabajo puramente manual.
Tras preparar una capa de unos 30 centímetros con zahorra compactada, los operarios seleccionan los cantos, los colocan a mano y los hincan. «No queda otra», sonríe Cañas, al tiempo que celebra «la mano» que han ido cogiendo para avanzar en un trabajo que están haciendo «fenomenal».
La superficie, de unos 2.400 metros cuadrados, lucirá en primavera una nueva cara que «llamará la atención» y cambiará la perspectiva de este espacio. «Verlo con un pavimento más regular dará otra imagen, otro empaque al lugar y resaltará el valor de lo que era este conjunto y la capacidad y potencia que tenía», concluye Cañas.
Una obra que se está realizando de la mano del Programa R del Instituto Leonés de Cultura y que busca sacar del abandono a 45 de los más importantes monumentos de la provincia.
Con una inversión total de 450.000 euros de la Diputación, el plan incluye además de la recuperación del patio, la restauración de la fachada de la antigua panera, que data de 1789.
En esta última fase, se han recuperado las fachadas originales con una técnica muy caracterísitica de esta zona de León a escasos 20 kilómetros de la capital que ya se ha perdido y se denomina esgrafiado.
Trabajando con dos planos diferentes de revocos, uno de color rojo y otro más claro, se consigue ver el color natural del ladrillo que en este caso «se han pintado uno a uno de forma manual hasta recuperar el aspecto original de la fachada», explica el diputado de Cultura, Arte y Patrimonio de la Diputación de León, Pablo López Presa.
Ambas intervenciones forman parte del compromiso por rehabilitar, recuperar y reactivar el patrimonio para que León vuelva a pisar con fuerza el centenario suelo de Sandoval.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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