29 de mayo de 1966: el último 'fantasma' de la Pulchra Leonina

Según los archivos históricos, la ciudad se alarmó al correr como reguero de pólvora la noticia de que la Pulchra Leonina estaba envuelta en llamas. Fueron cientos los leoneses que acudieron a las inmediaciones de la Seo, aunque la noticia no llegó a los diarios de papel hasta 48 horas después, al no existir prensa escrita los lunes.

'Incendio en la Catedral de León', se podía leer en la edición del martes porque el lunes no había periódicos. "Las llamas alcanzaron gran altura, salvándose las vidrieras y naves", se añadía.

Según los cronistas de la época, entre ellos Joaquín Nieves como uno de los más destacados, "fue una lucha tenaz la realizada por personal de bomberos de los parques del municipio y de la Base Aérea, siendo requeridos los de otros parques de Asturias y de la región, que no llegaron actuar al extinguirse el foco principal a primeras horas de la madrugada, descartándose por los técnicos el lanzamiento de agua desde helicópteros, ya que producirían con las aspas aire envolvente que lanzasen la llama hacia el interior del templo".

Los informadores tuvimos la primera estimación que nos ofreció el técnico de León monumental señor Seoane, quien revisó la zona afectada, afirmando que los daños eran elevados pero reparables y que en cuestión de días se podía restablecer el culto", recordaba tiempo atrás el periodista Joaquín Nieves

También se desplazaron a León el director general de Bellas Artes, Draconiano Nieto; el arquitecto de aquel organismo Manuel Chamoso Lamas; y el Comisario de zona Luís Menéndez Pidal, quienes comprobaron que de los diez rosetones de la bóveda, ocho habían caído a las naves.