Zenet: «En León sentí matices maravillosos»

En este nuevo trabajo hay una intensa búsqueda y certera apropiación. Osadía y deseo de romper moldes y estereotipos, sin desdeñar lo mágico y perdurable de la tradición. Zenet revisita el cancionero latino para apoderarse con desenfado de este puñado de canciones y boleros, verdaderos clásicos en eso de cantar pasiones difíciles y desgarrados desamores, y arroparlos con 'La Guapería' de su voz y su ser él mismo. Antes de ese concierto, aprovechando las mañanas, tal y como hace de un tiempo a esta aparte, mantiene una conversación con este medio.

Llega a León después de una gran gira por América…

Llego a León después de una gira por México en la que hemos colgado el cartel de 'no hay entradas' y de pasar por Cuba para recoger el premio al disco internacional del año. Esta es la segunda pare de la gira, si la primera fue en festivales ahora toca hacer salas.

Tanto en España como en Latinoamérica es usted muy querido…

America es impresionante, gracias a las redes sociales te puedes dar a conocer sin la necesidad de un gran multinacional, gracias a las giras de España hay mucha gente que nos espera allí. La forma que tienen de vivir la música en Latinoamérica es pura fantasía, la música forma parte de su vida, vive por y para la música. En España se vive de otra forma, la expresividad es menor, aquí tienes que hacer un salto mortal con tirabuzón para recibir un aplauso, allí desde la primera canción no se me escucha de los gritos. Es otra forma de vivir la música.

'La Guapería' ha sido recibido de forma muy gratificante…

Ha sido recibido maravillosamente bien, algo que no me esperaba. Me quedo con la imagen de dos cubanas, en pleno concierto, con el puño cerrado tocándose el pecho, en un gesto estarles llegando al corazón a la vez que se secaban las lágrimas de los ojos. Esto es claro ejemplo de que has llegado. Lo cierto es que yo no me hubiera metido en este trabajo sin contar con el beneplácito de los maestros cubanos que me rodean. Era un disco arriesgado, mucha gente me decía -que necesidad tienes si tú tienes tu propio repertorio-. Me ha servido para quitarme prejuicios.

¿Tenía prejuicios la hora de elaborar este trabajo?

Más que lo prejuicios tenía miedo a la honestidad. Cada trabajo que realizo me tiene que salir del corazón y tiene que haber una coherencia con uno mismo, yo me siento medio cubano. En este sentido hay una parte de mí en este trabajo. En cuanto a la apropiación cultural me parece un 'chorrada' inmensa. La historia del bolero nos demuestra cómo se ha adaptado en cada lugar, en México se hace un poco ranchera, en Argentina, tango o en España se aflamenca. Esto es la esencia de la propia cultura.

¿Qué cambia de actuar al aire libre a hacerlo en un sitio cerrado?

Generalmente en los sitios cerrados tienes un control del sonido, del público, luces etc. En los sitios abiertos el concepto es diferente, en estos lugares hacemos más hincapié en que sea más dinámico, en los lugares cerrados disfrutamos del matiz, en que una voz se quede a solas con un instrumento. Lo cierto es que hay que perder el medio a los formatos.

Una de las cuestiones que más le engrandece es su potente directo, ¿cómo hace para conectar con el público?

Se intenta que el directo sea algo más que un disco. Yo lo comparo con dar un paseo en el que yo soy el guía que le dedica tiempo al recorrido, se perfectamente dónde va cada canción y porque. Hay un 'feedback' constante, en que tiene que existir un momento mágico en el que público sienta algo diferente gracias la música, esto suele llegar con las canciones más lentas.

Hace poco más de un año que estuvo en Espacio Vías...

Sentí matices maravillosos. Recuerdo que venía con nosotros Javier Toral, como técnico de sonido, y que la magia de ese concierto ya comenzó en las prueba. Guardo grandes recuerdos de esta ciudad.