Poncho K: «Utilizo las canciones para decir lo que quiero y luego la gente que interprete lo que quiera»

Hay que reconocer que es magia pura. A través de la música, tiene ese capacidad de conseguir que hacer de lo cotidiano una bonita historia o que se replanteé lo que han dicho que es normal.

Él es Poncho K y siempre lo ha sido, sin enconderse ni callarse por eso prefiere hablar con la música. «Utilizo las canciones para decir lo que quiero y que luego la gente interprete lo que quiera. La gente que estamos en la cultura nos hemos politizado tanto que si te sales del guión te vienen las críticas. Ahora los traperos son los nuevos punkies, dicen lo quieren sin miedo a la crítica y eso era el punk de cuando yo tenía 20 años y por eso yo estaba ahí porque me sentía libre», afirma este artista.

Los tiempos cambian y mantenerse en la cuerda es lo complicado. El equilibrio no lo ha perdido, lleva nueve discos a sus espaladas y cientos de canciones. «Ya he dicho muchas cosas, es complicado salir del patrón de lo que vengo haciendo», explica.

Seguramente sea el precio que tiene que pagar por haber pasada del 'suena a..' al es Poncho K. Y eso es lo más complicado pero «luego salirte de ti mismo es muy difícil, no puedes hacer una cosa que no se parezca a ti», explica.

Este viernes, 10 de febrero, vuelve a una de esas casas que tiene por toda España. Su casa de León es el Gran Café, ya la conoce bien no son pocas las veces que se ha subido a este escenario. Esta vez llega con banda y en eléctrico. «Ya tengo que dosificar los eléctricos para airear los oídos porque sino no funciono».

Disfruta ambas versiones, en acústico y en eléctrico, pero ese disfrute es mayor cuando están «más aireados».Cada uno tiene su enganche, el acústico es «mucho de tú a tú , permite un contacto mayor con el público». En el eléctrico son «dos horas de caña».

Continúa con su gira de Caliope, su último trabajo del que la pandemia hizo que se presentará de forma rara, por eso ahora le está dando la presentación que se merece. «Fue caminando según se abría la mano a las salas de concierto», apunta.

A León vino en pandemia por eso él y los leoneses se merecen ver este trabajo con un botellín en la mano rodeado de gente.

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