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PLÁCIDO ENCADENADO

PLÁCIDO ENCADENADO

La verdad puede hacerte libre en el juicio de Dios, pero puede hundirte en el juicio de los humanos, sobre todo cuando, como en este caso, la condena está ya implícita en la acusación

SALVADOR MORENO PERALTA

Domingo, 18 de agosto 2019, 10:51

Las acusaciones de reiterado acoso sexual durante tres décadas que nueve mujeres -de la que sólo se conoce la identidad de una de ella, la mezzosoprano Patricia Wulf- han vertido sobre Plácido Domingo no pueden producir menos que una profunda inquietud. Es un golpe brutal ... contra la reputación de una de las personas del mundo que más merecedora se había hecho de ella, no sólo por ser uno de los mejores tenores de su tiempo sino, precisamente, por haber demostrado ser alguien enormemente comprometido con la difusión de la música y la función social del arte: Plácido Domingo ha sido uno de los pocos e incuestionables ídolos mundiales de los últimos sesenta años, y es ése el papel que le estaba reservado en la historia. Pero he aquí que una denuncia no fundamentada en hechos probados puede tener un efecto más fulminante que el de haber sido declarado convicto y confeso de un asesinato.

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