Muere Pau Donés, el hombre que cantaba a la vida

Vocalista, compositor y guitarrista, fue durante mucho tiempo el cantante de 'La Flaca', 'Grita', 'Bonito' o 'Depende', canciones que nunca dejarán de sonar, llenas del 'buenrollismo' eterno que el oscense de nacimiento y barcelonés de adopción desprendía. Mensajes claros, estribillos cortos y repetitivos. Eslóganes de marketing publicitario de su experiencia en el sector. Ejemplo de positividad y energía, aún cuando su mirada transmitía el sufrimiento que padecía desde hacía un lustro. Pero su carrera fue más que eso. Un anuncio de televisión se encargó de lanzarlo al estrellato en la década de los noventa y con su banda, Jarabe de Palo, recorrió casi todo el mundo en 25 años, ganó un Gramy Latino y varios Ondas y colaboró con Alanis Morissette, Celia Cruz o Chrissie Hynde, entre otros reconocidos éxitos.

Con una emotiva, el carismático cantante compartió con el mundo el 1 de septiembre de 2015 el comienzo de una batalla que le iba a tocar librar por fases. «Ahora que cada suspiro es un soplo de vida robada a la muerte. A nada le tengo miedo porque a nada le tengo fe», cantaba dos años después en 'Humo', su canción más dura. Con ella llegaba una nueva etapa en su trayectoria. Nada volvería a ser como antes. Donés sufría otro gran palo de la vida. El primero le llegó demasiado joven. Apenas cumplidos los 16 años, su madre se suicidó. Es el mayor de cuatro hermanos, con los que tuvo que ejercer de madre siendo solo un adolescente. La tragedia le sirvió de aprendizaje vital, explicó en alguna entrevista.

La dura batalla contra la patología le obligó en octubre de 2018 a dejar la música de manera indefinida y centrarse en su salud. Meses antes había publicado su autobiografía '50 palos: ... y sigo soñando', en la que desveló que aquella voz que alumbró un verano eterno se trataba de una modelo cubana llamada Alsoris Guzmán. Aquel amor no correspondido inspiró una de las canciones más populares de la música española.

Con su actitud vitalista, siempre mostró públicamente su enfermedad y pidió que se desestigmatizara. «La vida es una y ahora: vivámosla. Vive el momento, no pensando en el futuro. Y no tengamos miedo. Lo que tenga que ser, será. El tiempo que estemos aquí, disfrutémoslo». Unas palabras de ánimo que cobraron especial importancia cuando se retiró de forma temporal para aprovechar el tiempo perdido para estar con su hija. Cantó a la vida hasta el final y reapareció por sorpresa en pleno confinamiento en el balcón de su casa de Barcelona. Desde ahí agradecía a los sanitarios el esfuerzo realizado y para gritar al mundo el regreso de Jarabe de Palo con 'Vuelvo', un nuevo tema compuesto en casa con una guitarra. «Vuelvo hoy mientras el cuerpo aguante, vuelvo hoy por mi gente, vuelvo y aquí pienso quedarme para siempre. Vuelvo porque de nuevo la música a mi cabeza ha vuelto». Y volvió hasta que le tocó marcharse. Pau sacudía con esas palabras el alma de aquellos que forman parte de ese buen rollo a los que ahora deja huérfanos y que tienen la misión de que sus canciones perduren con el paso del tiempo.