J.A.G.
Viernes, 9 de febrero 2024, 12:59
El director de orquesta japonés Seiji Ozawa, una de las figuras japonesas más relevantes de la música clásica, ha muerto a los 88 años debido a una insuficiencia cardíaca, según informó este viernes la cadena de radiotelevisión pública japonesa NHK. Ozawa murió el pasado día ... 6 en su residencia de Tokio tras sufrir desde hacía años graves problemas de salud a causa de un cáncer de esófago.
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Nacido el 1 de septiembre de 1935, Ozawa tuvo en Herbert von Karajan y Leonard Bernstein a sus dos grandes maestros. El pequeño Seiji empezó a estudiar piano a una edad muy temprana, pero tuvo que dar un giro a su carrera tras fracturarse dos dedos en un partido de rugby. Pasó entonces de la interpretación a la dirección de orquesta, y en 1959 ganó su primer premio en el Concurso Internacional para Jóvenes Directores celebrado en Besanzón (Francia). En aquel jurado se encontraba el director de orquesta Charles Munch, por entonces director musical de la Orquesta Sinfónica de Boston. El papel de Munch fue fundamental para que Ozawa se convirtiera años más tarde, en 1973, en el decimotercer director de la Sinfónica de Boston, donde su mandato de casi 30 años fue el más largo en la historia de las orquestas estadounidenses.
Ozawa también ejerció como director musical de orquestas como la Sinfónica de San Francisco, la de Boston o de la Ópera Estatal de Viena. Y en 2002 dirigió el famoso Concierto de Año Nuevo en Viena, el primer y único director japonés que lo ha conseguido. También es el único asiático del ramillete de 18 directores que han dirigido el célebre concierto desde sus inicios en 1939.
Críticos, expertos y público en general consideran que la muerte de Ozawa deja un gran vacío en el panorama orquestal internacional, en especial en Japón, donde era venerado y gozaba de reconocimientos como el de Persona de Mérito Cultural en 2001 y donde también recibió en 2008 la Orden a la Cultura de Japón. En 2009 fue distinguido con la Orden al Mérito de la República de Austria.
El antiguo director de la Orquesta Sinfónica de Boston desarrollaría una relación muy especial con el escritor Haruki Murakami, junto al que publicó 'Música, sólo música', una serie de seis conversaciones muy íntimas sobre música clásica en la casa del escritor y que forman parte del libro que publicó en España en 2020 la editorial Tusquets.
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Fue en 2009, después de que a Ozawa le diagnosticaran un cáncer de esófago, cuando músico y escritor comenzaron estos deliciosos encuentros, que se prolongaron durante dos años, entre 2009 y 2011. En ellos ambos artistas debatieron sobre su pasión común, la música, sentándose para escuchar a grandes compositores como Brahms, Beethoven, Bartok y su admirado Mahler, entre otros.
A Ozawa le gustaba recordar cómo en la Scala de Milán, con una Tosca de Puccini que contaba con Luciano Pavarotti en el reparto durante la temporada de 1980, no dejaron de abuchearle (el público italiano no parecía encajar que un oriental dirigiera una de sus joyas operísticas) durante tres días seguidos, pero decidió resistir animado por las palabras de Pavarotti: «Seiji, si te abuchean es porque has alcanzado la cumbre». Al cuarto día dejaron de pitarle.
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Una de sus últimas apariciones fue el pasado mes de septiembre, donde ya muy desmejorado, Ozawa salió al escenario del Festival que lleva su nombre (el Seiji Ozawa Matsumoto, antes Festival Saito Kinen Matsumoto) y, acompañado de su nieto de 8 años, fue recibido con una impresionante ovación.
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