Kutxi Romero: «El poder no corrompe ni la fama te vuelve estúpido, sólo te descubre»

La última vez que estuvo en estas tierras fue acompañado de toda el grupo de Marea para poner banda sonara a las fiestas de La Encina de Ponferrada, ahora regresa bajo circunstancias muy diferentes. Los saltos y las aglomeraciones han dado paso al orden y la separación; los rostros del público coreando las canciones ahora están tapados por una mascarilla o las cañas comentando el concierto se han convertido en audios de whatsapp pero hay algo que no ha cambiado, Kutxi Romero. Antes de subirse al escenario mantiene una charla con este medio.

-La última vez que os vi fue en Ponferrada y lo cierto es que ha cambiado un poco la situación....

-No sé cómo ha cambiado Ponferrada desde entonces ( risas) pero sí que ha cambiado. Ahora que voy León, un lugar que conozco bien porque mi compañera es de allí, me gustaría poder dar una vuelta por el Húmedo, comer unas buenas tapas y degustar ese vino que tenéis.

-¿Le quita mucho tiempo pensar en problemas como el coronavirus?

-Soy pensador porque estoy continuamente con diatribas estúpidas, entonces mi vida se transforma en una diatriba estúpida continuamente. Es lo que tenemos los niños, nos entretenemos con cualquier cosa, mientras los adultos piensan en los grandes problemas de la humanidad los niños pensamos en los pequeños problemas trascendentales.

Los niños y los titiriteros estamos en un mundo paralelo que nada tiene que ver con este, bajamos a la tierrra porque somos buenas personas y tenemos gente que nos quiere y a la que queremos e intentamos ser racionales y llevar una vida mundana y terrenal pero no tenemos ni idea de cómo se hace.

-¿A qué distancia está del resto de la sociedad?

-A una distancia infinita. En general la gente que vive en el faranduleo desde hace tantos años tenemos una vida que nada tiene que ver con la del común de los mortales, con lo cual, el pensamiento deriva hacía ese sitio también.

Pero como te he dicho antes en nuestro afán por ser buenas personas intentamos no distanciarnos, aunque normalmente lo hacemos mal, pero el que hace lo que puede no está obligado a más.

-¿Estar rodeo de su gente y de su público le impide ver el auge de fenómenos como el de Vox?

-Bueno Vox ha estado ahí toda la vida; son el PP sin eufemismos, no dejan de ser lo que el Partido Popular siempre ha querido ser. Y por otro lado si a nivel de comunicación este partido lo pone más fácil que el PP pues ahí tienes la fórmula del éxito. Esta formación siempre ha estado ahí, lo que pasa que ahora tienen 'patente de corso'.

Pero es cierto que me da mucho que pensar que un país proletario tenga tanto auge un partido como Vox.

-Parece que ahora tiene más presencia…

-La ultraderecha siempre ha estado ahí, lo que pasa es que ahora tienen esa capacidad para exhibirse sin que pase nada, mientras que tú si haces una pequeña reflexión, aunque sea de forma de irónica, acerca de la monarquía en una canción vas al talego. Yo no uso las redes sociales, pero si las usara llevaría en la cárcel más de 20 años.

Nada ha cambiado, la clase política de este país tiene poca clase. Hay muy poca calidad humana en la política, rara vez encuentras a un dirigente que merezca la pena, Pepe Mujica quizá sea uno de ellos.

-¿Hasta qué punto considera que sus canciones sirven para concienciar a la gente?

-En eso yo no soy el más adecuado, Evaristo Páramos o Enrique (El Drogas) si que tienen un claro mensaje social y político en sus letras. Mis letras reflejan un mundo individual en el que algunas personas se pueden sentir identificadas como agentes individuales que son, valga la redundancia. De todas formas hay que hacer una reflexión, a un tío como yo que no sabe cagar y respirar a la vez que le llamen genio por la calle me parece cuanto menos ridículo, lo agradezco pero creo que no estoy a la altura.

-A alguien que lleva tanto tiempo en la música, ¿le cuesta mantener la humildad?

-Eso es como si le preguntas a alguien si le cuesta tener la nariz tan grande. Pienso que el poder no corrompe ni la fama te vuelve estúpido solo te descubre. Hay rasgos de tu personalidad que están ocultos y salen en situaciones a las que te enfrentas a lo largo de tu vida. Uno no sabe si es un valiente o un cobarde si no se ve en situaciones que lo pongan en esa tesitura. La idiosincrasia propia no se pierde.

-Ahora toca en el auditorio en formato acústico, ¿es disfrutar de otra manera?

-En estos tiempos, sinceramente, no disfruta nadie. Lo único que está en mis manos es que durante un par de horas el tonto de sombrero y el público pasen un buen rato. Ahí es dónde llega mi misión,más que nada porque no tengo capacidad para hacer más. He tenido la suerte de no tener que suspender ninguno de los nueve conciertos que llevo.

Es verdad que es incómodo para el que toca, para el público, para los técnicos y para todos. En mi caso no puedo tener la desvergüenza de quejarme porque tengo techo, luz y comida, esto es un tópico pero es la verdad no puedo venir con la que está cayendo de artista y de poetilla a contar mis demonios internos.

Voy hacer lo único que puedo y se hacer, estoy ayudando a mi entorno más próximo llevando trabajo a unas cuantas personas e intentando ser un ciudadano ejemplar cumpliendo todas las medidas. No estoy fumando en los teatros, cosa que no he hecho en la vida, por respeto al público y por cumplir las normas, lo único que hago es beber un refresco porque los focos dan mucho calor. Me tomo esa la licencia siendo consciente que el público no puede beber.

-¿Le cuesta rechazar proyectos?

-No, rechazo muchísimos proyectos y muchas cosas porque no me veo, creo que no es mi lugar.

La mayoría de las colaboraciones las hago por amistad o con gente que está empezando porque creo que les puede venir bien, no por una estrategia comercial, porque todos los grupos con los que he colaborado han fracasado (risas), pero entiendo que les haga ilusión igual que me hace a mi cantar con El Drogas, Evaristo, Rosendo, Robert o Fito, por ejemplo. Si para ellos supone el 1% de lo que me supone a mí tocar con esta gente no puedo negarme a hacer la colaboración.

Lo que más rechazo es gente que ya está consagrada que veo que el ofrecimiento ya es por alguna extraña estrategia empresarial.

-¿Qué le pasa al rock español para que cada vez existan menos bandas de referencia?

-Cuando eres adolescente buscas un mensaje con el cual identificarte, en mi generación buscábamos todo lo que era prohibido y peligroso; y eso nos lo daba el rock. Cuando escuché por primera vez a la Polla Récord creía que sus letras no se podían decir. Ahora ese mensaje rompedor lo tiene el rap, ha cogido ese relevo musical.

-Para terminar, aunque sea de otra manera, ¿le dará tiempo a disfrutar de León?

-Espero ver a los familiares y amigos, no se la forma lo que sí se es que será algo triste. Es una pena no poder acercarme al pueblo de mi mujer, que como te decía al principio es de un pueblo de León, de Orzonaga concretamente, un lugar maravilloso en el que se come muy bien y al que voy cada vez que puedo porque es calidad de vida.

A mi León me flipa. Voy mucho por allí, mi compañera es de allí y ya llevo 25 años con ella, así que fíjate las veces que habré podido ir. Llevo casi media vida viajando a vuestra provincia.