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Diego Nicolás Alonso
Jueves, 22 de agosto 2024, 08:13
En una esquina de León, donde el eco de las montañas se mezcla con el susurro del viento, existe un grupo que se niega a dejar morir la esencia de su tierra. Son del Cordel, formado oficialmente en 1994, es mucho más que un conjunto musical; es el guardián de las tradiciones leonesas que han ido pasando de generación en generación. «Empezamos en el año 1994, pero nuestra trayectoria se remonta a mucho antes, cuando éramos Parva y Sosiega en los años 1983-1984, dedicándonos a la recopilación, interpretación y baile de música y danzas tradicionales leonesas», nos cuenta uno de sus miembros, reflejando el profundo compromiso del grupo con su misión cultural.
León es una provincia de múltiples rostros, con una diversidad que se extiende a su riqueza musical. «La provincia es muy diversa, hay muchísimas comarcas y muchísimas influencias. Desde el baile llano en la montaña occidental hasta las jotas que se bailan en Cantabria, el folklore leonés es un mosaico que refleja la identidad de cada rincón», explican desde Son del Cordel. Los instrumentos, igualmente variados, van desde la dulzaina en la zona más cercana a Castilla, hasta la gaita de fuelle del Bierzo, pasando por el rabel, un violín rústico de los pastores. «Estos instrumentos tradicionales son el alma de nuestras interpretaciones», aseguran.
Para Son del Cordel, el folklore es mucho más que música; es la memoria viva de un pueblo. «La palabra folklore lo dice todo, es el conocimiento del pueblo. Las danzas y los temas musicales son lo que nos distingue de lo que hay alrededor», enfatizan, subrayando la importancia de mantener viva esta tradición como un pilar fundamental de la cultura leonesa. Sin embargo, reconocen con pesar que la presencia de la música folk en las fiestas de la provincia ha disminuido drásticamente. «Hace 20 años o 25, podíamos tener 40 actuaciones al año; ahora, un buen año es cuando llegamos a cinco», lamentan.
El grupo enfrenta desafíos no solo por la falta de oportunidades, sino también por la indiferencia de las autoridades locales, que prefieren invertir en grandes orquestas gallegas en lugar de apoyar la música tradicional leonesa. «Prefieren gastarse 60.000 euros en una orquesta gallega en vez de 2.000 euros en un grupo de León», denuncian, reflejando la triste realidad de un arte que parece estar siendo relegado a un segundo plano.
A pesar de todo, Son del Cordel sigue adelante, con la esperanza de que las nuevas generaciones reconozcan el valor de sus raíces. «La gente joven tiene que darse cuenta de que esto no es una música rancia, de los abueletes, es una música que son sus raíces», afirman. Han visto cómo, cuando los jóvenes asisten por primera vez a un concierto de folk, muchos descubren en ella una conexión profunda con su identidad cultural.
Son del Cordel está compuesto por Xana Prieto y Vicky Herrero (cantantes), Iraida Santos (percusión), Luis Santos (gaita, dulzaina, rabel y acordeón), Marili Baños (percusión), Paula Baños (violín y pandereta), Manolo San Mateo (percusión), Antolín Cardeñoso (dulzaina, gaita y flautas) y Fernando San Mateo (acordeón, zanfona y percusión).
En un León que cambia y evoluciona, Son del Cordel permanece fiel a sus principios, recordándonos que la verdadera riqueza de una tierra se encuentra en su historia, en sus costumbres, y en las melodías que, aunque a veces silenciadas, aún tienen mucho que contar.
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