«Todos somos funambulistas; hoy estás, mañana quizá no»

Desde que hace casi 20 años comenzara su carrera, el cantante ha consolidado una trayectoria coherente y de la que se siente orgulloso. "En algunas ocasiones he recibido presiones para cambiar mi música o ponerme otro tipo de ropa, por ejemplo, pero yo nunca he querido variar, sino hacer las cosas a mi manera. Y por supuesto que he tenido momentos difíciles, pero los he superado", cuenta Orozco, que este sábado actúa en Narbonne-Plage (sur de Francia) y que tiene en sus planes visitar Italia, Holanda y Alemania antes del 21 de diciembre, cuando dará su último concierto en Barcelona.

"Ese día acabo y comienzo con mis planes de 2018", asegura el cantante, que dedicará la primera mitad del año que viene a terminar canciones y la segunda mitad, a preparar la segunda parte de su obra de teatro, Único. Además, tratará de encontrar algún hueco para escribir un libro, uno de sus próximos proyectos. "Tras siete años de gira, también necesito hacer otras cosas", explica el artista, que insiste en que la clave de su éxito es la "humildad". "Cuando hago colaboraciones con otros artistas, siempre voy con la idea de aprender de ellos. Hay gente buenísima", añade.

Gracias al programa de televisión La Voz, donde es uno de los cuatro coaches que aconsejan a los aspirantes, Orozco se ha convertido en una cara muy popular para el gran público, uno de esos famosos a los que la gente para por la calle. "Todo lo que está pasando en mi vida tiene mucho que ver con La Voz. Personalmente, me siento muy reconocido por la gente. Noto que hemos caído bien, y eso no siempre ocurre", dice Orozco, que cree que "nadie tiene derecho a quejarse por salir en la televisión". "Si no quieres hacerte fotos con la gente, no salgas a la calle. Eres una persona que te estás metiendo en la casa de los demás sin invitación. Si alguna vez me encuentro saturado, corro, o nado, pero no me quejo", afirma convencido.

Sobre el referéndum en Cataluña, Orozco, que se declara "un español nacido en Cataluña", confiesa que no entiende el plan independentista. "Es confuso, no sé que estás diciendo", asegura. En realidad, opina, lo que está ocurriendo es que "tanto en Cataluña como en el resto de España se están utilizando estos procesos para no hablar de lo que realmente hay que hablar, de la corrupción. "He estado en muchos países, en algunos que tienen fama de ser corruptos, y nuestra situación es como la de ellos o peor". "Nos dicen: Miren ustedes este espectáculo maravilloso, y mientras, nos distraen de la corrupción", agrega.