Roberto Terne
Jueves, 28 de abril 2016, 11:57
Sin disco nuevo desde hace ya seis años, Raimundo Amador confiesa tener que ponerse «al lío de grabar dentro de poco». No obstante, los escenarios siguen siendo el centro de gravedad de uno de aquellos artistas que a finales de los setenta y primeros de ... los ochenta transgredieron la música de nuestro país desde las raíces del flamenco. Saludo a BB King es el nombre del espectáculo que este sábado presenta en el Autoreverse del Teatro Zorrilla. En el primer aniversario de la muerte del guitarrista norteamericano, Raimundo Amador ofrecerá un repertorio en el que sus temas se ramificarán con otros de la autoría del gran genio del blues internacional.
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Un año sin BB King. ¿Lo de este sábado en Valladolid será un homenaje en toda regla?
No es un tributo a nadie en concreto, pero sí que recordaré a BB King. No es un concierto de canciones suyas. Voy a tocar mis temas y habrá alguna canción de él. También tocaré de Pata Negra, de los Allman Brothers Es un recordatorio a BB King desde el repertorio habitual mío con algún tema suyo.
¿Cómo comenzó a fluir la química entre ustedes dos hasta comenzar a colaborar juntos en 1995?
Todo empezó, es verdad, con mi disco Gerundina. La química entre los dos era total muy poderosa. Él decía «Me gusta tocar con Raimundo porque me siento joven a su lado». Al principio yo estaba muy asustado porque, claro, yo le respetaba y le respeto mucho. Además tampoco hablaba su idioma pero daba igual. Nos entendíamos muy bien.
¿Con BB encontró más fluidez que incluso coetáneos o paisanos suyos como Morente o Camarón?
Bueno digamos que con BB King yo ni me iba de borrachera ni nada de eso ¿me entiendes? pero lo pasábamos fenomenal juntos. Lo mío es gitano blues gitano. Y lo suyo es blues clásico. Yo le admiraba. Tanto él como sus músicos también flipaban conmigo.
¿Qué se admiraban mutuamente uno del otro?
Bueno yo de él admiraba todo. Y él disfrutada cuando me salía el genio gitano y el rollo flamenco. Cuando tocaba con ellos, empezábamos por el blues pero de repente me salía un ramalazo gitano callejero y se quedaban como sorprendidos. Había una admiración mutua. Siempre me daba el mismo consejo: «Sigue siendo como eres. No cambies».
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Ha seguido el consejo del maestro porque aparentemente sigue siendo fiel a su música.
Ahora estoy más mayor pero me encuentro bien y muy en forma.
¿En qué cree que se parece más un flamenco a un blues-man?
Creo que ambos tenemos vidas paralelas. El flamenco jondo y el sufrimiento del blues vienen del mismo palo. Y la vida que llevamos es bastante parecida incluso tenemos las mismas costumbres. Por ejemplo, lo de dar dinero a los hijos de los amigos ¿no? Eso es algo muy de ellos y de nosotros. BB King, por ejemplo, le daba dinero a Antonia, mi mujer, para que se lo diera a mis nietos. También nos gusta mucho el oro a los gitanos y a los negritos del blues. Hay muchas cosas en común que te sorprenden.
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También ha colaborado con estrellas internacionales más sofisticadas. ¿Cómo fue lo de trabajar con Bjork?
A mí es que me gusta mucho ella y también los Sugarcubes, su grupo del principio. Yo era muy fan de ellos. Al principio me dejó un poco raro cuando la conocí. Me pareció un poco frío. Pero cuando grabé con ella Soul Broken todo fluyó fenomenal. El día antes, en una cena, me pidió que me sentase a su lado, creo que por hacer amistad antes de grabar. La he conocido como amiga y es fenomenal.
Hace poco nos hemos quedado sin un gran guitarrista como Prince. ¿Qué hemos perdido con su fallecimiento?
Ha sido una pena. El otro día mismamente, estuvimos tocando en La Caja Negra, un sitio que hay en La Alameda de Hércules. Había un homenaje a él y para allí que me fui con mi guitarra y mi ampli. Estuvimos tocando como siete horas y nos tocamos algunos temas de Prince. Fue flipante.
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Su último disco data de 2010. ¿No es momento para pensar ya en grabar nuevo material?
Sí tengo cosas ya hechas y a mi público le debo ya un disco. Lo que pasa es que como yo llevo mi propia discográfica y soy mi propio jefe, no me meto prisa. Además el anterior disco Medio hombre-Medio guitarra fue un discazo y me costó una pasta. Lo que ocurre es que luego los discos no se venden yo les he acabado regalando a los que veo que lo van a valorar. Me gasté una pasta en ese disco. Ahora lo quiero sacar en vinilo se venda o no se venda.
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