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Las obras de acondicionamiento en el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas (Toledo) han convertido en 'inquilinas' temporales del Museo del Prado a las cinco crepusculares pinturas religiosas del Greco conservadas allí. Hasta finales de febrero se podrá disfrutar del fundamental conjunto ... realizado por Domenicos Theotocopoulos (Candía, Creta, 1541-Toledo, 1614) para este templo mariano entre 1600 y 1605. Con las telas retensadas y regenerados sus barnices, se exhiben en la sala 9 B, junto a las obras del retablo mayor del Colegio de Doña María de Aragón, que conserva el museo. «Es un felicísimo reencuentro», dice Leticia Ruiz, jefa de Pintura Española del Renacimiento del Prado.
Es una «ocasión única» para cotejar dos conjuntos cruciales de la producción final del pintor, caracterizada «por el completo desinterés por las convenciones espaciales». También por sus modelos «alargados y llameantes», creados con pinceladas «cada vez más deshechas y vibrantes y un cromatismo reducido y una iluminación relampagueante», según los conservadores del Prado.
El primero de los cinco lienzos es una innovadora representación de San Ildefonso. Un retrato «cercano y emotivo» con el santo «sentado ante un mesa y sumido en la escritura de un texto bajo la inspiración de la Virgen de la Caridad», ilustra Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación e Investigación del Prado. Por sus rasgos, indumentaria y por el espacio de representación, el Greco lo inscribe en el ambiente contemporáneo, hacia 1600.
Tres años después, el pintor y su hijo Jorge Manuel reciben el encargo de decorar la capilla mayor del hospital, que alberga la talla de la milagrera Virgen. Se sustanció en cuatro lienzos de diferentes tamaños y formatos -dos circulares, uno ovalado y otro rectangular-, concebidos para glorificar a la Virgen y situados en lo alto de su capilla: 'La Virgen de la Caridad', 'La Anunciación', 'La Natividad', y 'La coronación de la Virgen'.
Las cuatro se realizaron poco después de que el Greco concluyera su único encargo documentado en Madrid, el retablo del Colegio de Doña María de Aragón (1597-1600), conjunto del que el Prado cuenta con cinco lienzos y que inicia, junto con las telas de Illescas, el estilo final del artista.
Son cinco obras «de extraordinaria calidad» que el Greco realizó para el Hospital de Misericordia y Beneficencia de Illescas, promovido por el Cardenal Cisneros en 1500. «Nos muestran a un pintor especialmente original cuando inicia el final de su carrera, y toda su capacidad para adelantarse a su época», destaca Leticia Ruiz. «Muestran de modo muy natural a ese pintor extraordinario, desconcertante para sus contemporáneos al que durante un siglo y medio se rechazó, e incluso se insultó», agrega la conservadora. Aseguró, además, que los cinco Grecos «estarán en el Prado el tiempo que haga falta». Se abría así a mantenerlos en la pinacoteca si hay retrasos en la obras de la capilla de Illescas.
El Prado las recibe las cinco pinturas con el apoyo de la Fundación Hospital Nuestra Señora de la Caridad–Memoria Benéfica de Vega (Funcave), el patrocinio de la Fundación Amigos del Museo del Prado y la colaboración de la Comunidad de Madrid.
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