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Miriam Suárez
Oviedo
Domingo, 8 de septiembre 2024, 22:25
Marcelino Gutiérrez, director de El Comercio hasta su repentina muerte hace casi un año, recibió este domingo el tributo de su tierra, de Asturias. El presidente del Principado, Adrián Barbón, le concedió la Medalla de Asturias a título póstumo. «Si el periodismo exige vocación, el director de El Comercio la derrochaba», dijo el responsable regional en un emotivo acto celebrado en el Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo.
«Con su rigor y respeto a la pluralidad, la Medalla de Asturias honra a una persona que contribuyó a mejorar la calidad de la conversación pública en el Principado. Marcelino Gutiérrez es una muestra de primera categoría, la del periodismo veraz y crítico», alabó Barbón en su intervención.
Por su parte, la viuda de Gutiérrez, Mari Luz Ania, quiso dar las gracias a todas las personas que acompañaron al periodista: «Gracias a sus compañeros, por ayudarle en cada proyecto y en el día a día durante los 25 años que dedicó al periodismo. Si Marcelino estuviera aquí, sin duda también daría las gracias a sus padres que hicieron el más grande esfuerzo por apoyarle en su carrera, y daría las gracias a su hija, Mari Luz, por ser generosa y renunciar a tantos momentos juntos».
Compromiso con la verdad. Amor por Asturias. Dedicación. Reflejo del periodismo de calidad. Y un largo etcétera de argumentos que explican el por qué de la distinción que el Gobierno autonómico le ha concedido a Marcelino Gutiérrez y que se ajustan como un guante a la personalidad y desempeño profesional de quien dirigió El Comercio desde 2016 y hasta el 24 de septiembre de 2023, cuando falleció de forma inesperada.
Así que la entrega a título póstumo de la Medalla de Asturias, la máxima distinción que se otorga en el Principado, deja una sensación agridulce. Una gran alegría por este reconocimiento unánime. Pero también, como no, una profunda tristeza por una ausencia que no se llena ni en casa ni en la redacción del periódico al que llevaba vinculado media vida. «Nosotros preferiríamos que siguieran aquí, haciendo de Asturias un lugar mejor cada vez que tenían ocasión, y celebrando esta fiesta con nosotros», compartía ayer la viuda de Marcelino Gutiérrez con los asistentes al acto. «En la misma medida en la que les echamos de menos, sin embargo, sentimos el orgullo más grande», prosiguió Mari Luz Ania Tamés.
Ella fue quien recogió la Medalla de Asturias concedida a Marcelino. Y quien, en su discurso, explicó que «estar aquí ahora, con esta satisfacción y este dolor significa que los y las asturianas también sienten el orgullo de haber tenido a Marce como amigo, como compañero, como periodista que siempre llevó a Asturias en el corazón». Muchos amigos, compañeros y personalidades que le trataron en su día a día –empezando por su hermana, Vanessa Gutiérrez, consejera de Cultura– estaban ayer en el salón de actos del Palacio de Congresos y Exposiciones del Calatrava, respondiendo a la mención de Marcelino con un sonoro aplauso, en señal, sin duda, de ese orgullo compartido que reconforta a la familia.
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